¿aún me odias?

7) PORQUE NO TODO ES CORAZÓNES Y ROSAS

Un mes después...

Andros está en la oficina mientras sostiene en sus manos unas fotos de Niky. Los celos han invadido todos sus sentidos y tiene los puños apretados mientras mira nuevamente las fotos que sacó del sobre que le llegó en anonimato a su oficina. Los celos están en un nivel que no había conocido ni experimentado en toda su vida. Son varias fotos tomadas en diferentes días:

#Niky besándose con un tipo.

#El mismo tipo entrando al edificio donde está su departamento, lleva rosas en la mano.

#Niky entrando y saliendo del elevador y el tipo con ella.

Aventó las fotos y tomó el teléfono. Necesita una explicación y ahora mismo, aunque es algo tonto teniendo las fotos en su mano y la seguridad que son recientes. En una trae el bolso que tanto le había gustado, y que le regaló hace tres semanas. Marcó hasta que se cansó y Niky no le responde.

Es miércoles diez de la mañana y ella está en clase.

Pero Andros impaciente y sin importarle volvió a marcarle y nada. Después marcó a otro número, el de su secretaria.

—Resérvame un vuelo a Los Ángeles para hoy lo más pronto.

Andros está enojado y es bastante visible incluso para la secretaria aunque no lo está viendo persona.

** ¿Cuándo reservo el vuelo de regreso?

—Solo el de ida Valeria.

Colgó y volvió a marcarle a Niky sin tener éxito nuevamente. Enseguida sonó el teléfono de la oficina y Valeria su secretaria le confirmó el vuelo.

** Su vuelo sale a las 12:30 pm.

Colgó y miró las fotos. Lo más triste de aventar algo es terminar recogiéndolo. Las agarró nuevamente y las metió en el sobre y se fue al aeropuerto.

Después de seis horas de vuelo llegó a Los Ángeles y enseguida se fue al departamento de Niky. Está sentado en la sala de estar del edificio donde se encuentra su departamento porque Niky no está. Ya no se molestó en marcarle pues no ha tenido éxito durante todo el día. Una hora después la vio llegar por el elevador que da al estacionamiento. Viene sola y al verlo su rostro se iluminó con una gran sonrisa.

El corazón de Niky casi se le sale de la emoción. Andros le ha caído de sorpresa y aunque por lo regular le avisa cuando viene, las pocas veces que no lo ha hecho le fascina. Sin embargo al acercarse notó enseguida la tensión en su mirada y se ve de bastante mal humor.

—Andros—, le habló antes de llegar a su lado y apresuró el paso para abrazarlo y besarlo. Pero no respondió a su beso como esperaba.

—Necesitamos hablar Niky—, dijo serio.

El corazón se le aceleró. Ella presiente que algo no anda bien y le aterra saber que es. O más bien no quiere oírlo, porque seguramente su madre se ha enterado. Los problemas van a empezar, lo presiente.

—Te marqué varias veces–, dijo irritado.

—Dejé mi cel en el departamento. ¿Pasa algo?—, preguntó.

—Es lo que quiero que me expliques. Vamos—, la tomó por la cintura y suavemente la jaló hacia el ascensor.

—Me estás asustando Andros—, le dijo cuando estuvieron dentro del elevador. No le habla y tampoco la mira.

Andros respiró profundamente pero no le contestó. La última vez que lo vio enojado fue cuando él tenía diecisiete y se había agarrado a golpes con otro compañero. Nunca supo porqué, pero ese día Mel manejó de regreso y Andros llevaba la nariz escurriendo en sangre, un ojo morado e hinchado y los nudillos ensangrentados también. De hecho Andros se peleó por ella, no porque le gustara como mujer en aquel entonces, sino porque aquel idiota se expresó de una forma que no lo iba permitir. Estaban en las duchas después de un partido. Y el idiota en cuestión dijo que a Niky se la iba a echar tarde o temprano, que en su lista de vírgenes ella se convertiría en una zorra más. Ha Andros aquello le fastidió a tal punto que sin pensarlo le dio un golpe y de ahí comenzó el pleito.

Pero ahora Niky lo observa y solo le falta bufar, ni cuando pasó lo de sus padres lo vio así. Él simplemente le dejó de hablar. El silencio que siguió mientras subían por el elevador fue bastante incómodo. A ella no le gusta nada el panorama. Al llegar al piso del departamento abrió y entraron. Él se dejó caer en el sofá sacando un sobre dentro de la pequeña maleta, ella se quedó parada.

—Explícame esto Niky—, dijo en un tono bastante afilado en la voz. Le entregó el sobre.

Ella lo tomó mecánicamente y lo abrió. Vio que son unas fotos y las sacó. Son como seis y todas de ella con un tipo que ni siquiera conoce, bueno sí pero en circunstancias un poco raras y ahora entiende porqué.

—Soy yo—, dijo en voz baja.

—Ya lo sé—, comentó molesto —. ¿Me puedes decir quién es y qué demonios hace besándote?

Suspiró. Dándose cuenta que debe ser una trampa. Las fotos parecen tan naturales, pero ese hombre buscó cada momento para hacerlas parecer así, incluso cuando la besó a la fuerza. Después de eso no lo volvió a ver.

—Tiene mas de una semana que me lo encontré por primera vez, después más veces; en el pasillo del departamento, en el café de enfrente, el restaurante, el elevador. No lo conozco...

Andros no la dejó terminar y comenzó a hablarle alterado.

—¿No conoces al hombre con quien te besas y con el que sales tan familiarmente hasta con frecuencia? Hasta el más tonto puede darse cuenta que tienes algo que ver con él.

Ella miró a Andros molesta ante su acusación.

—Lo vi varias veces y una vez tropezamos, me dijo lo siento, luego me lo volví a encontrar y me besó a la fuerza. Me asusté mucho pero él se fue y a partir de entonces no lo volví a ver.

—¿Un hombre te acosaba y nunca me dijiste? Niky me estás agarrando de tonto.

—Eso fue lo que pasó. Es una trampa para separarnos. No tengo nada con esa persona. Puedes preguntarle a July le platiqué todo. Y lo raro que fue.

—Lo que dices es absurdo. Te creí diferente y todo este tiempo solo me has tomado el pelo. ¿Es tú venganza por haberte dejado de hablar sin ninguna explicación y dejar que te hicieran la vida imposible durante ese tiempo?




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