¿aún me odias?

10) REENCUENTRO DE VIEJAS AMIGAS

Mel la observa sin decir nada más. Esperando su reacción aunque la sorpresa en su rostro es evidente.

Por parte de Niky a esas alturas no sabe que esperar de nadie y mucho menos de ella. Quizá viene a gritarle o insultarla, tal vez golpearla delante de toda la escuela por haberse acostado con su hermano, o quizá solo quizá es para darle una tregua de paz. La realidad es que no tiene idea cómo actuar y Mel tampoco. El silencio fue un poco incómodo hasta que por fin algo salió de la boca de Niky.

—Hola Mel— la saludó pensando que por algo se empieza.

—Hola Niky, ¿Podemos hablar?—, preguntó tranquilamente.

Niky quiso notar algún indicio que debía irse, pero parece está serena y tranquila. Asintió haciendo un ademán con la cabeza.

—De que quieres hablar—, dijo tratando de no sonar brusca.

—De muchas cosas, pero sobre todo de lo que pasa con Andros y tú.

Niky suspiró porque entre ellos ya no pasa nada. Desde el día que le llegaron las fotos no volvió a tomarle las llamadas, ni los mensajes. Y las dos veces que la buscó no quiso hablar con él. Al fin los han separado y debe agradecerles a ella y a su madre. No sabe a quien realmente pero seguramente son las dos.

Niky empezó a caminar lentamente y Mel la siguió. Hay poca gente pero aún se ven algunos compañeros.

—Entre nosotros no pasa nada. Todo terminó, pueden estar tranquilas.

—¿Lo amas?–, preguntó.

La verdad no es ningún secreto. Lo ama loca y desesperadamente por su forma de ser, por los momentos que pasaron juntos, por la felicidad que le hace sentir, y la manera en que le hace el amor. Son cosas que ella ama y extraña de él.

—Si, pero eso ya no importa—, le respondió.

Niky no tiene idea a donde las va a llevar esa conversación. Solo Mel sabe los verdaderos motivos que tiene para buscarla. La Mel que Niky conoce era tierna y dulce. Sincera y noble. Pero la mujer parada frente a ella no tiene idea como es. Según Andros sigue siendo la misma aunque en un estado autodestructivo que a él le da miedo. Y también le dijo que por fin aceptó ayuda de un profesional.

Caminaron en silencio hasta que llegaron a una zona verde y Niky se dejó caer en el pasto. Mel hizo lo mismo.

—Andros te ama Niky. Siempre pensé que lo suyo había sido algo pasajero de una chica de dieciséis y un chavo de dieciocho. Pero ahora me doy cuenta que él nunca dejo de pensar en ti. Pensaba que a esa edad las personas no se enamoran de esa forma, y qué equivocada estaba. Existen amores puros y sinceros como el de ustedes. Cuando me di cuenta que estaban saliendo me dio mucho coraje y aún así esperé que él me lo dijera. Pero no quería que estuvieran juntos y le pedí que escogiera entre tú y yo. Su respuesta fue rápida y me sentí herida pero jamás habría hecho algo para lastimar a mi hermano cómo lo que hizo mi madre para separarlos. Mi madre me ha mentido demasiado y por mucho tiempo.

Y Mel empezó a hablarle de las fotos y las intrigas que Emma, su madre tramó para alejarlos, y que sino hubiera sido por la tía que descubrió todo seguirían engañados, sobretodo ella.

—Mi madre solo nos ha manipulado, más a mí que ha Andros. Y no le importó arrastrarme en el trayecto. Eso solo me demuestra lo egoísta que ha sido—, concluyó al final.

Niky recuerda a la señora Emma. Una mujer guapa, seria, que no tenía amigas pero si muchas amistades. Formaba parte de la sociedad de padres de familia y siempre pareció apoyar a sus hijos. Era muy reservada pero amable y respetuosa. Sino fuera porque Mel le contaba que peleaba con su padre podía decir que nunca se enojaba. También sabe que era poco expresiva al demostrar sus sentimientos incluso con sus hijos. En cambio el señor Andros era muy diferente, siempre sonriente y bromista. Ella podría decir que antes de que todo explotara lo vio como lo más cercano a un padre.

—Si hubiera sabido lo que pasaba entre mi madre y tu padre, habría hecho muchas cosas menos engañarte fingiendo que no pasaba nada—, le aseguró Niky.

—Ahora lo sé. Pero en ese momento no lo vi así. Odié a tu madre y a ti. Para mí tú eras tan culpable como ella. Cuando se fueron me imaginaba a mi padre visitándolas y teniendo la familia que ya no existía con nosotros. Una familia que quizá nunca existió realmente. Pero se sentía bien creer que mis padres aún con sus diferencias se amaban y que éramos felices la mayor parte del tiempo, hasta que supe lo de tu mamá. Además mi madre me juró que los vio a los tres juntos. Jamás imaginé que ella fuera capaz de mentir en algo así.
—No volví a hablarle a tu papá incluso cuando iba a ver a mi mamá—, le platicó mirando hacia la nada—. La relación con mi mamá también fue mala, pero con el tiempo mejoró un poco, no fue igual pero tuve que aceptar la realidad. Ella es lo único que me queda.

—¿Crees que aún haya oportunidad para nosotras?—, le preguntó con los ojos vidriosos.

—Lo he esperado por muchos años Mel.

Se abrazaron y lloraron juntas. Ahí están nuevamente, las amigas que se separaron por culpa de las decisiones de los demás, del egoísmo de otros. Permanecieron así por un rato hasta que se desapartaron con los ojos rojos y un tanto hinchados.

Mel lo quiere intentar con todo su corazón. Más que darle una oportunidad a Niky, es darse una oportunidad ella y volver a ser la chica que un día fue. La que era feliz.

—Somos unas lloronas—. Dijo Mel limpiándose la cara sonriendo.

Que agradable se siente poder arreglar las cosas, y ambas se prometieron hacer lo posible porque así sea.

—Necesitas hablar con Andros y aclarar las cosas.

Niky suspiró. Aún no está lista para eso. Se siente dolida.

—No puedo. Estoy tan decepcionada de él.

—Tuve la culpa. Cuando vi que estaban peleados me iba cada fin de semana a Nueva York con su ex intentando se reconciliaran, hasta que un día estaba tan tomado que tuvimos que llevarlo a su departamento y ella aprovechó la oportunidad que tanto andaba buscando.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.