Aún recuerdo cómo me dolía la espalda al levantarme de esa incómoda silla de hospital, no pude creer cómo logré conciliar algo de sueño.
Pero todo valió la pena, ese día pudimos verte.
Te veías agotada, tenías ojeras y algunos rasguños en tus brazos.
Tu hermoso rostro estaba tinturado con algo entre morado y verde cerca de tu sien y ojo, y fue muy extraño, pues no parecía un golpe accidental.
Sin embargo, la peor parte se la llevó la parte izquierda de tu cabeza, la cuál se encontraba vendada.
A pesar de todo te mirabas preciosa.
Pareciste sorprendida al verme entrar, no esperaste que estuviese allí, no hablamos mucho, no quise presionarte, al parecer el golpe hizo que te desorientaras y no recordaras los sucesos antes del accidente.
Pero esperaba que no tardara mucho tiempo en volver tus recuerdos, necesitaba con desesperación saber qué había sucedido esa noche.
Gracias al cielo, no tuve que esperar por demasiado tiempo, pues días después se dignó a aparecer tu dichoso novio y según tus palabras, tu mente hizo "Click".
Esa noche, viste el verdadero rostro de esa bestia, que llamabas pareja, te fue infiel con una de sus amiguitas, misma, que trabajaba de mesera en el restaurante dónde se encontraban y mientras tú salías al estacionamiento a esperarlo que pagase la cuenta, a mitad de camino, decidiste, ir al baño, era tarde y no había casi nadie en el local, así que entraste al baño, y encontraste a Rubén acorralando y besando a la mesera cómo un poseso, no lo podías creer, le gritaste y saliste corriendo lejos de allí, me llamaste muchas veces, él te siguió furioso hasta el solitario estacionamiento, lo encaraste y te tomó fuertemente mientras te gritaba, tu lloraste que te soltara, y luego te golpeó.
El maldito se atrevió a golpearte, a ti.
Cómo pudiste saliste en busca de tu auto y saliste a toda velocidad, mientras seguías llamandome, hasta chocar.
Lo siento, lo siento mucho, Cam. No estuve para ti.
No me lo perdonaré.
Él