Descubriendo sentimientos II

Los días después de todo aquél embrollo, fueron mejor.

Poco a poco, Cam, volvía a ser ella, se recuperaba.

Aún odiaba a ese tipo, me encargué de darle su merecido, me sentí muy bien cuándo lo apresaron, y me enfurecí cuándo volvió a estar libre,

Me consolaba saber que por lo menos, no podría acercarse, y si lo hacía, no iba a permitírselo, estaría encima de ella todo el tiempo, a toda hora.

Cada día trataba que fuera mejor que el anterior quería darle todo mi amor, pero entendía que tal vez, estaba pasando un momento duro, no quería presionarla pero poco a poco, quise que mis atenciones, por lo menos reflejaran lo que sentía, mi corazón se sentía eufórico y a la espera de que al fin pudiese liberar todo de mí.

Sentía que cada día me podía controlar menos, quería besarla, y decirle que la amaba, más que una amiga, más que todo.

No sabía cuánto más podría soportar, quería que me amara, tanto como yo a ella, estaba dispuesto a lograrlo a hacer que me amara.

Pero no contaba con que también jugaría sus cartas.

Por eso, esa noche, cuándo llegó a mi puerta, y soltó aquello que por tanto tiempo anhelé que recordara sentí un respiro y supe que había llegado nuestro momento.

Así que sólo dije:

- Al fin, Cam. Al fin lo recordaste - Sonreí, cómo nunca lo había hecho.