Sonrío, sí que lo hago.
Tengo una enorme sonrisa boba en mi rostro, de hecho no he dejado de hacerlo, desde que Cam se presentó en la puerta de mi apartamento.
Repaso los acontecimientos de esta noche y no puedo más que sentirme feliz y tal vez un poco desconcertado por todo lo que sucedió, lo que dijo, lo que le dije y cómo olvidar su inoportuno vómito.
¡Dios! ¿Qué tanto puedo amarla, cómo para tolerar todo su desastre?
Limpie sus desechos alimenticios incluso con amor, de verdad estoy muy mal.
Recuerdo que la tomé en brazos luego de limpiar todo su desastre, y la llevé a mi habitación.
Con toallas húmedas limpié su rostro y cabello, que quedaron expuestos-A igual que mis pies, pero eso ya es otra historia.
Vuelvo a mi realidad, cuándo siento ruidos de cocción en frente de mí.
Esto se encuentra listo.
Coloco todo en una bandeja para llevarle a Cam algo de desayuno.
Y sonrío nuevamente cuándo recuerdo que está ahí, dormida en mi habitación, mi cama, mis sábanas.
Anoche decidí dormir en el sofá de la habitación, para no incomodarla, pero eso sí, no fue nada fácil verla ahí. Delirando, hablando sola, haciendo ronroneos, que me estaban matando lentamente.
Por suerte, concilié el sueño y salí vivo de esto.
Entreabro la puerta, y hace ese chillido característico cuando la abro por completo, y la veo ahí, con su mata de cabello revuelto, su rostro está algo hinchado pero está igual de hermosa que siempre.
Suspiro y me preparo a continuación, tomando el valor suficiente para descargar tantas palabras y sentimientos que llevo atascado por tanto tiempo. Es el momento, me juré a mí mismo que la tendría, y pase lo que pase, me corresponda o no, no pienso perderla y lucharé por ella y se lo haré saber de una vez por todas. Este es nuestro momento y no estoy dispuesto a desperdiciarlo.
Entro decidido, pero, mi valentía mengua cuándo veo cómo bate sus pequeñas pestañas, abre sus ojos, los restriega un poco y me mira con confusión para un segundo después verme con cara de terror.
¿Y ahora qué?