Aún Recuerdo

Descubriendo sentimientos V

Escucho un leve chillido proveniente de una puerta.

Froto un poco mis ojos, antes de abrirlos por completo, suspiro y mi vista se topa con el rostro de Jo en la puerta, lo miro confusa, sin tener la menor idea de lo que hace en mi habitación tan temprano.

Aunque la confusión me dura muy poco, pues cuándo mi vista se posiciona en la bandeja con el que parece un delicioso desayuno, mi mente por segunda vez en menos de 24 horas, hace un Flashback de inmediato.

Yo siendo decidida de una vez por todas.

Yo tomando valor con una botella de alcohol.

Yo tocando la puerta de Jo.

Yo recordando una noche que olvidé por completo.

Yo diciéndole vergonzosamente a Jo que recuerdo lo que ocurrió esa noche.

Oh por Dios. 

Él admitiendo que lo recuerda.

Él diciéndome lo que parecía una increíble confesión de ¿Amor?

Fui su primer beso.

Y... y...

No, no, no.

Yo. Vomité.

Me recargo rápidamente y lo miro con auténtico terror.

No lo puedo creer, ¿Acaso puedo ser más ridícula? No, no lo creo.

¿Qué voy a hacer?

- Yo-o, lo siento,  lo siento, Jo- Digo torpemente- De verdad, perdóname. No sabía que lo hacía. Olvídalo todo. - Llevo mis manos a mi rostro ocultándolo de él. Lo último que quiero es que me vea. Ahora soy consciente de dónde estoy y lo horrible que debo lucir- Por Dios. Que vergüenza.

Siento sus pasos acercándose lentamente y luego como la cama se hunde un poco.

Coloca las bandejas en mis piernas. Quita mis manos de mi rostro y las toma en las suyas.

Levanto un poco mi rostro para verlo y siento mis mejillas enrojecer más de lo que seguramente han estado desde el momento en que lo vi.

Sube una de sus manos, y acaricia mi mejilla acalorada y me dice:

- No puedo olvidarlo, Cam. - Me sonríe - Es probablemente lo mejor que me ha pasado en la vida. 

Lo mio con sorpresa y trato de decir algo. Será posible que tal vez, sólo tal vez sienta algo más por mí. Quiero creer que si. Al pensar en ello, mi corazón empieza a acelerar el ritmo, casi que siento que moriré.

- Shh, no digas nada. Después hablaremos y me dirás que es eso que viniste a hacer a mi puerta tan tarde. Ahora come.- Me da un beso en la mejilla - Por cierto. Buenos días, cariño.

Ay Dios, esto tal vez realmente está pasando. Puedo acostumbrarme a ello. Y no quiero perder esta oportunidad. Es ahora o nunca.

Así que obedezco. Desayuno en silencio, con Jo a mi lado todo el tiempo.

Pido un momento ir al baño, aseo mi rostro, lo seco y miro mi reflejo en el espejo y me repito nuevamente:

Camile, es tu momento, su momento. Nuestro momento. Es ahora o nunca.

- Bien, estoy lista. ¿Quieres hablar? Hablemos

- De acuerdo, verás...

- No, no, no. Primero explícame ¿por qué nunca me dijiste lo que pasó entre nosotros aquella noche?

...

 




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