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Miro por centésima vez mi reloj, viendo la hora, estoy demasiado nervioso, y su retraso está haciendo que me sienta peor.
Limpio el sudor que ha empezado a caer por mi frente a causa de mi estrés, por este momento.
Veo a mi alrededor, y quiero convencerme que todo está perfecto.
Pedí una mesa en la terraza del segundo piso del restaurante, y hice que decoraran todo con pequeñas luces, que junto a la luna son los que iluminan esta noche.
Hay velas por todo el lugar, incluso huele todo bien, todo está listo para una perfecta noche romántica perfecta para lo que pienso hacer.
Un mesero me avisa que ya llegó.
Bajo deprisa para encontrarnos junto en el incio de las escaleras, las cuáles también tienen luces, y por tal razón la encuentro dándole su atención a estas.
- Amor, ¿Por qué están todas estas luces aquí?
- Lo sabrás en un momento, primero salúdame adecuadamente. - Me sonríe
Le doy un pequeño beso, que ella me responde justo cómo me gusta, y sólo me hace convencer que es la mujer perfecta para mí.
La separo un poco y entonces la tomo de su mano y la insto a subir las escaleras conmigo.
Cuándo llegamos al lugar ella abre sus ojos, y me mira con la mirada un tanto cristalizada y me besa un poco más regando un poco su labial.
La limpio un poco y la observo.
- Jo, esto es hermoso ¿Es para mí?
- ¿Para quién más si no, cariño? Feliz segundo aniversario, amor mío
- Te amo
- Yo te amo mucho más
Nos sentamos, y disfrutamos de la cena, pero a medida que pasa el tiempo, me siento más y más ansioso, también siento que ella se empieza a notar nerviosa, y tal vez creo que nota mi miedo.
Así que empiezo.
- Cariño, no sólo te traje a este lugar por nuestro aniversario. - Sonrío y tomo su mano izquierda- Te dije que tenía algo que decirte, así que lo haré antes de que me acobarde. - Suspiro y ella asiente - Sé que sabes cómo durante años te he amado, cada sonrisa, cada mirada, te he amado desde antes que siquiera yo lo supiese, es tonto, pero amo todo de ti, desde tus defectos, hasta tus virtudes - La miro con todo el amor que siento por ella, tratando de transmitir todo lo que hay dentro de mí - Desde hace mucho he querido decirte o más bien pedirte esto, pero no hallaba el momento - Sonrío nerviosamente - Quiero pasar el resto de mis días contigo, no quiero más tener que esperar hasta el día siguiente para verte, quiero tenerte mis días y noches para mí, verte despertar, estar contigo siempre...
- ¡Oh por Dios! - Chilla cuando empiezo a arrodillarme a sus pies, así cómo siento está mi corazón, a sus pies. Lleva sus manos a su boca tratando de detener los sollozos que empiezan a salir y veo cómo hay lágrimas corriendo por sus mejillas.
Siento cómo me empiezo a asustar, pero me mantengo firme en mi posición.
Así que saco la pequeña caja de terciopelo que tengo en mi bolsillo y la abro para ella. Mostrando el pequeño anillo que conseguí para este instante.
- Camile, cariño, mi amor, mi cielo, mi vida... ¿Te casarías conmigo?
Siento cómo experimento el mayor terror de mi vida, nunca antes había estado tan asustado cómo en este momento, siento que quiero levantarme e irme, cuando de pronto la veo, asintiendo sin para con sus ojos llorosos, y se abalanza a mis brazos dándome un beso que alivia todo mi ser.
No sabía que lo necesitaba tanto hasta este momento.
- Sí, si quiero. Por supuesto que sí. Soy tan feliz, esta tarde sólo bromeaba, pero wow, quería esto en verdad.
- Yo también quería mucho esto, y soy muy feliz, cariño.
Nos ponemos de pie, y parece que no podemos estar lejos el uno del otro así que permanecemos en una misma silla, ella encima de mis piernas abrazándonos y besándonos sin parar.
No puedo dejar de ver su dedo, donde ahora se encuentra el anillo que ahora la hace completamente mía.
Suspiro y entonces recuerdo aquello que no me ha dicho y se lo hago saber.
Veo cómo se tensa en mis brazos, así que la abrazo.
- Cariño, puedes decirme lo que sea. Me has hecho el hombre más feliz, no hay nada que me haga cambiar eso ¿De acuerdo?
Asiente y entonces suelta la bomba
-Estoy embarazada.