Aunque las flores se marchiten

Primer día

Alice.

Estos últimos años he sentido una sensación de deseo, pero se va pronto cuando veo a mi alrededor, compañeros que son inservibles, profesores torpes y padres ausentes.

Pasar desapercibido es mi habilidad, tengo que ser el número 38 entre mis compañeros, mis notas no suban de 15 y no bajen de 13. Eso es lo que hago, me mantengo en un margen ordenado de la "chica normal". No miento, quisiera tener más amigos como cualquier joven, sin embargo, no es una de mis emociones o deseos actualmente. Dejo que mi vida fluya como quiera, no esfuerzo lo máximo ni aflojo a lo mínimo.

Y así es donde estamos, ahora en clase de química. Lo peor... no lo puedo negar. Escribo en mi block ya que me olvide mi estúpido cuaderno. Pero por alguna razón siento que alguien me mira. He volteado un par de veces y no veo nada, creo que es el profesor...

—Alice, ¿podrías quedarte un momento, por favor?

No sé lo que está pasando, pero esto no me gusta.

—Ok... —le dije al profesor.

Por lo estúpido que suene, todos se iban mientras sentí que alguien estaba detrás mío, pero no tan cerca. Era como si se hubiera quedado para hacer algo. Quiero saber qué.

—Benjamín, ya te puedes retirar.

—¿Eh? Profesor, ¿sabe que está prohibido quedarse a solas con un alumno? Y peor con una... alumna —ese chico me miró.

—¿Qué tratas de...?

—Aquí está mi trabajo. Espero que le guste.

Ese chico se veía tan genial. Su chaqueta, su pulsera "hippie" y sus lentes que de alguna manera me atraía.

Sin embargo, era tan raro, el chico sonrió y se fue de la nada, pero mi acción fue lo que más me sorprendió.

—Ese mocoso... ¿y en dónde nos quedamos...? ¿Alice? —dijo el profesor, mientras me iba corriendo detrás de él.

—¿Qué tratas de hacer? —le dije.

—¿De qué hablas? —me respondió mirándome fijamente y acomodándose sus lentes.

—¿Qué fue eso? ¿Por qué le dijiste eso?

—Nada, no te creas la importante, lo haría por cualquiera. Hasta por un chico

¿Por cualquiera?

—Tú acaso... —quería decirle que si ya nos habíamos visto antes.

—¿Eh? ¿Piensas que estoy enamorado de ti? Ja, mucha novela ves, amiga.

Tal vez sí, pero él tenía algo que me atrapó.

—Oye, no pensaba eso... solo que...

¿Realmente estaba pensando eso? Ya ni siquiera sé.

—Tengo cosas que hacer, luego hablamos. ¿Okey?

—¿Somos amigos? Recién te conozco y me parece... —respondí rápidamente antes que se vaya. Ni siquiera sabía que mierda estaba haciendo.

—Ah... tómalo como quieras, llego tarde. Hasta luego, chica rara —dijo mientras se iba y me quedaba mirando su espalda.

Ese día me emocioné demasiado, pero por alguna razón quería hablar más con ese chico. Ni siquiera sabía su nombre y no sabía si lo de hablar luego era verdad o solo fue una estratégica para que le dejara de hablar.

Quiero saber qué es lo que siente.

Benjamín.

—¡Benjamín! —dijo el profesor.

—¡Presente!

No sé qué hago aquí. Tengo todo el derecho de irme al igual que el de quedarme, pero ¿qué haría si me voy? ¿Con quién estaría? ¿Con mis colores? ¿Lápices? O tal vez con mi borrador.

Soy hijo de doctores. Algunos dicen que soy prometedor para la sociedad, otros dicen que no... en realidad no me importa eso, pero lo que sí es agarrar la beca para las clases de dibujo y arte en una universidad muy prestigiosa que ha estado rumoreando estos años en el colegio.

Estoy preparándome para todo, la cuestión es que... mis padres odian el arte y por obvias razones no quieren que lo siga haciendo. Discutí un par de veces con ellos sobre el tema, pero a pesar de eso parece que siguen con la idea en que sea doctor. Aunque me va bien en la mayoría de cursos, no creo que sea una buena opción dejar a un lado mis sueños.

Así que este año postulé para un concurso de arte. Si gano podré agarrar la beca que contiene e iré a estudiar lo que más amo, aunque no sea algo que mis padres quieran... lo voy a intentar, luego veré lo que pasa.

—¿Eh? Profesor, ¿sabe que está prohibido quedarse a solas con un alumno? Y peor con una... alumna.

Lo dije sin saber lo que estaba haciendo con ella, solo fue mi ¿instinto?

Salí lo más rápido que pude del salón, me preguntaba que había hecho. Me puse más nervioso al darme cuenta que esa chica del salón estaba detrás de mí y me empezó a hablar. Respondí como pude.

—¿Eh? ¿Piensas que estoy enamorado de ti? Ja, mucha novela ves, amiga

Me puse demasiado nervioso, no sabía que decir, así que me quise hacer el gracioso.

—Oye, no pensaba eso... solo que...

Ella era tan dulce que... por un momento algo pasó por mi cabeza.

—Tengo cosas que hacer, luego hablamos. ¿Okey?

Realmente tenía muchas cosas que hacer, pero quería seguir hablando con ella.

Luego de mi corta conversación con esa chica, tenía que pensar en una buena razón para que mis padres me dejen quedarme más tarde en el colegio antes de que me vengan a recoger, así que les dije que ayudaría a Gabriel en algunas asignaciones.

—Buenas tardes, nuevos talentos. La academia ya comenzó y los nuevos alumnos que se unieron a través de la beca están aquí con nosotros, por favor, denle un fuerte aplauso a: Mario, Benjamín, Kate y Gabriel.

Todos aplaudieron, pero al darme cuenta, el profesor dijo: "¿Quieren decir algunas palabras, chicos?"

—Eh... bueno. Gracias a todos, nos esforzaremos —dijo un chico que lo único que pude notar fue su cabello rojo.

—Y tú, ¿no quieres decir algo? —dijo el profesor mirándome.

—¿Ah? ¿Yo? No, gracias. —El profesor me miró y lo único que hice fue pararme y decir: "Solo puedo decir que... hubiera llegado antes si no hubiera sido por una chica que me habló en los pasillos, extrañamente es muy linda, pero eso no significa que me guste. Lo que trato de decir es que... lo siento por no llegar a la hora."




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