— ¿A dónde vamos a ir hoy? —Trey camina a mi lado luego de nuestra última clase.
— ¿Quieres hacer algo hoy? ¿Conmigo? —pregunto juntando las cejas.
Se encoje de hombros. —Pues sí, por eso te estoy preguntando Lani Lane.
—Oh, Lani —Papa se encuentra con nosotros luego de cruzar el pasillo, sus ojos se mueven a Trey—. Calvin.
Trey asiente, enderezando la espalda. —Hola, entrenador.
Papa me mira entornando los ojos. —Lani, ¿Puedo hablar contigo antes que te vayas?
Asiento y nos movemos a un lado, Trey se recuesta en la pared esperando por mí.
— ¿Cómo conoces a Trey Calvin? —pregunta.
No sé porque esa pregunta. —Pues, ayer lo conocí —evito hablarle sobre el baño.
— ¿Ayer? ¿Por qué él parece querer estar cerca de ti? —junta las cejas tanto que unas líneas se le forman entre ellas.
—Papá, Trey es solo un compañero de la escuela y nada más. Sabes que… bueno, nada, es amable y ya. Eso es todo, ¿Por qué preguntas eso?
Suspira. —Por nada, olvídalo. Mira Lani, ¿recuerdas nuestra promesa? Te mantendrás alejada de problemas, ¿verdad?
Odio el tono que está usando, como si fuera una niña pequeña. —Sí, papá. No te daré más problemas. Nos vemos después.
Me muevo a un lado para continuar con mi camino fuera de aquí, le doy una mirada a Trey para avisarle que nos vayamos. No sé a dónde iremos, no hay un plan y es una locura que siga pasando tiempo con este desconocido pero no me importa.
Trey se despide de papá y me alcanza, quedándose a mi lado. — ¿Todo bien?
Asiento pero no respondo nada.
— ¿No vas a pasar a tu casillero? —pregunta.
—No —no quiero encontrarme con más notas insultándome o burlándose, prefiero que el conserje las arranque y las lleve a donde pertenecen.
—Entonces, ¿Qué quieres hacer hoy? —pregunta Trey.
En el camino son pocas las personas que me voltean a ver y luego sus ojos se mueven hacia Trey, la expresión que le sigue es como cuando no entiendes lo que están viendo tus ojos. Lluvia con sol brillante, un gato caminando en dos patas, un perro en el asiento del conductor.
Parece que ver a Trey cerca del chiste viviente que soy yo, es demasiado confuso para ellos.
—No lo sé, no tengo idea —admito.
Trey y yo salimos de la escuela al estacionamiento, me mira por un segundo pero luego frunce el ceño. —Oh, ¿esa es Destiny?
Sigo la dirección de su mirada. Destiny está recogiendo del suelo unas hojas y varios objetos, parece que se le han caído.
Sin pensarlo corro donde ella está y me inclino para ayudarla. —Ah, Lani, gracias.
Unas hojas iban a volarse con el viento pero Trey se inclina y las detiene, las toma todas y les sacude las partículas de suciedad. Extiende la mano para entregárselas.
Destiny guarda todo en su bolsa y nos da una sonrisa. —Muchas gracias.
— ¿Se te cayeron? —pregunto, revisando si no se ha quedado algo más cerca de nosotros.
—Ah, sí, se me cayó esto —baja la mirada—. Gracias otra vez.
—No hay problema —Trey afirma.
Entorno los ojos. —Um, ¿tienes auto?
Niega, sacudiendo la cabeza. —No sé conducir todavía.
—Ah, igual que él —señalo.
Trey resopla. —Sí sé conducir pero ahora no tengo auto.
—Destiny, ¿quieres pasar tiempo con nosotros? Aún no sabemos que vamos a hacer pero podemos pensarlo en el camino —ofrezco.
Sus ojos se abren, luego pasan de mí a Trey y de vuelta a mí. — ¿De verdad?
—Claro, ¿Por qué no? Vamos a divertirnos… o algo así.
Trey sonríe de lado. — ¿Hay algo en particular que deberíamos hacer?
Muerde su labio inferior. —Um, bueno, no lo sé. Estoy bien con lo que quieran hacer.
Claramente, nadie tiene buenas ideas. — ¿Saben qué? Vamos a mi auto, luego se nos ocurrirá algo.
Me coloco a un lado de Destiny para caminar con ella y Trey al otro lado. Le hago una señal para que pase y se mueve a la puerta del asiento trasero.
—Ah, una advertencia, mi auto huele demasiado a vainilla —comento.
Desbloqueo los seguros para que ambos puedan entrar. Noto que Destiny eleva las cejas cuando siente el exceso de fragancia y después de entrar al asiento del conductor, bajo todas las ventanas otra vez.
— ¿Cuánto crees que dure este olor? —pregunta Trey.
—No lo sé pero es buena publicidad para la marca, ¿no lo crees? Al menos es vainilla y no algo asqueroso.
—Me gusta la vainilla —Destiny habla.
Me coloco el cinturón de seguridad y le doy una sonrisa. —Gracias por intentar hacerme sentir bien.
Trey recuesta su brazo en la puerta. —Ah, tengo una idea. A unas cuadras de mi casa hay un parque, ¿vamos ahí?
Me encojo de hombros. —Por mí está bien.
—Sí, está bien —Destiny susurra.
—Tendrás que guiarme —le aviso a Trey.
—Claro, ya conoces el camino a mi casa —ayer lo dejé ahí.
Comienzo a moverme para salir del estacionamiento cuando veo a un lado, el auto de Wynter rodeado de sus amigas y chicos que probablemente son los novios de ella. Estoy segura que Edgar está por ahí.
Aprieto mi mano en el volante. Ella sonríe sin ninguna preocupación en el mundo y todo parece estar tan bien en su vida.
Salgo del estacionamiento. Trey empieza a guiarme mientras escuchamos canciones genéricas de la radio. Destiny pasa la mayor parte del tiempo en silencio y Trey solo se encarga de decirme donde girar.
Antes de llegar al parque me doy cuenta que esta es la primera vez que viajo con dos personas de mi edad desde que recibí este auto. No era de las que salía a divertirse con alguien, tampoco me subía a los autos de otras personas.
Ayer Trey estuvo aquí y ahora Destiny también. Si fuera optimista pensaría que este es el comienzo de nuestra amistad pero soy una persona realista. La realidad es que no creo que dure.
— ¿Aquí es, no? —miro el parque, es pequeño y tiene un par de juegos infantiles, nada fuera de lo común.
Asiente. —Sí.
Me estaciono a un lado, cerca de un árbol con tronco ancho y bajamos. Hay un par de ancianos al fondo, están leyendo y ni siquiera levantan la vista cuando pasamos cerca de ellos.
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Editado: 18.03.2025