— ¿Entonces ese es tu plan? —Edgar habla cuando llego a mi casillero, está frente al mío—. ¿Te vas a divertir con la hija del entrenador para ganarte el lugar de capitán?
Trey rasca su cuello. — ¿Crees que necesito ser un idiota para ganarme ese lugar? Solo un cobarde y un estúpido haría eso.
La sonrisa de Edgar desaparece. —Que mal que tengas que caer bajo con Lani, pero ella es más fácil de lo que crees.
Abro la boca, ¿realmente dijo eso? — ¿Qué te pasa? —Elevo la voz— Edgar, cállate.
— ¿O lloraras? —Sonríe otra vez—. Tranquila Lani, somos amigos, solo estoy jugando contigo.
Trey niega y Edgar se aparta para moverse a donde sea que vaya. Cuando su cuerpo ya no está obstaculizando mi casillero veo que otra vez hay notas adhesivas y esta vez, son cinco.
Cinco tontas notas de colores brillantes llamando cosas desagradables. Siento la garganta apretada y mi pecho oprimiéndose. Respiro por la boca pues siento que me falta aire.
Trey toma una de color verde. — ¿Quién hizo esto? ¿Edgar?
La letra de cada una es diferente, no pudo ser solo él. —No lo sé.
Trey niega, retirándolas todas. —Esto no está bien Lani, vamos a hablar con alguien ahora, tal vez tu padre…
— ¡No! —mi corazón se acelera al escuchar eso—. No, por favor, Trey. No importa, solo son notas —se las quito de la mano.
Trey frunce el ceño. — ¿Solo son notas? No Lani, esto no son “solo notas”
Él no lo entiende y jamás lo hará. —Estoy bien —me fuerzo a sonreír—. Mejor ve a tu clase.
Trey entorna los ojos por un momento. —Nos vemos después —me mira un segundo antes de darse la vuelta y caminar lejos de mí.
Extiendo el puño y las notas siguen ahí, recordándome que nada ha cambiado. Que el tiempo ha pasado pero que sigo siendo la burla de todos y no se detendrá.
Durante mi siguiente clase traté de prestar atención pero mi cerebro seguía recordándome las notas y lo que decían. Si eran cinco y todas parecían estar escritas por personas diferentes significa que alguien de aquí pudo ser una de ellas.
Sé que Wynter y Edgar son una opción y sus amigos también, pero quisiera saber específicamente quienes fueron. Tal vez algún día los descubra.
Aunque no creo que sirva de algo. Puede que vea a Wynter pegándolas y no haré nada. Sé que no lo haré. Sé lo que pasa cuando pienso que al denunciarla pueden ayudarme y sé que todo terminará mal.
Al final de la clase sabía que tenía que ir a mi casillero otra vez pero mi corazón no dejaba de acelerarse y sentía como mi respiración se entrecortaba. Una corriente pasaba por todo mi cuerpo tensándolo al paso.
Sin embargo no encuentro ninguna nota ahí. Me relajo y abro el casillero, apresurándome para no encontrarme con Edgar. Decido caminar por el otro pasillo aunque sea un camino más largo pero así evitaré toparme con el indeseable vecino de casillero.
Casi me tropiezo con alguien cuando cruzo. Ese alguien, es Trey.
—Oh, lo siento —decimos al mismo tiempo.
— ¿Qué haces aquí? —le pregunto. En este pasillo no está su casillero.
Señala hacia atrás. —Fui al baño, al de chicos esta vez.
Sonrío. —Que bien, yo que pensaba que me estabas siguiendo.
—Claro que no —sonríe—. ¿Qué clase tienes ahora?
Coincidimos otra vez en clase y al llegar, veo que Destiny ya está ahí pero no está sola. Sabrina y Melissa están cerca, hablando con ella.
Camino a un asiento vacío cerca de donde está Destiny con Trey siguiéndome. Ni Sabrina ni Melissa me han notado, así que puedo escuchar la conversación.
— ¿Por qué no intentas alisarte el cabello? —Melissa pregunta.
Sabrina asiente. —Pero tienes que peinártelo primero y usar un mejor acondicionador, mira tus puntas, están secas.
—Tal vez no usas acondicionador —Melissa habla—. ¿Sabes? Creo que te verías mejor con el cabello muy corto, ¿Por qué no te lo cortas?
Destiny solo las observa y no les contesta. Esa conversación podría parecer inofensiva pero al mismo tiempo, no. Siento que la están molestando y quiero hacer algo pero si lo hago, la atención estará en mí y las bromas se dirigirán a mí.
—También intenta depilarte las cejas, se notan los cabellitos —Sabrina señala.
— ¿No te dejan en tu casa? —Melissa usa un tono falso—. ¿Te regañan?
— ¿Tienes que pedir permiso para depilarte, verdad? —odio ese tono lleno de lástima que hace Sabrina.
Cuando llega Wade, uno de los del equipo, se alejan de ella y van con él. Ambas parecen estar interesadas en él y ambas parecen estar bien con eso.
Destiny cruza la mirada conmigo y me siento culpable, creo que se ha dado cuenta que he sido testigo de todo eso y no hice nada. Pero no puede culparme, ¿no? No había mucho que hacer, ellas no estaban siendo agresivas y se hubieran defendido diciendo que fue toda una broma.
Trey está sentado al frente de mí y no voltea. Cuando empieza la clase no me envía notas y cuando terminó, se va sin decirme nada.
Destiny no me habla, sale sin más.
Mi corazón se comprime. Sé que hice algo incorrecto pero, ¿es mi culpa esto? Yo no la estaba molestando y Trey tampoco hizo nada, él la ha conocido por más tiempo.
Pero Destiny ha sido amable y yo… yo siempre quería que alguien me defendiera y nadie lo hizo. Pero ellos no saben por lo que yo pasé y lo mucho que odiaría que todo volviera a ser así, o incluso, mucho peor.
Espero que Destiny no me odie pero si lo hace no la culpo. Yo también me odiaría, en realidad, a veces todavía lo hago.
Dudé en ir al entrenamiento pues tal vez Trey ya no quería verme jamás en su vida pero al final decidí hacerlo, no importa si Trey ha dejado de ser mi casi amigo, no puedo ir a esa cafetería.
Y admito que por muy infantil que suene, me siento un tanto más segura con mi papá ahí cerca, aunque no me preste atención.
Pasé antes a mi casillero y esta vez, sí había otra nota. No es de un color brillante, es más como si hubieran arrancado un cuarto de una hoja de cuaderno y la hubieran dejado en la rendija.
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Editado: 18.03.2025