Aunque Sea Mentira

17: El Karma

—Estaba escuchando a Edgar hablar con sus amigos y él dijo que se está preparando para el campeonato, vendrán personas, reclutadores y tiene que lucirse para que lo lleven a la liga mayor —afirma.

Estamos caminando por un pasillo que está despejado, Destiny tiene que llegar a clases aunque Trey y yo tenemos periodo libre. —Bien, ¿Y eso como está relacionado con nosotros? —pregunto.

—Se estaba quejando de muchas cosas, entre ellas, la manera en que Wynter actúa y dijo que no quiere que lo involucre en todas esas actividades que no tiene que ver con soccer.

Sigo sin entender cuál es el plan de Trey.

—Ellos solo actúan perfectos, pero no lo son —baja la voz—. No es la primera vez que lo escucho quejarse, pero cuando ella está cerca él actúa como el perfecto novio.

—Trey, no entiendo, lo siento —digo.

—Que me di cuenta de algo. A ambos les importa mucho la apariencia que dan aquí, sino fuera así, Edgar ya la hubiera dejado. Creo que les conviene estar juntos, muchos los ven como la “pareja perfecta” y por eso se creen invencibles, porque todo lo que tienen está en esta escuela.

Llegamos al casillero de Destiny y ella escucha con atención pero toma sus cosas y no opina.

—No hay que hacer nada más que demostrarles que no son perfectos, que cualquiera puede quitarles su vida perfecta —se inclina hacia adelante, mira a ambos lados—. Ni siquiera creo que yo tenga que hacer algo para que Edgar esté distraído, él mismo puede arruinarse.

— ¿Cómo? —bajo la voz.

Trey sonríe y me mira a los ojos. —Ella lo puede arruinar si lo quisiera.

Ah, creo que finalmente lo entiendo. Se trata sobre ponerlos en su contra, que sean ellos dos peleándose y así, dejaran de ser los chicos perfectos que todos parecen amar.

Destiny cierra su casillero. —Um, los veo después, ¿sí?

Nos despedimos y luego, Trey se acerca a mí, su brazo se toca con el mío. —Ven Lani Lane, vamos a la biblioteca.

—Entonces, ¿Qué sugieres? —Le pregunto, aún estamos caminando cerca—. Digo, ¿Cómo podríamos lograr que ellos sean rivales?

Me da una mirada y me empuja suavemente por la espalda para cruzar al pasillo que conduce a la biblioteca. —Tenemos que ser como ellos —susurra.

Espero hasta que llegamos a la biblioteca y nos movemos a una mesa al fondo para seguir con esta conversación, no puedo arriesgarme a que alguien nos escuche.

— ¿Cómo? ¿Te refieres a ser odiosos y herir a personas? —me siento, dejando mi mochila en la silla a mi lado.

Trey deja la mochila sobre la mesa, toma la silla del frente y la acerca a mí para hablar más bajo. —No, ellos no son así con todos, ¿no? Por eso tienen amigos, les hacen creer a las personas que si están cerca están alcanzando el éxito, a pesar que es una estupidez.

—Lo sé —yo viví eso.

—Pero si alguien de pronto actúa diferente, alguien llega y no finge sino que realmente puede ser buena persona y tener más y más amigos, hará que no sean tan poderosos —se sienta—. Mira, he aprendido que la gente mala es ruidosa y eso los hace ver más grandes de lo que realmente son.

Recuesto mi codo en la mesa. —Pero, ¿Cuál es el punto de eso? Digo, ¿Qué tienes en mente?

Me mira por unos segundos. —Si realmente quieres que Wynter obtenga lo que merece, tienes que ayudarme.

Entorno los ojos. — ¿Cómo?

Respira profundo. — ¿Qué es lo que más le importa a Wynter ahora mismo?

Me encojo de hombros. —Su estatus de chica perfecta y popular. Hace todo por atención, por eso exprimió mi desgracia. Cuando vio todos esos seguidores y todas esas vistas, ella aprovechó cada momento para burlarse.

—Y lo más importante para Edgar es el soccer —se inclina más, su rostro está muy cerca—. ¿Lo ves? Ellos no son lo más importante para el otro.

Tiene razón. —Pero siempre han estado juntos.

Niega. —Ella me besó —afirma—. Wynter no quiere a Edgar por lo que es sino por lo que puede darle.

Sonrío. — ¿Los psicoanalizaste en una clase?

Se encoje de hombros. —Siempre fui bueno leyendo a las personas y no es difícil de adivinarlo, ¿verdad?

—Entonces quieres que los pongamos en su contra, ¿Cómo podríamos hacer eso? —doy un vistazo a los lados.

—Tenemos que hacer un plan, hay que pensar en todas las formas que podamos hacer que esto funcione —afirma—. Pero estaba pensando en algo, es algo… loco y tonto pero, quizás, es una buena idea.

Asiento. — ¿Qué es?

Se rasca el mentón. —Mira… el año pasado Sabrina, una de sus amigas, estaba saliendo con Carlos del equipo y lo publicaban, se tomaban muchas fotografías y no sé porque pero la gente les decía que se veían tiernos —me cuenta—. Pero pasó algo, una vez Wynter dejó de hablarle a ella y días después, terminó las cosas con Carlos.

Frunzo el ceño. — ¿Me estás diciendo que rompió con él solo porque Wynter le dijo?

—No lo sé pero es posible. La envidia y los celos son así, ¿no? Tal vez a todas ellas les da miedo quedarse solas.

Bajo la mirada. Yo también tenía ese miedo y lo sentía cuando todos dejaron de hablarme y comenzaron a ignorarme.

—Que tonto, digo, ¿acaso no son amigas?

Bufa. —No creo que Wynter sepa ser una buena amiga —en esto tiene mucha razón.

—Creo que mientras no haya nadie más aquí que sea una pareja perfecta y todo eso, ella siempre se sentirá superior —afirma—. Y Edgar cree que tiene que ganar siempre. Estoy seguro que aguanta estar con ella porque es la más “popular” de nuestro grado.

Ruedo los ojos. —Odio eso de los populares y no populares. Parece una tontería de película pero aquí se lo toman enserio, no puedo creerlo.

—Ya sé —hace una mueca—. Es como si les tuvieran miedo y al mismo tiempo, intentan agradarlos y complacerlos.

Asiento. —Entonces… ¿Cuál es tu idea sobre eso? Me dijiste que era algo loco.

Muerde su labio inferior. —Hay que encontrar a otra pareja “perfecta” y así ellos sentirán competencia.

Resoplo. —Pues con eso que me dijiste sobre Sabrina, dudo que alguien aquí quiera competir con ellos. Tal vez es por eso que todas sus amigas casi no publican nada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.