—Hola, ¿cómo te llamas? —le pregunto a una chica de cabello azul opaco que parece negro.
Levanta las cejas. — ¿Yo? ¿Aria?
—Aria —volteo a las chicas frente a ella—. ¿Y ustedes?
Una de ellas, con cabello rubio recogido dice tímidamente: —Piper.
—Ah, yo soy Vicky —dice la otra chica, con gafas y frenillos.
Les sonrío. —Oigan, estoy sentada allá con mis amigos, ¿Por qué no se nos unen?
Estas chicas parecen ser de un año menos que yo. La hora del almuerzo es así, estamos los de ultimo y penúltimo. Nunca las había visto realmente y no creo que me conozcan así que eso me da confianza de acercarme.
—Um, ¿Porque? —pregunta Aria.
Me encojo de hombros. —No sé, ¿para convivir? ¿Están solas?
Vicky baja la mirada y se encoje en su asiento. Es pequeña y delgada, parece ser muy tímida y me provoca dolor recordar que alguna vez me vi de esa forma.
—Me llamo Lani —les digo, cambiando el tono animado por el que siempre uso—. Y la verdad, no tengo muchos amigos pero quiero hacer y ustedes se ven como personas amigables y que quisiera conocer, ¿nos acompañan? No estamos lejos de aquí.
Piper se encoje de hombros y se levanta, tomando su bandeja. —Yo sí, gracias Lani.
Ah, ya me agrada.
—Está bien —Aria también se levanta, recoge sus cosas igualmente.
Veo a Vicky, evita el contacto visual. —Oye, está bien si quieres estar aquí sola —le digo—. Pero allá estamos los verdaderos chicos geniales y pareces ser una persona genial.
Su sonrisa es sutil. —Um, está bien, yo también.
—Vamos entonces —les digo—. ¿Son de penúltimo, verdad?
—Sí —responden al mismo tiempo.
Caminamos hasta la mesa al mismo tiempo que escucho las risas de los de la mesa del centro, donde están todas las personas que me desagradan.
Cuando me acerco, Destiny me mira y sonríe. En la mesa está Destiny, Trey, Jade, Roy, también está Collin Mack y un chico que sino mal recuerdo, es Mario Castañeda. Parece que Trey los convenció de unirse también.
Me acerco y las presento a todos. Con Piper, Aria y Vicky, hemos llenado todas las sillas. Diez personas que no se conocían, ahora son amigos.
Me siento en medio de Trey y Destiny. —Y yo soy Lani, Lani Lane, presidenta del club de personas que hablan con los animales.
Jade y Roy sonríen. Después de pasar el rato con ellos ya se acostumbraron a mis malas bromas.
Mario se rasca el puente de la nariz. — ¿Hablas con animales?
Recuerdo a Mario, recuerdo algo que ocurrió con él hace años. Una vez uno de los amigos de Edgar le bajó los pantalones frente a la clase, teníamos como doce años y él lucia realmente avergonzado.
—Sí —sonrío—. Hoy por ejemplo, hablé con Edgar, la comunicación fue un poco incoherente.
Roy suelta una carcajada y Mario sonríe.
Nos sentamos y comenzamos a comer. Pasamos el resto del tiempo hablando de clases, tareas, la vida y demás. Destiny nos contó sobre un documental que vio en internet de un señor que hablaba con los animales (no como mi falso talento) y Jade afirmó que ella conocía una historia sobre un perro que hablaba en la vida real.
Honestamente, esto era todo lo que siempre quise. Estar con un grupo de personas y hablar de lo que sea, no tomarnos enserio, simplemente reír y pasarla bien.
Cuando era hora de irnos de la cafetería, me aseguré que todos acordaran que nos viéramos mañana también en esta mesa. Nos despedimos de Vicky, Piper y Aria y luego, Destiny y yo caminamos junto con Mario, Roy, Jade, Collin y Trey.
En el pasillo me di cuenta que el grupo de Wynter y Edgar voltearon para ver quiénes eran las personas que reían y charlaban. Hice contacto visual con Wynter y ella entornó los ojos pero luego, siguió hablando con sus amigas.
Nos separamos para ir a nuestros casilleros, sin embargo, Trey y Destiny no se despegaron de mí.
—Vayan a los suyos —les digo—. ¿Qué es lo peor que pueda pasar? ¿Una nota más?
Trey toma mi mano y eso paraliza mi corazón. —Eres mi novia, ¿no?
Destiny sonríe. — ¿Que? ¿Están juntos?
Niego frenéticamente. —Está mintiendo, nunca le creas a un hombre, Destiny. Son unos mentirosos.
Destiny sonríe más. —Lani, no es cierto eso.
Siento mis mejillas ruborizadas. —Hablo enserio, es probable que todos los hombres mientan, es un estudio científico o algo así.
Trey bufa. —Lani Lane, estás delirando —le da un apretón suave y luego me suelta—. Estamos fingiendo, Destiny.
Su expresión cambia. — ¿Para su plan, no?
—Sí algo así —digo, aun con el corazón acelerado.
Destiny hace una mueca. —Que mal, pensé que sí. Ustedes tienen química.
La tomo del brazo con el mío. —Que mal que ya te guste alguien, pienso que tú y yo tenemos más química.
Destiny suelta una carcajada. — ¡Lani! No digas eso o Trey estará celoso.
Trey bufa y me toma del otro brazo. —Podemos compartir a Lani Lane, ¿no? Yo me quedo con su lado raro y tú con su lado… más raro.
— ¡Oigan! ¿Acaso nadie me pedirá mi opinión? ¿Acaso ahora estamos en un triángulo amoroso? —bromeo.
Camino con ambos del brazo y es extraño y un poco complicado de hacerlo pero me siento bien y es divertido. No sé cómo exactamente logré encontrar a estas personas pero estoy muy agradecida. Con Destiny y Trey me siento invencible honestamente.
—Hagamos una apuesta, quien adivine cuantas notas dejaron en mi casillero, gana algo gratis —digo.
Destiny chasquea la lengua. —Lani, eso no es de bromear. Esas personas no deberían hacer eso.
Trey resopla. —Apuesto que seis, ¡no! Cinco.
— ¡Trey! —Destiny lo regaña—. Um… una, espero.
—Yo pienso que hoy será… tres. Siento que es un número sólido.
Caminamos a mi casillero y mis ojos se abren al darme cuenta desde lejos que esta vez, sin duda no son tres o solamente una.
El casillero está tapizado de esas notas.
Ambos me sueltan y yo me acerco rápidamente. Sin despegarlas comienzo a leer. Son los mismos insultos, solo que esta vez, hay algunos más agresivos.
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Editado: 18.03.2025