Aunque Sea Mentira

26: Errores

— ¿Puedo usar el baño? —pregunta cuando llegamos a mi casa.

Asiento lentamente. —Sí, solo que… está arriba, ven conmigo.

Esto es demasiado extraño para mí. Me siento un poco temerosa, siento que en cualquier momento puede entrar alguien de mi familia y me verá subiendo con Trey.

Eso suena mal pero, es solo para que use el baño.

Llegamos al segundo nivel, mucho más oscuro que abajo y con más eco. Lo guio hasta la puerta del baño mientras que mi corazón golpea fuertemente contra mí.

—Tomate tu tiempo —bromeo, con una incomodidad en el estómago.

Trey me sonríe antes de abrir la puerta y cerrarla. Escucho cuando enciende el interruptor y luego decido moverme a mi habitación para darle privacidad.

Dejo mi mochila en la entrada de la habitación y respiro profundo. ¿Qué estoy haciendo con un chico en mi casa? No es cualquier chico, es Trey. Si papá llega por alguna razón, será un castigo que durará toda la eternidad y a Trey podría expulsarlo del equipo.

Me muevo a la ventana y veo hacia la calle. Está tranquila, no hay nadie allá afuera y solo observo mi auto estacionado. Me calmo al recordarme que probablemente papá no venga temprano, nunca lo ha hecho.

— ¿Lani Lane? —escucho la voz de Trey.

Me muevo al marco de la puerta.

Él está cerrando la del baño, levanta ambas palmas. —Solo quería lavarme las manos, sentía olor a pizza en mis dedos.

Sonrío pero por dentro, hay un huracán en mi interior. Trey es lindo y es amable conmigo, también es divertido y… ¡No! Basta Lani, no pienses en él de esa forma. No arruines esta amistad, no arruines nada otra vez.

Respiro profundamente. —Um, bueno, bajemos…

Pero Trey camina hacia donde yo estoy y corta mi respiración. — ¿Es tu habitación?

Por un segundo veo sus labios, por un segundo recuerdo que Wynter lo besó y ese segundo fue suficiente para que recupere la cordura. —Sí, mira, hay una puerta, un techo, también una ventana.

—Lo veo —suelta una risita, camina a un lado de mí para pasar.

—Claro, estás invitado —bromeo.

Trey se gira y me mira otra vez. —Oye, tuve otra gran idea.

Trago saliva y me muevo hasta el borde de la cama. Mi corazón sigue latiendo más rápido de lo normal pero ya no tengo esa sensación de estar unos centímetros sobre el suelo. —Uh, otra gran idea, ¿Cuál es esta vez?

—Bueno, en realidad tengo muchas ideas. Escúchalas y dime que piensas. Creo que podemos usar eso de las notas, creo que podemos ponerles a ellos también. Pensé que podríamos hacernos cuentas falsas y comentarles en los videos, también lo que dijiste de grabarlos es una buena idea pero no solo cuando las pegan en tu casillero, pensé en algo más grande que eso.

Asiento. — ¿Qué es?

—Hay que intentar grabar todo lo que digan. Cada vez que Edgar está cerca él abre su boca, ¿no? Hay que ponerles como una carnada, que caigan en la trampa —sonríe, parece orgulloso de su plan.

—Está bien, podemos hacer eso pero, ¿Luego qué? ¿Te has dado cuenta que tenemos ideas pero no hacemos nada con ellas?

Trey sonríe y se sienta a mi lado. Intento no delatarme por la sorpresa que eso provocó. —Tienes razón pero es hora de empezar. Parece que finalmente tenemos aliados y será más sencillo. Entonces, escucha, mañana llega al campo.

Frunzo el ceño, puedo sentir el calor en mis mejillas por la cercanía entre nosotros. —Papá me dijo que no, ¿recuerdas? Ya no me quiere ver ahí.

Chasquea dos dedos. —Le diré a Collin o a Mario que vayan a la oficina de tu padre. Ellos estuvieron entrenando con él, que le hagan preguntas al azar.

—Bien, ¿y para que me quieres ahí? —pregunto, esperando que su respuesta sea algo, no sé, ¿dulce?

Pero me responde: —Para provocar a Edgar.

Bufo. — ¿Provocarlo?

Trey toma mi mano entre las suyas. —Confía en mi Lani Lane.

Bien, ya no puedo respirar. Seguramente para Trey esto no significa nada apero para mí, lo es todo.

—Trey, um, está bien, confiaré en ti —mi voz es temblorosa.

Trey me suelta y afirma con un gesto. —Genial, si todo sale bien, habremos avanzado mañana —ahora coloca su mano sobre mi hombro—. Creo que debería irme, gracias por todo.

—Sí, voy a dejarte —incluso cuando mis piernas se mueve para levantarse, están temblorosas.

Trey se levanta también y coloca su mano sobre mi cabeza. —Creo que encontrarte fue lo mejor que me ha pasado — ¿Qué? Estoy soñando o algo así, tiene que ser un sueño—. Encontrar a alguien que también quiera venganza es genial.

Oh… eso.

—Sí —aclaro la garganta—. Vamos Trey.

Vamos antes que siga actuando como tonta.

Dejo que é camine primero y pienso en que realmente debería olvidarme de Trey de esa manera. Es obvio que solo me ve como una amistad, como alguien que pueda ayudarle con su rivalidad con Edgar y nada más.

Nada más.

~ ~ ~

Al siguiente día ya me había obligado mentalmente a dejar a un lado mis crecientes sentimientos por Trey.

Sé que probablemente solo me estoy ilusionando porque así soy, porque casi no hablo con nadie y nadie quiere pasar tiempo conmigo así que como es el primer chico que interactúa conmigo, me siento así.

Como siempre, dejaron esas notas en el casillero. Aún no he podido pensar totalmente en como atrapar a quien sea que las está pegando pero intento no abrumarme, por ahora solo tengo que concentrarme en el plan de hoy.

Espero que funcione.

Voy hacia el campo donde los chicos ya empezaron a patear el balón y lanzarlo a la portería. Mi corazón late con fuerza mientras reviso mi teléfono. Veo alrededor y encuentro a Edgar con la mirada al mismo tiempo que él a mí.

Pero Trey no está, ¿Dónde está?

—Vaya —Edgar se acerca junto con sus demás amigos—. ¿Regresar a pesar que arruinaste nuestros balones?

Trago saliva. —Yo no hice nada y lo sabes. Seguramente fuiste tú.

Edgar resopla. — ¿Yo? No, yo no haría eso. Quizás fue tu novio, que por cierto, ¿Dónde está?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.