Aunque Sea Mentira

35: Roto

Hoy es la fiesta de cumpleaños de Wynter y gracias a la ayuda de todos mis nuevos amigos, vamos a arruinarle eso.

No solo a ella, voy a hundir a Edgar también.

Las invitaciones electrónicas pedían varias cosas. Uno, llevar un antifaz. Incluso si no tenían, podían llevar una máscara o algo que les cubriera el rostro. Dos, no decirle a nadie que no tuviera la invitación. Tres, llegar a un lado de la escuela a las siete de la noche del sábado. Cuatro, no grabar o publicar nada para que no nos descubrieran, al menos hasta que les avisaramos que podian. Cinco, aprenderse el color de la canción de Juliette.

Josh nos ayudó con las invitaciones, las hicimos en un sitio web donde solo las personas que tienen el enlace pueden ingresar y que despues de abrirlo, en veinticuatro horas, desaparece y ya no puedes entrar.

Me siento como en una película de espías o algo así, pero todo esto lo he logrado gracias a muchas personas y estoy muy agradecida.

Así que hemos llegado, los diez estamos en el punto que se supone vamos a reunirnos con las demás personas. Invitamos a los de penúltimo y antepenúltimo año pues no invitamos a muchos de nuestro año. Sabemos que la mayoría están invitados a la fiesta de Wynter y lo menos que queríamos era que ellos se enteraran de eso.

Gracias a Mario, vamos a hacer una transmisión en vivo especial, una que les avisará a diez mil personas para que la vean.

También tengo que agradecerle a Piper pues ella, con su hermano, trajo unas bocinas que no son para nada pesadas y me aseguraron que serán suficientes para la fiesta y solo tengo que conectar mi teléfono.

No tuve problema con salirme de la casa a esta hora. Mi padre estaba en su oficina, mis abuelos viendo televisión y mi tío jugando un videojuego. Destiny le contó a Josh, quien nos pidió que lo llamaron si teníamos algún problema y según Trey, solo salió de su casa.

No estamos vestidos como las personas que seguramente fueron la fiesta de Wynter. Ellos deben estar con maquillaje, vestidos y ropa nueva, nosotros solo tenemos la ropa del día a día.

Vicky suspira. — ¿Y si no viene nadie?

Mario muerde su labio. —No creo que no venga nadie.

—No quiero ser esa persona pero, ¿Qué pasa si nos metemos en problemas? —Collin dice.

Paso la mirada por todos ellos. —Yo me haré responsable —afirmo—. Yo le robé la llave a papá de todas formas.

Así es. Para entrar a la escuela necesitaremos hacer dos cosas, o romper un cristal o entrar por la parte de atrás. Papá tiene una llave que todos los profesores tienen, es para abrir todas las puertas menos la del frente pero olvidan que en la parte de atrás, hay otra.

Esa es por donde entraremos.

Jade toma su bolso. — ¿Y si nos adelantamos con lo otro que queríamos hacer?

Asiento. —Buena idea, tal vez Trey deberías esperar a las personas aquí, Jade y yo iremos a hacer eso.

También veremos si la llave realmente funciona en esa puerta, si no es así, todo se arruinará.

—Pero usa el antifaz —Trey me dice—. Recuerden que hay cámaras en algunos pasillos.

Tiene razón. No dudo que las personas conecten los puntos (incluyendo papá) y sepan que nosotros entramos a la escuela fuera de horario, o al menos que yo lo hice, pero no me importa.

Tengo un solo objetivo.

—Yo voy también —Roy se ofrece.

Los tres nos colocamos los antifaces grandes y coloridos, con plumas, y llegamos hasta la parte de la escuela donde están los contenedores de basura y un jardín que no sé para que usan.

No sé si vaya a funcionar. Esta puerta no luce como las de los demás salones, quizás fue una idea tonta.

Busco la llave y me muevo hacia la puerta para adentrarla. Lentamente la muevo pero no gira, lo intento otra vez y no pasa nada. No está abriendo.

Exhalo, no pensé en lo más importante.

—No abre —digo.

Roy hace una mueca. — ¿Estás segura? Intenta otra vez.

Lo hago pero obtengo el mismo resultado. La llave no funciona aquí, es bastante obvio ahora que lo pienso.

—Cambiemos el plan —Jade dice—. Creo que hay una forma de entrar, por ese jardín.

Miro el muro, detrás de él está un jardín. —Pero… ¿Cómo?

—Alguien puede subir por ahí —sugiere Roy.

—No, es peligroso. No quiero que alguien se caiga y se lastime —eso sería mucho peor—. Tiene que haber una forma.

— ¿No hay otra puerta? —pregunta Jade.

Recorro mentalmente la escuela intentando encontrar otra forma de entrar.

—Espera —Roy dice—. ¿Y si intentamos lo más obvio?

Jade y yo lo miramos, él se acerca a la puerta y empieza a empujar el cristal rectangular que ya está un poco sucio. Empuja con su brazo, luego se separa y busca algo en el suelo.

—No creo que esta cosa tenga alarma —afirma.

Está sugiriendo que la rompamos. —Pero, ¿Y si sí?

Jade se acerca también y empuja el cristal y se escucha un ruido, como algo despegándose. Veo hacia el suelo también, para encontrar algo con que quitarlo pero no hay nada, ni siquiera basura.

—Con permiso, Jade —Roy pide y sin más, lanza una piedra al cristal.

Y se rompe.

Abro los ojos. Creí que una alarma sonaría pero no sucede. Ay, no, esto no debería ser así. Esto sí puede meternos en problemas, a ellos también y no me importa lo que me pase pero no quiero que ellos sufran las consecuencias.

—Listo —Roy sonríe.

Sigo sosteniendo la respiración hasta que ya no aguanto más. Jade niega, se ve preocupada a pesar que el antifaz le cubre la mitad del rostro.

—No —ella habla—. Si entramos y nos ven las cámaras estaremos castigados, pueden expulsarnos.

—Pero ya lo rompí —dice Roy.

—Creo que es mala idea —Jade retrocede—. No puedo hacer esto así, mi mamá… odiaría decepcionarla, no voy a hacerlo.

Roy exhala. —Entonces, ¿hicimos esto para nada? Ya la rompí.

Miro el cristal medio roto y asiento. —Tienes razón, ya está roto pero no fuiste tú.

Ambos me miran confundidos.




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