Aunque Sea Mentira

39: Llantas

Ahora todos creen que Edgar y yo nos estábamos besando.

Creen que Edgar engañó a Wynter conmigo, creen que yo engañé a Trey con Edgar, creen que otra vez lo hice, otra vez le robé el novio a alguien.

No sé cómo ocurrió pero, estoy en el punto de partida. De nuevo soy la chica que besó al novio de alguien.

La peor parte es que Edgar no lo está negando, creo que se ha dado cuenta que esto me afecta más a mí que a él. Sus amigos le siguen hablando mientras que las amigas de Wynter me lanzan insultos y actúan como si yo le hice algo horrible a Wynter.

Finalmente me encontré con Trey en clases y habían varios chicos que lo estaban molestando porque supuestamente “su novia” lo está engañando enfrente de su cara.

Por supuesto que Trey sabe que jamás en la vida besaría a Edgar y de todas formas, Trey no es mi novio realmente.

Y lo peor es cuando Wynter llega a clases y me mira con odio. No sé si ella realmente cree que besaría a Edgar pero se está acercando lista para arrancarme el cabello, o al menos, eso parece.

Y como otro deja vu, se coloca frente a mí y me dice las mismas palabras que su novio pronunció antes: — ¿Qué hiciste?

A diferencia con Edgar, yo no tengo la misma valentía con Wynter. —Yo no hice nada.

Bufa. — ¿No? Por favor Lani, todos aquí sabemos qué tipo de persona eres. Sabía que ibas a ser un problema otra vez, no pensé que fueras con Edgar. ¿Por qué no te quedas con tu novio y dejas al mío en paz?

Niego. —Wynter, yo no besé a Edgar. Eso nunca pasó.

Sonríe muy molesta. — ¿No? Pues resulta que una profesora te vio, ¿vas a decir que ella también miente? Pobrecita Lani Lane, el mundo está contra ella.

No le respondo. Esa profesora ni siquiera me da clases y ella tiene la culpa. Edgar y yo no nos estábamos besando. Ella lo sabe, él lo sabe, yo lo sé. ¿Por qué tengo que pagar por algo que no hice?

¿Es mi Karma? ¿Es acaso que aún estoy pagando por lo que hice con el novio de mi hermana?

Justo en ese momento, Sabrina entra agitada y se dirige directamente a Wynter. — ¡Tu auto! ¡Mi auto!

Wynter la mira con el ceño fruncido, olvidándose de mí por un instante. — ¿A ti que te pasa? Juro que todos están locos hoy.

— ¡No! —respira profundo—. Wynter, le han hecho algo a nuestros autos, tienes que verlo.

Oh, no.

Wynter sale junto con Sabrina y no solo ellas se van, varias personas las sigue por curiosidad. Trey entra al salón esquivándolos y me mira con una expresión de preocupación.

— ¿Qué pasa? —mira hacia la puerta por donde muchos salieron.

Me levanto con el corazón latiéndome rápido. —Creo que lo hicieron, lo del plan… las notas.

Trey abre los ojos, me toma la mano y salimos también, corriendo para alcanzar al grupo. Cuando llegamos a la entrada no hace falta buscar la razón de porque todos están susurrando y señalando.

Los autos de Sabrina, Wynter, Edgar y tres más están cubiertos de notas adhesivas y carteles. Todos con las palabras y frases que me escribieron a mí.

Sí, esto era parte del plan, lo pensé hace varios días. Quería que copiáramos todos los insultos que me han escrito y pegarlos en los casilleros de ese grupo pero Jade tuvo una mejor idea y era, llenar los casilleros por dentro para cuando los abrieran se encontraran con ello.

Claramente no pudimos hacerlo porque no pudimos entrar, entonces… parece que lo hicieron de otra forma.

El problema es que no estoy segura quienes lo hicieron, puedo pensar que fueron Jade y Roy pero tal vez le pidieron ayuda a las chicas de un año antes o a Collin y Mario… dudo que Destiny haya hecho eso, aunque ella también estaba copiando en un bloc de notas adhesivas.

Wynter y Sabrina junto con otras de sus amigas se apresuran a arrancar todo lo que pueden, pero veo que muchos están grabando y tomando fotografías de este momento.

Subo la mirada porque estoy segura que por aquí hay cámaras, tiene que haberlo.

— ¿Quién hizo esto? —a mi lado veo a uno de los profesores, es el señor Rodwan de Algebra.

Todos bajan los teléfonos mientras que Wynter y sus amigas siguen quitando las notas. Como nadie habla, el profesor levanta la mano para señalar que regresemos al salón de clases.

Me iba a dar la vuelta cuando escucho a Wynter: — ¡Lani! ¿Qué te pasa?

Y ahora todos me miran. —Yo no hice nada.

Wynter camina hacia mí con una oscuridad en su mirada que nunca pensé que podría existir. — ¿Qué te pasa? ¿Estás loca? ¿Por qué me haces esto? ¡No es justo! ¡Lo vas a pagar!

—Señoritas —el profesor habla—. Por favor, vamos a resolver esto.

Alguien de nuestros compañeros dice: —Es solo papel.

Wynter lo fulmina con la mirada. — ¿Solo papel? Mire profesor, me insultaron, ¿Por qué haces esto Lani?

¿Por qué? ¿Quizás porque ellos comenzaron?

—Lani no hizo nada, ella ha estado aquí —Trey afirma.

Wynter rueda los ojos. — ¿Entonces fuiste tú? Claro, tú eres el sirviente de la rata, ¿no?

— ¡Wynter Salazar! —el profesor interviene—. Por favor, cálmese. ¿Su auto está bien sí o no?

Veo que sus amigas terminaron de quitar todo, al menos así parece. Ella voltea a su auto y cruza los brazos. —Sí supongo pero, ¿no es esto una amenaza?

— ¿Amenaza? —Trey bufa.

El profesor Rodwan suspira. —Todos ahora a clases. Esto no es una broma amigable pero es todo lo que es, no pasó nada. Por favor, quien sea que lo haya hecho, que no se repita.

Wynter abre la boca. — ¿De verdad? ¿Solo así? ¿Acaso no vio eso? ¿Quiere que lea lo que escribieron?

El señor Rodwan parece harto de esto, seguramente está pensando que no le pagan lo suficiente como para lidiar con estos “dramas” de adolescentes.

Se da la vuelta y comienza a caminar de regreso a la escuela, ignorando por completo a Wynter.

Bueno, eso se siente bien.

Wynter, sin embargo, se gira y me apunta con el dedo. — ¿Crees que puedes meterte conmigo? Lo vas a pagar, ni se te ocurra hacer esto otra vez. Te voy a hundir, Lani.




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