Aurelia "La caníbal"

Citatorio infernal

El mismo día en la tarde ya se tenía el citatorio de presentación en la comisaría a las dos de la tarde para la señora Aurelia y su equipo de colaboradores, el comandante estuvo todo el día esperando a que llegarán a declarar, no fue necesario otro citatorio ya que se presentaron puntualmente a la cita.


Pero antes de que llegará la señora Aurelia, Fernando ya le había entregado los dulces de la verdad al comandante.


¿Será que si funcionan esos dulces, la señora Aurelia aceptará ahorcarce con su propia cuerda?...


--- buenas tardes tenemos un citatorio a las dos de la tarde-- dijo la señora Aurelia en la de recepción...

 

--- permítame, tomen asiento-- alguien contestó.


Laurita, la recepcionista dió aviso al comandante de que ya estaban ahí para declarar.

--- que pase uno por uno, primero el trabajador más grande, después la señora Aurelia y  por último los otros dos jóvenes, el más grande de ellos primero, dijo el comandante.


La comisaría no era tan grande pero contaba con lo necesario, cuartos privados y cinco separos para detenidos, primero guiaron a la señora Aurelia a uno de los cuartos privados solo había una mesa y dos sillas, 

--- por aquí pase y tomé asiento en un momento viene el comandante-- dijo la recepcionista a la señora Aurelia.


Así hicieron con los demás, los separaron.


--- Buenas tardes, le voy a explicar rápidamente, los citamos aquí porqué son los principales sospechosos de los dos homicidios, del niño y la niña, le quiero decir que si confiesa su crímen se tomará en cuenta para reducir su condena, ¿Quiere confesar por la buena o por la mala?--  acabando de decir ésto, el comandante puso los dulces de la verdad en la mesa, viendo retóricamente al acusado.


--- yo no hice nada-- dijo en voz baja el acusado viendo al mismo tiempo los dulces...


--- por lo que veo no quieres cooperar-- dijo el comandante agarrando un dulce de la verdad; en eso entro Fernando y Rogelio, sin duda el acusado no quería cometer un error que lo inculpara a él o a sus compañeros, por eso era la actitud de negación.


Por si no saben, en esos cuartos de interrogación, está la mesa, dos sillas, un micrófono, un altavoz y un espejo polarizado, dónde del otro lado está observando más gente sin ser vista por el acusado, por eso supieron cuando entrar Fernando y Rogelio.


Lo tomó de un brazo cada uno y lo esposaron a la mesa para que no soltará golpes, al mismo tiempo se percataron que en el brazo derecho presentaba marcas de uñas muy profundas que seguramente tenían relación con el segundo homicidio de la niña, acto seguido entre Rogelio y Fernando le abrieron la boca para introducir a la fuerza el dulce de la verdad, obligándolo a pasarse el dulce con unos tragos de agua, el forcejeo doblegó al acusado y se tragó el dulce, solo era esperar a que hiciera reacción.


Pasaron alrededor de cinco minutos y el acusado ya presentaba signos de estar bajo el influjo de algún tipo de droga, el acusado siente que todo le da vueltas, si se le pregunta algo contesta la verdad sin pensar, está conectado el hablar y la memoria de su cerebro, contestan sin analizar por un tiempo de cinco minutos exactos.


--- ¿Cuál es su nombre?


--- Porfirio López Rodríguez


--- ¿Que hizo el día siete de enero, a las tres de la tarde aproximadamente?


--- Estaba buscando a un niño, tenía mucha hambre, no había comido nada


--- ¿Porque un niño?


--- Mi familia en tiempos de guerra comió carne de un familiar muerto, gracias a eso sobrevivieron aquella época, me gustó su sabor, esa carne blanda de los niños, sin ningún sabor extraño, es una delicia.


--- ¿Si encontró al niño, que hizo con él?


--- si lo encontré iba solo, le pegué con un tubo y me lo llevé, para que no gritará le pegué varias veces hasta que se salió su cerebro.


--- ¿Que más le hizo al niño?


--- cuando llegué a mi casa, lo comencé a morder, a desgarrar la carne de sus brazos, era fresca y sabrosa; para que cuponera en la bolsa, le corte sus brazos y sus piernas con un machete, así aguantaría más la bolsa, los brazos y las piernas los aparte para comerlos poco a poco y saborearlos mejor, quería guardar lo demás en un lugar secreto, lo subí a la carreta y otras cosas pero perdí la bolsa, posiblemente se cayó en el camino.


--- ¿Usted también asesino a la niña?


--- si, pero era más fuerte, escapó y la persegui, comenzó a gritar y para que no gritará la ahorque con todas mis fuerzas, me dió coraje que me rasguño.


Durante el interrogatorio el acusado tardaba en responder, su voz era lenta, cómo que su cerebro buscaba los archivos almacenados y solo hablaba lentamente sin parar, suficiente tiempo para hacer las preguntas indicadas que lo incriminaban y que lo forzaron a confesar su crímen.


Con todo lo que contestó el acusado, prácticamente estaría preso por el asesinato del niño y la niña, ahora faltaba interrogar a los otros dos trabajadores y a la señora Aurelia, para saber que tanto fue su participación en los dos asesinatos, al terminar los cinco minutos que duró la reacción el señor Porfirio se restableció y paso a ser detenido formalmente, lo encerraron en los separos para después ser consignado al reclusorio dónde pagaría por su crímen, mínimo cuarenta años por cada homicidio, el turno era de la señora Aurelia.




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