Aurelia "La caníbal"

Cacería de la bruja

Jonás, al día siguiente se comenzó a preparar, es una persona muy organizada y valiente, necesita tener listas sus herramientas primordiales para combatir contra el mal, dos biblias, los salmos en hojas, su escapulario, agua bendita de dos maneras: en botellas de vidrio y en jeringas para disparar con rifle, balas de plata, estacas de madera, sal, velas, cerillos, una cadena larga, un hacha, una espada larga con gran filo, gasolina, tozos de ocote, incienso, su medalla de Cristo, su escapulario de la virgencita de Guadalupe, algunos balsamos ya hechos para protección,  diez vendas y un espejo, el resto del grupo hizo lo propio, prepararon todos sus mochilas con lo básico, bolsa de dormír, navaja, seis alcallatas de medio metro, quince metros de cuerda, un machete, cantimplora, un pequeño radio, cinco latas de atún, tres de sardina, azúcar, café, una tasa de metal, guantes, dos luces de Bengala por persona,  lámpara y baterías de repuesto.
 

El cazador de brujas y demonios Jonás, por fin ya tenía preparado todo para partir en búsqueda de esa bruja tan desalmada y mañosa, convocó una junta con sus compañeros de viaje incluyendo al padre Damián, --necesitamos hacer peinar la zona perfectamente, nos vamos a dirigir a los cerros que generalmente es donde se esconden las brujas, como hace frío es seguro que harán fuego para tomar bebidas calientes y mantener su cueva caliente, el humo sale para indicar las cuevas ocupadas, ya que tengamos ubicada la cueva sospechosa, la rodearemos para buscar otras posibles salidas, si ven que sale, rápidamente pidan apoyo gritando "bruja", los demás iremos en su ayuda, ha y algo muy importante: no la enfrenten solos-- agrego Jonás.


Después de las indicaciones que le dió Jonás al grupo, estuvieron buscando humo o luz de fogatas en los cerros, había alrrededor de doce fogatas separadas una de otra, se dieron cuenta que no sería fácil, así que se dirigieron a la primera cueva.


Precisamente la bruja se encontraba en uno de los cerros pegados a la ciudad, presentía algo, estaba intranquila y eso era señal que la buscaban, con su magia en el caldero podía ver aquél grupo que quería cazarla, pero la bruja no iba a quedarse con los brazos cruzados, su estrategia era, espantarlos antes que dieran con su escondite, así que cuando ya dormían en su campamento ella se dirigío volando en la oscuridad hasta ese lugar, comenzó con unos gritos y carcajadas que los hacía temblar y estremecer, les apagaba su fogata con fuertes vientos, les jalaba de los tobillos y los elevaba medio metro para después soltarlos y reirse a carcajadas.


La fortuna que tenía el grupo era que Jonás conocía el modus operandi de las brujas, así que cuando instalaban sus campamentos, enterraban alcallatas de medio metro en la tierra, amarraban sus bolsas de dormir y se amarraban de un tobillo, con eso evitarían que los separará del grupo para matarlos o elevarlos muy alto y soltarlos, se dormirían con el machete amarrado a una muñeca y cuando la bruja los elevara ellos con todo y sus gritos pavorosos se podrían defender dándole de machetazos.--Es difícil darle pero la bruja es precavida y los soltará-- les decía Jonás.


Las brujas no atacan para matar cuando son muchos, solo espantan con sus gritos o con sus apariciones en los espejos.


Caminaron por tres días y solo llevaban cuatro cuevas dónde se habían encontrado con algunos campesinos, que les daban albergue y comida, Jonás no se separaba de su rifle cargado con jeringas llenas de agua bendita y tenía su crucifijo colgado a su cuello, en las noches se ponían a leer la Biblia con los campesinos para dejarles una protección, y eso incomodaba a la bruja quien rumiaba en su cueva, los demonios que la cuidaban gritaban desesperados y se asotaban dentro de la cueva, la bruja tendría que utilizar otra estrategia, comenzó a usar su magia y provocaba fríos insoportables y neblina tan densa que no se podía ver nada a medio metro.


Un día al amanecer, el gran frío que se sintío ocasionó que despertará Fernando a orinar, salió de la cueva sin despertar a nadie y pensó: yo creo que con este frío ni la bruja sale, caminó unos diez metros y comenzó a orinar, después de treinta segundos la neblina se hizo presente envolviendo a Fernando los gritos de la bruja eran escalofriantes, no la podía localizar, camino aterrado mirando a todas direcciónes, no llevaba consigo ningúna arma, se quedó inmóvil para no ser escuchado, trato de oír hasta el mínimo ruido, comenzó a sudar frío, los latidos de su corazón no lo dejaban escuchar,  en eso se escuchó un aleteo, el sabía bien que era la bruja, quería gritar para pedir ayuda pero no quería que la bruja lo localizará entre la neblina, se quedó mudo, solo escuchaba ese aleteo de un lado a otro y los ladridos a lo lejos de los perros del campesino que les dió morada, de rrepente las garras de la bruja lo sujetaron fuertemente fracturandolo de sus hombros, solo se escuchó el tronar de sus huesos, un dolor que casi lo desmayaba comenzó a recorrer su cuerpo, y mientras lo subía la zona se veía cada vez más lejos desde arriba, al mismo tiempo la bruja le daba grandes picotasos en su cabeza, los dolores eran muy fuertes, un picotaso le dió en su cara descarnandole casi la mitad de su rostro, --¡Dios mío!!-- pensó Fernando, --¡perdóname!!--en eso sintió como caía al vacío inevitablemente,  lo había soltado y un fuerte golpe terminó con su vida al caer desde las alturas sobre unas rocas.


Pasaron algunas horas, la pelea, los ladridos y aullidos de los perros despertaron a todos, inmediatamente se llenaron de valor y armados salieron, Jonás con el rifle preparado volteo a ver a todos y dijo --tengan cuidado-- pero no vió a Fernando.




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