Refugio secreto

••••••••••• Capítulo 42 •••••••••••

El camino de regreso a casa transcurría entre risas suaves y silencios cómodos. Lumi caminaba entre Auric y Elian, a veces tomando la mano de uno, otras de ambos, disfrutando de la cercanía y de la sensación de seguridad que solo ellos podían darle. El aire flotante del pueblo mágico los rodeaba con aromas de flores luminosas y un brillo suave que parecía acariciar la piel, envolviéndolos en un burbuja de calma.

Auric miraba a Lumi con ternura, acariciándole de vez en cuando la espalda, mientras Elian lo mantenía cerca de su costado, sonriéndole con complicidad. Los tres se sentían conectados de una manera que iba más allá de palabras: hilos invisibles de emociones y cuidado que los unían con fuerza.

—Es extraño —susurró Lumi, apoyando la cabeza en el hombro de Auric—. Después de todo lo que pasó, siento que… puedo respirar tranquilo.

—Sí —dijo Auric, apretando suavemente su brazo—. Porque estamos juntos.

—Y siempre estaremos —añadió Elian, rozando suavemente la mano de Lumi con la suya—. No importa qué pase afuera.

Un silencio lleno de paz llenó el aire mientras avanzaban, disfrutando de la sensación de hogar compartido. Pero de repente, un destello oscuro y ondulante apareció a lo lejos en el cielo flotante sobre el camino. La luz cálida del entorno comenzó a distorsionarse y un escalofrío recorrió la piel de los tres.

—¿Qué… es eso? —preguntó Lumi, retrocediendo un paso, con el corazón acelerado.

Auric se adelantó instintivamente, tomando a Lumi de la cintura, mientras su mirada se endurecía.

—No lo sé… pero no me gusta —dijo, frunciendo el ceño—. Mantente cerca de nosotros.

Elian se colocó al otro lado de Lumi, cruzando los brazos sobre el pecho del chico de manera protectora, su mirada fija en la anomalía que ahora parecía acercarse lentamente, ondulando en formas imposibles.

—No tenemos tiempo para perder —dijo con firmeza—. Esto no es natural. Debemos protegerlo.

La sensación de calma y conexión se convirtió en alerta inmediata, mientras los tres sentían el extraño poder que emanaba de aquel destello oscuro. Lumi apretó las manos de Auric y Elian, sintiendo su propio pulso acelerarse, pero también confiando plenamente en ellos.

—Lo resolveremos juntos —murmuró Lumi, intentando calmarse—. Estoy con ustedes.

Auric y Elian intercambiaron una mirada rápida, uniendo fuerzas en silencio. La anomalía continuaba acercándose, y aunque su presencia era inquietante, la conexión invisible entre los tres parecía brillar con más fuerza, preparándolos para lo que estaba por venir.

El aire del camino flotante vibró, y el mundo, por un instante, pareció contener la respiración, mientras los tres se preparaban para enfrentar lo inesperado… juntos.

El destello oscuro creció frente a ellos, deformando el cielo flotante y haciendo que las luces cálidas del pueblo mágico parecieran tambalearse. Sus contornos eran borrosos, casi líquidos, y de él emanaba una vibración que hacía que el corazón de Lumi latiera con fuerza. La sensación era extraña, como si el aire mismo estuviera cargado de incertidumbre y peligro.

—Mantente detrás de nosotros —dijo Auric, tomando firme la mano de Lumi y entrelazando sus dedos con los de Elian—. No vamos a dejar que te toque.

Lumi asintió, apretando sus manos con fuerza, sintiendo cómo el calor de ambos lo llenaba de seguridad. Su vínculo, la conexión invisible que los unía, parecía vibrar más fuerte que nunca, como si pudiera sentir los hilos de Auric y Elian fluyendo dentro de él, combinándose en un escudo intangible.

Elian dio un paso al frente, pero sin separar a Lumi de su costado.

—No sabemos qué es, pero juntos… podemos manejarlo —dijo, la voz firme y segura, aunque los reflejos oscuros en el aire les hacían temblar el corazón.

La anomalía se movió con rapidez, formando destellos como relámpagos líquidos que cortaban el espacio entre ellos. Auric y Elian se colocaron estratégicamente a cada lado de Lumi, protegiéndolo y asegurándose de que cada mirada y cada gesto transmitiera calma y confianza.

Lumi cerró los ojos por un instante, respirando profundo, y dejó que su nuevo poder surgiera de manera instintiva. Pequeñas ondas de luz comenzaron a emanar de su pecho, mezclándose con la energía de Auric y Elian, formando un halo que hacía retroceder parcialmente a la anomalía.

—¡Lumi, no te sobreexijas! —gritó Auric, mientras bloqueaba un destello oscuro que parecía querer atravesarlos—. Solo usa tu fuerza, confía en nosotros.

Elian asintió, tocando el hombro de Lumi con suavidad:

—Estamos contigo. Cada paso, cada pulso, cada pensamiento… juntos.

La anomalía lanzó un ataque más violento, y los tres sintieron cómo su resistencia era puesta a prueba. Pero la combinación de la determinación de Lumi y la protección de Auric y Elian creó un efecto inesperado: la oscuridad no solo retrocedió, sino que se fragmentó en filamentos que brillaban con un tenue resplandor, incapaces de mantenerse cohesionados.

—¡Lo logramos! —exclamó Lumi, jadeando pero con una sonrisa brillante—. ¡Se está desvaneciendo!

Auric rió, aunque aún alerta, acariciando el cabello de Lumi:

—Sí… y todo gracias a ti, guerrero.

Elian se acercó, apoyando la frente contra la de Lumi y susurrando:

—Juntos, siempre podremos.

El aire volvió a su calma. Las luces cálidas del pueblo flotante regresaron a su ritmo, y el halo de conexión entre los tres brillaba con fuerza, como si cada hilo invisible se hubiera fortalecido. Lumi se dejó abrazar por Auric y Elian, sintiendo nuevamente que, aunque lo inesperado apareciera, ellos siempre serían su refugio.

El cielo flotante se calmó, pero los tres sabían que esto era solo el comienzo. La anomalía había mostrado su poder, y su vínculo tendría que ser aún más fuerte para enfrentarlo la próxima vez.

La casa apareció frente a ellos como un oasis de calma después del caos del enfrentamiento. Cada uno llevaba consigo el peso del esfuerzo y la tensión: sus cuerpos pesaban, los músculos dolían y la respiración aún estaba entrecortada.