1
Fuiste...
Creación de mis fantasías,
tan inmensas y maravillosas,
que en plena soledad nacieron.
Fuiste...
Mi princesa hermosa,
flor de adictiva esencia,
que brillaba en las noches.
Fuiste...
Y al igual que el día,
ya no eras radiante,
Y fuiste noche.
2
Te desvaneciste en mis sueños,
y llenaste de decepción mi alma.
Me llenaste de alegría,
y la luz de tu sonrisa,
Ya no cegaba mis pupilas.
La culpa la tengo yo,
por soñar demasiado,
por ser un niño,
que vivía en un cuento de hadas.
3
Fuimos amores, destinados a vivir en historias de fantasía, mi musa y yo tu poeta.
4
La poesía quedará en el olvido, cuando con un beso me despiertes y se desvanezcan toda mi ilusión.
5
Era su poeta, perdido en el placer de mis deseos.
6
Mi alma de niño.
ahora está en tus manos.
Cuídalo con tus caricias,
no dejes que llore.
Mi razón despertara,
y me abras perdido
7
Lo mío es estar triste y expresar mis sentimientos que me ahogan, expresar el arte que me inspira la tristeza de un amor imposible.
Solo así me siento libre, viviendo en la soledad.
8
A ella no le gustaban los cuentos de fantasías,
pero tenía magia al encadenar mi corazón, las alas para volar como si fuera un hada, capaz de cumplir todo mis deseos.
Tenía la belleza inefable, aquella que nunca pudo ser descrita en una princesa.
No creía en los cuentos de fantasías,
pero la veía a cada instante como una bella ilusión.
9
Me enamore de ti y conocí lo que es poesía, escribí para ti, sonetos, cuartetos, silva, y toda poesía existente.
Y mírame ahora rompiendo toda rima y métrica como símbolo de rebeldía, de no aceptar que tú no me ames.
Siento celos cuando veo a alguien decir que te ama más que a nadie en este mundo.
Quisiera y en verdad deseo demostrarte que nadie te amara como yo, incluso si tu no me amas.
Aun sabiendo que es demasiado tarde.
Te amo tanto, que mi amor será correspondido dentro de un sueño eterno.
10
Estarás conmigo en el ocaso del día, por un efímero tiempo, tu belleza inefable e inmarcesible, cautivara a los poetas de una forma sempiternal.