1
No te atrevas a volver,
las puertas de mi alma están cerradas,
los lazos de amistad rotos.
Incluso si oyes algún suspiro mío,
no creas que aun te quiera,
es solo mi corazón siendo asesinado.
2
No podemos repetir el caos de nuestra historia,
donde efímeros momentos de felicidad, no pagaban la deuda que dejaba la tristeza de nuestra inmadurez.
3
Si tan solo existieras,
nunca te dejaría.
Todos los caminos de mi destino, me han llevado a amarte, siendo mi ángel, estrechas mi mano para que pueda levantarme y seguir caminando, te sientas a mi costado y limpias suavemente mis lágrimas, luchando así contra mi soledad.
4
Sé que algún día llegare a enamorarme, caminare bajo la lluvia en llantos, oiré la triste melodía del viento e inspirado por momentos inefables volveré a escribir poemas por un efímero tiempo.
5
La tormenta llenara mis pupilas de lágrimas, para una próxima historia trágica, de un amor imposible.
6
Siempre habrá un niño enamorado de una estrella y talvez un chico decepcionado de su princesa.
7
Siempre tuviste una daga, pero nunca te atreviste a matarme.
Fuiste tan cruel, como las nubes que no se atrevían a llover, y me lastimaban lentamente con el frio de invierno.
8
Quizá ahora te entiendo y llevo la misma locura que tú, camino por las calles con la mirada tierna y la mente perversa de un asesino.
9
Porque sonreír ahora…
Algún día lograre asesinarte.
10
El camino se hace más oscuro, pero la sonrisa de su locura iluminaba el lugar.
- ¿Lo hacemos?
Claro, morir es maravilloso.