Capítulo 2

Aurora

Regla número cinco, hazlo por ti misma. Nadie lo hará mejor que tú y sobretodo nadie vendrá a ayudarte.

Esa era la regla que ahora mismo se venía a mi cabeza al ver a Lucas tirado en el sofá en vez de arreglar el coche que tenía que estar arreglado para mañana.

Cogí un vaso de agua que tenía en una mesita al lado del sofá y se la eché por encima.

-¿Qué…?-Dijo sobresaltado y con la respiración agitada, por haberse levantado de golpe.

-Tienes trabajo que hacer.-Dije yo sería bebiendo un poco del agua que había quedado en el vaso, mientras el pasaba de mirarme confundido a mirarme con el ceño fruncido, definitivamente no me estaba dando una mirada muy amistosa. Pero sinceramente no me importaba lo que él pensase de mi, por mi se podía ir a la mierda, la que se la iba a cargar por no tener el coche era yo, no él.

Yo iba a tener que dar la cara por ambos, por lo tanto no tenía nada que decir. Por esto sabía que no tenía que haber dejado a cargo de la situación a Clara, a saber donde estaba ella ahora. Cuando tenía que estar aquí ayudando a Lucas a arreglar el jodido coche.

-Que ahora seas el ojito derecho del jefe no significa que nos puedas estar dando órdenes todo el rato.-Dijo algo más calmado, y levantándose, espero que para ponerse con ello.

-¿Dónde está Clara?-Dije ignorando su último comentario, pero antes de que él pudiese contestarme Clara entro por la puerta y sin darse cuenta de que yo estaba aquí se empezó a despedir de su novio.

Yo rodé los ojos, pensando porque me tocaba a mi cargar con estas personas. Yo era responsable lo hacia todo cuando tocaba hacerlo, y sobre todo no tenia relaciones sentimentales con nadie en el maldito fin del mundo.

Estaba demasiado en juego como para estar perdiendo el tiempo.

-Clara.-Dije y ella se sobresaltó cuando escucho mi voz, supongo que no me esperaba allí.

-Aurora, hola.-Dijo dándome una pequeña sonrisa, que parecía un poco falsa a decir verdad, aunque mirándolo con perspectiva era normal. Ella al principio había intentado ser mi amiga, todavía lo seguía intentando a veces. Pero mi desconfianza a todo el mundo no me permitía ser mas que compañeras de trabajo.

Además estábamos en el apocalipsis, podríamos morir cualquiera de nosotros tres en cualquier momento. Por lo que, ¿Para qué querer a alguien cuando sabias que los ibas a perder seguramente en poco tiempo? Incluso, ¿para qué dejar que alguien te quiera para después dejarle destrozado por tu muerte?

Mi método era mejor, así solo tenía que preocuparme por mi misma, podía hacer todas las misiones que quisiese sin importarme si volvía viva de ellas, porque nadie me esperaba.

-Teníais que estar arreglando el coche, lo necesitamos para mañana.-Dije con firmeza, pasando la mirada de uno a otro con gesto serio. Les conocía desde que éramos unos niños, de hecho ellos eran mejores amigos desde entonces. Incluso recuerdo como de pequeña les había explicado el porqué de mi nombre.

Cuando tienes seis años y el sol no se había visto en la tierra desde un siete en ese entonces,  llamarse Aurora era muy guay. Sin embargo llamarse Aurora ahora que sabíamos toda la verdad de lo que había pasado, era una mierda. Porque los tres aquí presentes sabíamos que jamás la veríamos.

-Tenemos tiempo aún, ya sabemos que tenemos que hacer para arreglarle.-Dijo ella esta vez seria.

-Eso espero.-Dije empezando a encaminarme hacia la puerta.

-¿Bajas a cenar luego con nosotros?-Dijo Clara, y casi sentí como Lucas la miraba serio, como preguntándose porque narices me había preguntado eso. Aunque yo estaba segura de que a Lucas no le caía del todo mal, también sabía que llevaba un tiempo que no era de sus personas favoritas por así decirlo.

-Me lo pensaré.-Dije para después finalmente abrir la puerta y salir por ella. Me encontré con el gran pasillo por el que salías del taller en el que Lucas trabajaba y Clara de vez en cuando ayudaba debido a que ella estaba en la sección de tecnologías, y debía admitirlo era muy buena en ella.

Yo recorrí el pasillo con calma, hasta llegar a donde se encontraba la vida del bunker. El bunker estaba organizado en secciones de trabajo, a parte de la sección del bunker donde se encontraban las habitaciones.

Yo no me acordaba, pero muchas personas de las que vivían aquí más mayores que yo decían que la vida aquí abajo no era muy diferente a la vida de antes, teníamos electricidad, agua caliente… Podíamos sentirnos afortunados porque la gente ahí fuera se muere de frío y de hambre.

Aquí teníamos incluso verduras plantadas y distintos tipos de árboles que crecen gracias a luz solar artificial.

Definitivamente me alegraba de vivir aquí, dentro de lo que cabe vivíamos bien. En los refugios que sabíamos que estaban repartidos por el mundo no podían decir lo mismo.

Antes de subir a mi sitio secreto cogí mi chaqueta de mi habitación y finalmente subí a la superficie. Hoy hacia frio pero no lo suficiente para morirme si salía ahí fuera, por lo que subí.

Lo solía hacer mucho, subir ahí arriba y mirar como todo había cambiado aunque yo nunca lo había visto como era antes.

Me puse al lado de la única luz que había en todo lo que anteriormente había sido una calle normal de un pueblo. Esa luz tenía electricidad gracias a nuestro bunker ya que nada mas funcionaba.

A veces me sentía un poco mal, mi refugio era el privilegiado, el que abastece al resto de refugios de la zona con la mayoría de comida, porque el resto de personas no sabían cómo crear luz solar artificial por lo que no podían hacer crecer su propia comida.

Aunque sé que también esas personas cazaban de los pocos animales que se habían adaptado a la nueva situación de la tierra, pero estos eran totalmente salvajes y había personas que no volvían debido a sus ataques.

Ellos nos proporcionaban comida, elementos electrónicos viejos etc, mientras nosotros les dábamos comida, que sabíamos que no era suficiente para abastecerlos a todos. Sobre todo porque había demasiados nacimientos, en mi bunker también se veía y estaba segura que ahí fuera pocos bebes sobrevivían ya que en el bunker morían bastantes también.