La segunda votación terminó y, pese a que Hughes y Chen votaron en contra de la Dra. Park, fue el capitán el elegido con tres votos en contra. Pese a la firmeza con la que expresaba sus palabras, el historial de decisiones controvertidas que ha tomado como capitán sembró desconfianza en el resto del grupo.
— Entiendo —fue todo lo que dijo ante la decisión.
Había tristeza en sus ojos, pero consciente de la situación, aceptó las consecuencias de sus actos y con orgullo se dirigió al eliminador de basura.
Chen y yo no nos atrevimos a verlo convulsionar antes de su muerte. Cuanto terminó, las sombras de la duda se cernieron sobre los cuatro miembros restantes. El capitán Hughes también era inocente. Ahora, todos somos conscientes de que podemos ser considerados sospechosos, por lo que deberemos probar nuestra inocencia a toda costa para evitar un destino similar al de nuestros compañeros caídos.
El primero en hablar fue el teniente Rivera, que decidido a probar su humanidad hizo una nueva revelación.
— No hace mucho tiempo, durante una misión, el jefe de mi batallón cometió un error que llevó a la muerte de casi todo mi equipo. Dada la gravedad del caso, decidimos mantenerlo en secreto —Rivera dio un suspiro—. Se preguntarán por qué les cuento esto. Lo que sucede es que él debía obtener el cargo de seguridad aquí, pero, como la paga era buena lo delaté para obtenerlo yo. Irónicamente ahora yo me encuentro en la misma situación.
Nadie preguntó nada. Pasado un tiempo, Chen decidió hablar ahora.
— Tal vez esto sea un castigo —dijo—. Durante bastante tiempo yo estuve involucrada en contrabando. No perderé el tiempo culpando de mis decisiones a otros. Esa vida me permitió realizar muchas conexiones, y fue el método que me llevó a conseguir este trabajo. Acepté porque se suponía que esto marcaría el inicio de una nueva vida, pero lo que obtuve fue todo lo contrario.
Conmovida por la declaración, Park decidió realizar su propia confesión.
— Antes de estar aquí, participé durante meses de un macabro experimento. Dicho experimento usaba como sujetos de prueba a una especie alienígena desconocida para el mundo —Park cerró los ojos—. Los tratos a los que fueron sometido fueron inhumanos. Aun no soy capaz de superar la brutalidad que observé. Los científicos creían estar en lo correcto porque los consideraban una especie salvaje. Sin embargo, ellos siempre estuvieron totalmente conscientes durante todo su sufrimiento —una lágrima se deslizó por su mejilla—. Cuando tuve la oportunidad escapé y decidí trabajar como una enfermera.
Las historias que narraron me dejaron impactada. Sorprendí a todos cuando conté que yo llegué aquí gracias a un concurso que regalaba boletos para abordar.
— Mis padres me prohibieron venir debido a que soy menor de edad, pero me escabullí y con engaños logré embarcarme en Aurora … Si tan solo los hubiera escuchado.
Cuando terminé, el teniente Rivera sonrío.
— ¿Cuál es tu nombre jovencita? —me preguntó.
— Mara —respondí con timidez.
— Estás equivocada Chen —fue su respuesta—. Esto no es un castigo. Aunque cometimos muchos errores y nos espera el infierno, una niña como Mara no merece ser juzgada junto a parásitos como nosotros.
Aunque las confesiones de ahora fueron más graves, por un momento sentí algo de calidez en el grupo desde que fui despertada por la alarma de emergencia. Pero no hay tiempo para sentimentalismo, un asesino está entre nosotros y tenemos que derrotarlo.
Terminadas las declaraciones, el silencio cubrió la sala. Nadie estaba listo para votar, pero para sobrevivir teníamos que hacerlo.
La votación concluyó y, con un voto para Chen y tres para Park, la doctora era la siguiente en ser expulsada.