Autodestruccion Inminente

Capítulo 3: MUNDO PARA POCOS

Al segundo día, el anciano regresó con determinación y emoción, para retomar el relato; los jóvenes ya estaban reunidos. Y sin perder tiempo comienza:

  • Ayer les alcancé a mencionar, sobre los 4 personajes que se unieron para ejercer un poderío despiadado y manipulador sobre la humanidad, en un intento egoísta de rehacer el mundo según sus propios deseos y asegurar la supremacía. Mas tarde se les reconocería como los “despreciables”.

A pesar del poder que ya poseían, los despreciables eran conscientes de que aún tenían desafíos por enfrentar en su búsqueda de dominio. Debían llevar a cabo investigaciones científicas, tecnológicas y sociales para avanzar en su plan. Además, debían tener cuidado con otros millonarios que podrían representar una competencia directa y poner en riesgo sus objetivos.

Entre esos millonarios, algunos compartían su ambición y podrían, sin saberlo, entorpecer sus planes al intentar expandir su propio poder, lo que podría generar conflictos y disputas. Sin embargo, existían también otros millonarios que, con una visión más productiva y hasta altruista, se preocupaban por mejorar la calidad de vida de las personas a través de sus negocios. Estos representaban una amenaza aún mayor, ya que no permitirían que se perjudicara al mundo si descubrían que las acciones de los millonarios eran sospechosas.

  • Entonces, ¿había millonarios buenos y otros malos? -preguntó uno de los presentes.
  • Simplificándolo de esa manera, podríamos decir que sí. La vida es relativa y ahora somos más conscientes de ello después de todo lo vivido. Lo que realmente importa es el corazón y la mente de las personas, y afortunadamente, son más los que tienen buenas intenciones que los que no las tienen. Lo que está en el corazón y en la mente de las personas, es lo que finalmente se revela.

El anciano reflexionó sobre la complejidad y diversidad de la condición humana, recordando que no se puede juzgar a todos los millonarios por las acciones de unos pocos. En ese mundo de contrastes, había quienes usaban su riqueza, poder y habilidades para hacer el bien, para crear oportunidades, apoyar causas nobles y marcar una diferencia positiva en la vida de los demás.

  • Los despreciables, conscientes de las limitaciones tecnológicas existentes, se dieron cuenta de que necesitaban superar barreras para lograr su dominio total y satisfacer sus propias ambiciones -continúo narrando el anciano-. Uno de los desafíos más apremiantes era encontrar una forma de prolongar sus vidas o, al menos, ralentizar el proceso de envejecimiento, para así tener el tiempo necesario para ver materializarse su ambicioso plan. La tecnología se convirtió en su aliada y su medio para alcanzar estos objetivos, y requerían tiempo adicional para realizar nuevos avances y descubrimientos indispensables. Para ello, se embarcaron en la búsqueda de los mejores científicos, laboratorios y empresas disponibles, reclutando a los más brillantes y hábiles en sus respectivos campos.

Con el fin de ganar ese tiempo tan preciado y lograr su llamado "despertar tecnológico", los despreciables decidieron llevar a cabo una estrategia de desestabilización mundial. Su objetivo era agravar los problemas existentes y eliminar cualquier amenaza que se interpusiera en su camino.

  • Tenían muchos retos y problemas -reflexionó uno de los jóvenes-, lástima que no se arrepintieron en el intento.

El anciano, con una mezcla de tristeza e indignación, se vio obligado a revelar otro aspecto espeluznante de los despreciables:

  • Además de su insaciable sed de poder, estos individuos albergaban un profundo desprecio hacia la humanidad. En su perturbada visión del mundo, atribuían a la población la responsabilidad de todos los problemas existentes, considerándolos seres inferiores, sin capacidad de contribuir de manera positiva, reduciéndolos a meros depredadores y reproductores, sin responsabilidad ni control. Según su retorcida lógica, la supuesta superpoblación devoró ávidamente los recursos disponibles y destruyó el planeta, lo que los llevó a la convicción de que era necesario reducir drásticamente la cantidad de personas en el mundo.

Esta convicción se sostenía en su plan de llevar a cabo una automatización masiva que reduciría la dependencia de la mano de obra humana, permitiendo un mayor control y conservación de los recursos del planeta. Además, su distorsionada percepción de la realidad, los llevaba a creer que la población excedía los límites deseables para el mundo que aspiraban construir.

Estos despreciables individuos estaban dispuestos a llevar a cabo cualquier acción, sin importar las consecuencias o la crueldad hacia la humanidad y el entorno natural. Decidieron implementar la estrategia del caos y avanzar en su agenda ocultando sus verdaderos planes, evitando que nada los señalara y pusiera en peligro su objetivo supremo. Estaban dispuestos a manipular y engañar a las masas, sembrando la confusión, el temor y el odio para asegurar su objetivo de dominar y remodelar el mundo según sus propias visiones distorsionadas.

El anciano les explica que los despreciables, agruparon los puntos que consideraron claves, en 4 hilos conductores y los repartieron de acuerdo a sus afinidades. Es decir, a cada uno se le asignó un determinado eje, pero mantendrían una codependencia entre ellos y ninguno sería más poderoso.

  • Los ejes fueron -el anciano les indica sus nombres y presenta resumido cada uno-:




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