La directiva para el oficial Mills, llegó una mañana en su despacho. Era una carta de directiva, refiriéndose a un orden que debía mudarse temporalmente a Francia de inmediato, para investigar un caso que daba de qué hablar entre los habitantes. Algunos ya están atemorizados y necesitan que la fuerza mayor interfiera el peligro que corría por s calles.
Su nombre era Drake Mills. Era un detective de veintitrés años de edad, el más joven de los tenientes y detective. Ha ascendido rápidamente de jerarquía por la pasión que le tiene a su trabajo. Mills al ver el contenido de la carta frunció el ceño y suspiró un poco fastidiado, no le gustaba mucho las mudanzas; lo descubrió cuando tuvo que dejar Francia para buscar un nuevo hogar y trabajo. Pero de alguna forma le agradaba volver a su tierra natal después de mucho tiempo.
Esa misma mañana caminó por medio de los habitantes hasta llegar a la comisaría, dónde iba a ser citado por su jefe. Al entrar al lugar, saludó a sus compañeros que pasaban a su lado y a los que se encontraban allí. Siguió caminando hasta llegar a la puerta del jefe, donde se encontró a su compañero colega y amigo, el teniente Benjamin Felix, apoyado contra la pared, esperando cerca de la puerta.
—¿Qué hay de nuevo teniente Felix?—Hablo estirando la mano para saludar.
—Drake Mills, galán de galanes—Corresponde el saludo y se dan un apretón de manos—. Pues creo que con el mismo motivo que tú estás aquí. He recibido una directiva esta mañana. ¿Estás listo para mudarte temporalmente a Francia con tu fiel amigo?
—Otra opción no creo tener—Felix lo mira serio—. Es broma. Sabes que me agrada tu presencia.
—De todos los colegas que he tenido en mi vida, tu eres con el que mejor trabajo. Será un placer aceptar este caso.
La puerta del jefe se abre mostrando a dos policías, ellos tenían la bandera de Francia a un costado del brazo. Ambos tenientes supusieron que ellos fueron los responsables de comunicar tal noticia.
—Gracias por haber venido, mandaré lo más pronto la ayuda.—Dice el jefe asomandose por la puerta y despidiéndose de los dos policías— Tenientes, por favor, pasen.
Ambos tenientes se apresuraron para entrar. Drake pensó que como para que vengan policías de Francia a España, el caso debía ser muy grande.
—Detectives Mills y Felix, sin vueltas comenzaré a decirles la razón por la cual los traje aquí. Hoy temprano a la mañana me llegó un caso que necesita ser resuelto de urgencia, la fuerza de Francia necesita ayuda. Entonces como estamos un poco ajustados de tiempo, decidí elegirlos a ustedes dos.
—¿De qué se trata?—Pregunta Felix.
—Se trata sobre personas que desaparecen un día entero y al día siguiente aparecen muertos. Cuando son encontrados aparecen asesinados brutalmente. Hasta el momento se han encontrado diez personas de treinta desaparecidos.
—¡¿Treinta?! Estamos hablando de un asesino en serie.
—No se sabe con exactitud si es una persona, ya que algunas víctimas han aparecido descuartizadas, mutiladas. Algunos dicen que es una bestia. Pero yo no creo en los rumores. Y es por eso que les ordeno de que capturen a ese maldito, para entregarlo a la cárcel y hacer que se pudra en ell
—Es muy listo. Es como si jugara con sus cuerpos, que cuando se aburre los deja tirados.
—Así es teniente Felix. Ahora mismo llamaré a su transporte. Se mudarán en dos horas.
Mills y Felix en esa misma se marcharon hacia Francia dejando todo atrás. Drake miraba la calle por la ventanilla, preguntando si esta iba a ser la última vez que volverá a ver Madrid.
—¿Qué dijo tu es esposa sobre esto?
—Nada, sólo me dijo que me cuidara. De todos modos las cosas entre nosotros no andan bien. Así que digamos que le da igual que me haya ido.
—Eso te pasa por casarte tan joven.
—Creí que era la mujer de mis sueños.
—Idiota.
—¿Y tú que? ¿Ni una mujer esperando por tu regreso?
—Eso no es lo mío. Primero mi trabajo.
—Siempre lo mismo. Eres un detective, las mujeres aman los tipos con traje. Deberías aprovechar aunque sea para divertirte.
—¿A cuántas mujeres dejas sin diversión?
Felix sonríe con orgullo,—A muchas.
Drake sabía que Felix le era infiel a su esposa, pero dejaban que las cosas pasen porque no le gustaba meterse en los problemas de los demás. Ni muchos menos el de su amigo. Las personas cambian, pero jamás cambian sus mañas.
Sin embargo, Mills nunca se ha enamorado. Ha estado con algunas mujeres pero ninguna le ha hecho sentir el amor verdadero, es por eso que decidió concentrarse en su trabajo porque buscar a alguien que le hiciera sentir algo imposible, era una pérdida de tiempo. Pero aun sigue con la esperanza de enamorarse algún día de alguien que haga que su mundo no existe nadie más. Ir a Francia quizás era una oportunidad para conocer gente nueva además de cambiar su rutina.
Incluso, allí puede estar el amor de su vida.