Teníamos a una joven paciente con varios problemas. La llamamos Jane. En su primera noche en nuestras instalaciones encontramos a Jane en un charco de sangre. Se había estado levantando su propia piel con las uñas.
Todas las noches, antes de dormir, Jane tocaba las paredes y dibujada con sus dedos un crucifijo. Una de las noches, cuando un trabajador la escuchó gritar fue a ver qué ocurría. Al llegar, Jane estaba de pie en mitad de la habitación. Le preguntaron qué ocurría y respondió ‘¿Qué te hace pensar que estas hablando con Jane?
Editado: 04.05.2023