Min Seok era un estudiante promedio en su colegio, debía estudiar hasta altas horas de la noche para poder rendir en sus exámenes finales, después de todo, Corea del Sur se caracterizaba por tener a los mejores estudiantes y cada uno se esforzaba y sacrificaba para mantener el orgullo de su nación. Era bastante usual ver a muchos alumnos a las 10 de la noche en la biblioteca del colegio central de Seúl, entre ellos, Min Seok.
El chico estaba muy concentrado en el tema de estudio, pero las ganas de ir al baño le estaban ganando y debía ir antes de que pasara vergüenza entre sus amigos, así que excusándose por unos minutos, fue rumbo al baño. Él no fue consciente de que una mujer lo observaba de lejos, tampoco supo cuando ella se dirigió a la venta de la biblioteca y se quedó muy cerca del vidrio, esperando que alguno de los compañeros de Min notara su presencia.
Fue una chica la que vió a la mujer y el grito de horror no se hizo esperar. Era un espectro sin ojos, solo las cuencas vacías eran visibles para los estudiantes y sin poder evitar nada, el fantasma rompió los vidrios de la ventana y acabó con la vida de todos los adolescentes. Min Seok no escuchó ni siquiera cuando las garras de la mujer traspasaron la piel de sus amigos, ni cuando les arrancaron los ojos ni mucho menos cuando les arrancaron cada parte de sus cuerpos y las esparcieron por toda la biblioteca.
Cuando él volvió, vió toda la sangre que había y las partes de los cuerpos de sus compañeros de clases yacían en el suelo y en las mesas. Sintió una mirada penetrante en su nuca y al voltear, estaba la mujer viéndolo con sus cuencas vacías, ella gritó: Uno, Dos y sin más, le arrancó los ojos...
La biblioteca quedó maldita y todas las noches se escuchan los gritos desgarradores de los alumnos, pero lo más horrible es que se ven dos sombras en la entrada de la institución, una es de una mujer y la otra... La otra es de Min Seok...