Muchos niños de mi vecindario tenían miedo de estar siquiera a 3 metros de una casa abandonada, las personas dicen que allí aparecen espantos y que una vez que entras, nadie sale vivo, la cuestión es que nadie se ha atrevido a entrar allí y eso me generaba dudas, o sea, si nadie ha entrado ¿Cómo estaban tan seguros de que la casa estaba embrujada, maldita o lo que fuera? Quería aventurarme y llevé a mi mejor amigo conmigo.
José y yo fuimos directo a ese lugar maloliente y hecho pedazos, estaba tan mal cuidada que daba la impresión de que se derrumbaría en cualquier momento. Al entrar a la planta baja nos dimos cuenta que las paredes tenían una pintura extraña y de ella se plasmaron algunas letras que formaron una frase: SOY LA MUERTE, ENCUENTRENME ABAJO. Debimos pensar con claridad y salir de ese lugar de inmediato, pero en lugar de huir, fuimos directo al sótano.
A medida que avanzabamos seguían apareciendo mensajes en las paredes. VENGAN CONMIGO, ENCUENTREN MI CUERPO, SOY LA MUERTE, VOY A MATARLOS. Teníamos miedo pero no podíamos regresar, algo nos lo impedía y al llegar por fin a la habitación final, un gran hedor inundó nuestras fosas nasales. Vimos la cabeza de un hombre colgando desde el techo y José salió corriendo de allí.
Ruidos se escuchaban en el pasillo y yo estaba temblando, lo peor sucedió cuando sentí la respiración de alguien detrás de mí, era esa cabeza sonriendo cínicamente y de un momento a otro, la puerta se abrió de golpe y la cabeza de mi amigo apareció frente a mis pies. Salí de allí directo a mi casa sintiendo el peor miedo del mundo, le dije a la policía lo ocurrido y al llegar al edificio encontraron el cuerpo de David. Su cabeza jamás fue encontrada.
"Él era un espectro ahora y yacía en el edificio colocando mensajes en las paredes"...