Aveces Todo No Es Posible

CAPÍTULO #5

ENTREVISTA 

 

Paso todo el fin de semana en mi apartamento.

Tratando de terminar un enorme mural de fotografías en una pared de mi cuarto. Estoy un poco emocionada por qué ya casi termino de reunir todas las que necesito o al menos eso crei asta el sábado por la noche, es demasiado grande y con las que tengo no cubro ni la cuarta parte.

Al menos tengo la idea clara. Para mi este proyecto es un reto personal, muy personal.

He tratado de no dejar escapar ningún detalle, ningúno. Pero, siempre hay algo que se nos escapa, que en el transcurso del día me di cuenta.

También me di cuenta que estoy en pañales, de todo lo que quiero plasmar en esta pared, es una parte de mi vida que está en la línea del limbo y el olvido, por decirlo de alguna manera. Esto me recuerda a unas personas que fueron muy importantes en mi niñez... si, ya no están, lamentablemente, sólo para mi.

El domingo es más de lo mismo.

No me morí de hambre gracias al que inventó los domicilios... ah si y la comida rápida. Estuve muy ocupada como para ponerme a cocinar.

Además de que no se me ocurre por mi sola que preparar​ en la cocina. Casi siempre llamo a Manuel para que me ayude a idear algunos menus. Quise darle descanso por este fin de semana. Dice que lo estreso mucho con mis tonterías! pueden creerlo? Es inaudito, como si fuera fácil pensar que hacer de comer... es, es algo casi imposible! Realmente admiro a l@s cociner@s por eso imaginación, cuya  me da de comer casi toda la semana y no estoy siendo para nada dramática. Creo que es como me dicen algunos sobre las matemáticas. Se bloquean, se frustran, se paralizan.

Eso mismo me pasa a mi a la hora de cocinar... pero otra cosa es ir aún restaurante, ver el menú y pedir... En ese momento no hay frustración que valga. Extraño no?

Y dejando a un lado sobre mi frustración a la hora de cocinar, tengo que admitir que estoy un poco nerviosa por mi entrevista de mañana, de verdad que quiero ese trabajo... es... es mi sueño. Bueno no enseñarle a un mocoso de no sé cuántos años, (por lo adulta yo), pero mi sueño si es trabajar en lo que me gusta y llena. Lo demás lo puedo resolver. No hay prisa. No pasa nada si no lo consigo, pero con mi hoja de vida lo dudo mucho que no lo consiga, en contra sólo estaría.... mi edad y con ese pensamiento me voy a dormir.
 

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De verdad que es linda esta casa. Tiene esa aura de hogareña, que desprende por doquier. A leguas se ve que no es nada vieja ni anticuada. Los dueños deben tener dinero. Claro, claro eso lo supiste desde que escuchaste el nombre del barrio uno no muy barato.

Al menos hoy estoy presentable. Eso no quiere decir que no me sepa arreglar, pero es más práctico salir con unos jeans semi ajustados, una camiseta o blusa suelta y cabello suelto un poco enmarañado (no despeinada, así va el look) si, un tanto rebelde, pero de las buenos (lo dice Manuel)

Para la entrevista de hoy decidí vestirme con un jeans blanco ajustado, con bolsillos atrás y adelante, que realza mis piernas, con una blusa tipo batola beige, corte en A, con una abertura mediana en la espalda, en forma de gota de agua y que en el borde del escote casi inexistente cuenta con detalles plateados que siguen hasta la espalda, hacia la gota de agua de la apertura tracera. Complementando mi atuendo, unos tacones en punta, de tacón medio de aguja color azul oscuro, casi negros, pero no lo son (no me pondría zapatos negros, ni nada negro. Odio el negro, que quede claro).

Respecto a mi maquillaje, es bastante suave, lo básico: protector solar, máscara de pestañas, brillo en mis labios, no labial, una pasada fugas de rubor y una sombra rosa pálido que casi no se nota, decidí no aplicarme el corrector de ojeras ni iluminador no me gustan mucho, además he dormido bien y no tengo ojeras y tampoco quiero verme con mucho maquillaje, que en mi opinión hoy llevo bastante y eso que dije "básico". Quiero verme un poco mayor, pero sin exagerar. Por último mi cabello en una coleta a media altura, ni muy apretada ni muy suelta, que hace que la punta de esta roce la base de mi cuello.

Y aquí voy, debo timbrar antes de que me entren más nervios. Estoy decidida a no marcharme con un no por respuesta. Abren la puerta.

Es una mujer joven mayor que yo. Tiene cara de amable

—en que le puedo ayudar? —me mira seria. A no tiene cara de amable

—eh, si. Vengo a ver a la señora de la casa —al parecer no me cree. Es en este momento que me doy cuenta que la mujer con quién hable no me dijo su nombre...— me está esperando

—su nombre? — pesada

—Sofia... Sofía Valenzuela —contesto

—espere aquí un momento —digo que si con la cabeza. Si va serrando la puerta. Ni siquiera me dejó pasar. La chica no tiene uniforme, pero es obvio que trabaja aquí. Un momento más tarde regresa abriendo la puerta, para informarme, que la señora me espera en la sala y por supuesto que me dirije hasta allá.

Está cosa es grande, muy bonita. Tiene absolutamente lo necesario, no está sobrecargada en lo absoluto. Es un espacio más bien sobrio y moderno, pero sin dejar a un lado el ambiente acogedor típico de una casa familiar que siempre me ha gustado.



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En el texto hay: juvenil, intriga y drama, lucia

Editado: 06.05.2020

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