Aveces Todo No Es Posible

CAPÍTULO #8

primer día de trabajo

al fin llego el día. 

hoy no tuve clases así que aproveche para arreglar mi apartamento un poco y alistar el material  que necesitaré para mi primera clase de introducción con mi nuevo alumno que de hecho no se cuantos años tiene. en fin 

es la una de la tarde y estoy mas que lista. he decidido ponerme ropa cómoda y sencilla la primera impresión que quería dar supongo que salio bien pues tengo el trabajo, ay que aclarar que aunque sencilla estoy presentable. tampoco que es que fuera mi primer día de trabajo desaliñada así que me decidí por un jean azul claro que da la impresión de estar gastado y un suéter tejido rosa crema y bailarinas café claro.

estoy un poco nerviosa. espero que no sea un alumno difícil

quería tomar bus, pero mejor optó por un taxi para ir mas segura, ya que llevo mi cámara mas cara y no me quiero arriesgar, aunque tenga planes de comprarme una nueva. hay que prevenir

para el taxi frente a la casa y aun falta diez minutos para las dos de la tarde

bajo del taxi y me dirijo a la entrada... tengo la sensación de haber olvidado algo, pero, ¡ay! se me olvido la carta de mi tutor no la hice (pero que cabeza la tuya Sosof...) si esa es mi querida consciencia, y sip, Sosof soy yo. cuando tenía dos años así decía mi nombre cuando me preguntaban, no lo sabia decir bien, por supuesto que algo esta mal en mi cabeza por que cuando hablo con migo misma así me llamo no se es inconsciente y raro... 

bueno en fin, se me olvido esa autorización haber que me invento

timbro y a los pocos segundo habré la misma chica de la vez pasada 

  — oh! eres tú... — me dice con desdén mirando de arriba a bajo. y a esta que le hice 

  — si, soy yo — le doy mi mejor sonrisa 

  — espera un momento ya le digo a la señora que llegaste— no alcanzo a responder, por que me sierra la puerta literalmente en la cara 

  — oh, claro espero, no te preocupes me gusta esperar a fuera— le digo a la puerta 

  — ¿tienes la costumbre de hablar con las puertas?— escucho que me hablan, ay santa madre de quien sea, me ha pegado tremendo susto— doy la vuelta, encontrando me con un chico de no de quince años tal vez? trae un bolso en sus manos mas bien arrastrando y tiene un uniforme de colegio, me sonríe — hola

  — em, hola — respondo, algo perdida

— tu debes ser Sofía— afirma 

— si y ¿tu eres?—pregunto. extiende su mano a modo de presentación 

—hola soy tu nuevo alumno, Leandro— oh, mi nuevo alumno, no esta nada mal...estrecho su mano

— hola Leandro, me llamo Sofía. mucho gusto—le dedico una sonrisa y esta si es sincera

  — el gusto es mio profesora — contesta con un poco de burla ya me esta haciendo chistes y eso que nos acabamos de conocer. como sera mas adelante. nos soltamos las manos

  — claro que lo es 

— me caes bien. ya quería conocerte— mmm si yo también

— si soy sincera yo también estaba un poco impaciente — abre una cremallera de su bolso en busca de algo

  —¿ y por que estabas impaciente? — pregunta aun buscando en su bolso

  — pues no sabia con que alumno me encontraría, solo sabia que era de genero masculino, pensé que eras un poco mas pequeño—detiene su busque y me mira

— pensé que mamá te había mostrado una foto mía como mínimo — niego con la cabeza — que rara. bueno yo estaba impaciente por que con esa hoja de trabajo tuya, pues wou — hace una reverencia

— si es un poco buena— respondo quitandole un poco de importancia— se demoro un poco la chica que abrió hace un rato. dijo que ya regresaba — comento para cambiar de tema aunque es verdad

  — esa debe ser Marieta. no se porque te dejo afuera— lo miro— sabia que vendrías a las dos —  responde un poco confundido. yo no lo estoy, ni nos conocemos, pero estoy segura que me odia y no se la razón— me encojo de hombros dándole a entender que no tengo ni idea— mejor entremos— lo que estaba buscando era sus llaves. abre y entro de nuevo a su bonita casa 

  — es muy bonita tu casa — comento

— si no esta mal— me sonríe   — ¡mamá ya llegue!— llama a gritos, lo sigo por el pasillo que conduce a la sala. no hay nadie — ¡Marieta! — vuelve a llamar, pero nada— donde se aran metido— se asoma por las puerta francesas de la sala que dan a una terraza y vuelve a verme  —puedes dejar tus cosas en el sofá— me señala uno pequeño así que las dejo donde dice   — ven mamá esta en el jardín — salimos al un jardín bien cuidado no muy grande

Efectivamente la señora esta ahí sentada en una silla leyendo un libro bajo una gran sombrilla que esta incrustada en el centro de una mesa  para cuatro personas

voy dos paso tras Leandro que se dirije a donde esta su madre que aun no nos ha vito 



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En el texto hay: juvenil, intriga y drama, lucia

Editado: 06.05.2020

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