Avenida 614

6

20:30, la noche estaba pot caer, menos mal que estaba al lado de casa, se me había hecho bastante tarde en un instante. En el camino a casa, todo se vuelve super oscuro, una fría brisa azota la zona y se forma una misteriosa niebla, yo sin más dilación pedaleo sin parar, pero me estrello con un poster, quedándome fuera de sitio.

- Hola, ¿Estás bien? - me pregunto un chico de mi tamaño, bastante preocupado, despertándome en lo que parecía su casa.

- Si... Si estoy bien - respondí confuso.

- Bien, ¿Quieres algo? - preguntó amablemente.

- Antes me gustaría saber dónde estoy - respondí aún confundido.

- Te acabo de encontrar tirado en la calle, en medio de la noche.... Tranqui si crees que has salido de Kwiyote, pues no, sigues aquí - aclara el chico.

- Vale, ¿y como te llamas? - pregunto interesado en conocerle.

- Me llamo Zeke, tengo 12 años y como ves... Bueno, soy un friki de lo paranormal - comentó el chico con una gran sonrisa.

- ¡Tengo que volver a casa! - grité preocupado.

- Tranquilo, ya te llevaré yo mañana - respondió Zeke intentando calmarme.

Después de una larga conversación, cenamos juntos y hablamos de todo lo paranormal, haciéndonos finalmente amigos. 
Tras un largo día decidimos dormir, pero un espantoso y extraño ruido nos lo impide, obligándonos a levantarnos cuidadosamente de las camas, encender las linternas e ir a investigar qué pasaba, mi nuevo amigo me comentó, que en este pueblo la seguridad no era lo mejor, que a parte de suceder cosas paranormales, siempre alguien entraba a tu casa. El ruido volvió a escucharse, sonaban como grandes garras rajando la pared, mientras se escuchaban los suaves pasos de alguien acercándose, obligándonos a escondernos, así que nos metimos de bajo de la cama, esperando a que se fuera dicho intruso. El entra en nuestra habitación y apaga las luces, quedándose con unos ojos blancos, que se iluminaban como focos, eran ya las 2:00 a.m, para cuando el intruso se fue y pudimos salir.

- ¿Pero qué? - se pregunta mi amigo aterrorizado.

Después de aquello, me consigo acordar de nuevo del orbe, con la escena que me enseñó ese fantasma, cayendo en la cuenta de que estábamos siendo perseguidos.

- Nos quieren muertos - murmuré

- ¿Qué? - preguntó asombrado Zeke.

- ¡Ven, corre! - grité desesperado.

Miré por la ventana, viendo al fantasma mirarnos desde la lejanía, entre árboles y oscuridad. A continuación me dirigí con Zeke a la puerta trasera de su casa, salimos con cuidado, y luego salimos corriendo a ciegas, dado que a penas podíamos ver por dónde íbamos, de hecho, entre todo el lío nos terminamos en un callejón, donde había una farola que apenas alumbraba, junto con un montón de contenedores de basura, que olía aquello como un vertedero.

- ¿Que plan tienes? - preguntó mi amigo, bastante cansado de correr.

- De momento, quedarnos aquí - respondí

La acción de dormir, no iba a ser posible por esta noche, o por lo menos hasta lo que llevamos de ella, de momento solo podíamos estar de guardia.

 




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