Puedes estar en el pasado, en el futuro, en tu patria, en el extranjero, eso no tiene mayor importancia, siempre y cuando estés feliz, y rodeado de personas que te demuestren amor y cariño.
Se supone que ese es el verdadero significado de pertenencia, en donde tú seas feliz y estés con tu familia, independientemente de que sea la sanguínea o la que has escogido.
Solo se necesita estar bien, eso es lo único que importa.
Para Avenir estar en el siglo XVI, a ver viajado del futuro al pasado, fue un cambio demasiado drástico.
Guiado por su deseo de poder corregir su error, solo quiere proteger a Atena, independientemente de que si es la de su tiempo u otra.
Ya que su propio futuro es sombrío, Atena cayó y Hades termino triunfando.
Esto obviamente no lo pudo soportar y por ende, está en una época antigua.
Llegando en un momento crítico levantando sospechas, pero logro demostrar que esta de lado de la Diosa Atena de este siglo.
Pidiendo seguir en su puesto como el caballero de Aries, el guardián de la primera casa y obviamente la primera defensa que deberá caer, para lograr detener la mayor cantidad de intrusos posibles.
El joven caballero de cabellos blancos y esponjosos, sin duda asemejando a la lana de un borrego, de una piel morena, con unos ojos azules brillantes y una linda sonrisa que se sonroja cada que hace esa expresión como si fuera un sello personal que no puede controlar.
Realmente no se da cuenta de su belleza y ni siquiera le da importancia, solo está interesado en seguir su gran convicción, dispuesto a morir en esta guerra pasada, para dar un valor y sentido en su vida, pues la perdió en el futuro.
Aun con su pesar y decisión, trata de sonreír y demostrar su mejor cara hacia los demás.
Que al principio lo trataron bastante cortante y mal, mirándolo solo como una amenaza, bueno… No todos lo hicieron.
Dos gemelos, desde el momento en que lo conocieron, fueron quienes le dieron el beneficio de la duda, es algo que muy pocos logran otorgar.
Dándole un poco más de confianza al Ariano recién llegado, sintiendo calma en su corazón.
Si bien el menor se comporta como un amigo para el cordero dorado del futuro, el mayor en cambio lo ha visto desde el primer momento con otros ojos que no llevan a la amistad si no a otra cosa.
Y justamente en eso nos centraremos.
Una mañana bastante tranquila en el santuario, con un sol radiante que denota que el frio se ha ido, y las flores han comienzan a dar vida, tan dulce el aroma.
Es lo que más le agrada al peliblanco, las mañanas frescas, donde sale a las afueras de su templo para sentir los primeros rayos del sol, y dedicar una gentil sonrisa al día.
Como si por un instante pudiera sentir que está en su tiempo y que nada ha cambiado, sin embargo no tarda en recordar y si, puede causar un gran dolor en su corazón, pero aun así no dejara de sonreírle a este presente tan curioso.
Más para este día, algo diferente sucederá, sacándolo de su rutina diaria.
Apenas si puso un pie afuera de su templo, cerrando sus ojos y respirando profundamente, sintió de inmediato un cosmos que desde luego reconoce.
Pero es la voz de esa persona quien lo saca rápido de sus pensamientos.
-¡¡¡AVENIR!!!- Como si no le importara el gritar tan temprano por la mañana que en efecto le da igual ser oído por los demás caballeros y aspirantes alrededor, solo desea ser escuchado claramente por el dorado de Aries.
Sorprendido por el llamado, mas no aguardo mucho para dedicarle una mirada de asombro que rápidamente se volvió en alegría con el adorno de una sonrisa.
-Hakurei, buenos días- Saludando tan radiante, como el sol mismo.
No aguardo mucho tiempo en acortar la distancia que los separa, considera al caballero de plata como un gran amigo, se podría decir el único del pasado y uno demasiado querido que se volvió en poco tiempo.
Hakurei vistiendo sus ropas civiles, dedicándole su mejor sonrisa a Avenir y sus mejillas sonrojadas por tal hermosura enfrente.
Su mirada verde oliva, clavada en los zafiros brillantes, sin duda teniendo un pequeño plan en mente.
Haría lo que fuera para seguir teniendo esa sonrisa delante de él toda la vida.
Es un deseo muy egoísta, pues conoce lo que Avenir planea hacer, aunque le duele no lo puede detener, pero haría su esfuerzo para que al menos reconsideré sus ideales.
-Feliz cumpleaños- De inmediato el Lemuriano de tikas rojizas le sonrió entregándole un pequeño paquete.
-¿He?- Esto dejo consternado al peliblanco, pues no había tomado en cuenta el pasar del tiempo, ni el de su propio cumpleaños siquiera.
-Hoy es diecinueve de Abril, diste que este día es tu cumpleaños- Rápidamente le contesta, por la interrogativa anterior, mientras sigue insistiendo en que el Ariano tome el regalo.
-Pero… ¿Lo recordaste?- Sus manos temblorosas, con cuidado acepta el detalle, muy sorprendido de que este hombre en verdad prestara tanta atención a datos que considera sin importancia.
-Claro que si- Se acerca invadiendo el espacio personal del de piel morena, admirando mas esa dulzura que solo ese ariano logra poseer en esta vida –No lo olvidaría-
Avenir al sentir a Hakurei tan cerca, no puede evitar mirarlo atento, con las mejillas sonrojadas, los nervios invadiéndolo de apoco pero logra controlarse, intentando que su corazón no lata tan apresuradamente.
-Y… ¿Qué es?- Señalo el regalo, poniéndolo en medio de ambos, con cierto atrevimiento.
-Ja, eso no te lo puedo decir- Guillándole un ojo –Tienes que abrirlo primero-
Dándose cuenta que la pregunta que ha hecho fue bastante torpe, pero es su propia personalidad algo ingenua e inocente que le juega malas pasadas a veces.
-Ja, ja, ja, tienes razón- Cada sonrisa es un ligero sonrojar de sus mejillas, se pensaría que sería difícil verlo por la tez morena, pero es muy fácil notar.
-Wow…- No pudo controlar su boca y deja escapar esa expresión de asombro, quedando embobado por Avenir, suspirando, con el suave latir de un corazón enamorado… Que comprende que no tiene mucho futuro, pero lo intentara.
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Editado: 20.04.2025