Aventura en Otro Mundo (web)

1.1 - < Story >

—Los descubrimientos hechos por nuestro equipo no están cerca de alcanzar el objetivo previsto, pero están avanzando por buen camino.

La sala de reuniones principales de la torre laboratorio estaba abarrotada de reporteros, ubicada en el piso más alto de esta, con una espectacular vista hacia la ciudad que se levantaba a sus pies. Cientos de cámaras se encargaban de grabar hasta el mínimo movimiento hecho por las cinco personas ubicadas en el frente.

El lugar estaba lleno de reporteros, atentos a las palabras que los exponentes decían. Algunos se abalanzaban, tratando de conseguir la oportunidad de hacer una pregunta, mientras que otros simplemente se dedicaban a escuchar y tomar un reporte de lo que sucedía.

Las notas de papel se habían extinguido años atrás, por lo que el incesante sonido del golpeteo de los dedos sobre el teclado holográfico era lo que resonaba por toda la sala, registrando cada cosa que sucedía.

Una joven de cabello negro con ojos de una tonalidad oscura y piel morena era la encargada de dirigir la reunión, y fue la responsable de las palabras anteriores. Estaba vestida con una blusa de botones de un azul claro, que era su favorita, y unos pantalones azul oscuro.

Ella estaba rodeada por cuatro personas más, una chica y tres hombres, los cuales estaban observando a todos los reporteros en la sala, buscando responder sus cuestionamientos.

La pelinegra permanecía callada mientras uno de sus compañeros, una chica de largos cabellos rubios y ojos claros, era la que le daba la palabra a los reporteros. Ella portaba un largo vestido de color amarillo se extendía hasta la mitad de sus muslos al tiempo que una fina capa de maquillaje adornaba su cara.

El ruido se volvió algo insoportable, por lo que la pelinegra tomó sus oídos con sus manos y trató de aislarse un poco. Ella no estaba acostumbrada a tratar con mucha gente o estar expuesta a ruidos altos, por lo que su reacción fue natural. Sus compañeros, al ver lo que hacía, rápidamente pidieron silencio. La sala enmudeció en poco tiempo.

Después de eso, el primero en tomar la palabra fue un joven ubicado en el extremo derecho de la mesa. La parte derecha de su cabeza estaba cubierta por su largo y lacio cabello rojizo, el cual ataba en una cola de caballo. Sus ojos de tonalidades rojizas estaban observando a toda la sala. Portaba un saco que hacía juego con su cabello, junto a una camisa de tonos claros.

—Lo que les pedimos es paciencia. No podemos revelar toda la información que tenemos. Por el momento, esto es todo lo que podemos comentarles.

El ruido que los reporteros hacían con sus teclados se reanudó al ritmo de sus palabras. Todos querían tomar su declaración al momento.

—Todo el trabajo lo está haciendo ella, ya que nosotros cuatro estamos siendo presionados por Central para obtener resultados de nuestras investigaciones.

En eso, uno de los reporteros se levanta y, sin tener la palabra, le lanza una pregunta al chico de cabellos rojizos.

—¿No son ustedes genios? Entonces, ¿por qué no pueden completar esto, si ustedes pueden con todo?

Su pregunta molestó a la chica rubia, la cual se levantó un tanto exasperada, respondiéndole fuertemente al reportero.

—¡No es esa una razón válida! Simplemente por el hecho de ser denominados genios se nos ha estado exigiendo a niveles casi inhumanos. Como saben, el mes pasado, uno de nosotros tuvo que ser internado por exceso de trabajo, ¿y qué hicieron ustedes? ¡Absolutamente nada! Ni siquiera cubrieron esa nota.

—Es su trabajo descubrir cosas que los normales no pueden.

—Nuestro trabajo nunca fue ese. De hecho, todos nosotros ni siquiera tenemos un sueldo fijo. ¿No sabía sobre eso, señor reportero?

Las palabras de la chica hicieron que toda la sala fuera consumida por el silencio. El repiqueteo constante de los teclados se había detenido abruptamente. La rubia se sentó molesta, y cruzó los brazos.

—Estos no saben nada —refunfuñó mientras se retorcía en su asiento.

La atmósfera estaba lejos de estar tranquila, ya que, con las declaraciones de la joven, todos se habían puesto a sacar sus conclusiones. Si bien, sus palabras eran ciertas, había algunas cosas que ella había inventado por el bien de ellos.

Los denominados genios eran exigidos mucho más que los investigadores normales, así que estaban sometidos a un gran estrés, lo cual podía hacerlos explosivos u obligarlos a desarrollar conductas "fuera de la regla". Aunque no tenían un código de conducta que tuvieran que seguir al pie de la letra, los noticieros les habían obligado a actuar de una manera "educada" solo para que cumplieran los estándares egoístas que les habían impuesto sin siquiera preguntarles.

—Y bien, ¿qué es lo que desean?

La chica pelinegra se recuperó un poco y siguió hablando. Su cabeza había comenzado a palpitar fuertemente, el exceso de ruido y el estrés que había estado sintiendo últimamente eran una pésima combinación para ella. La rubia sentada a su lado se percató de ellos y buscó un par de pastillas entre los bolsillos de su vestido.

—Ustedes saben todo de nosotros, no podemos esconderles nada. Incluso exigen más de lo que les toca, pero hoy haré una excepción. Quiero que todos sepan porqué nos estamos tardando mucho en obtener resultados.

Sus compañeros se sorprendieron ante sus palabras, mientras que el reportero fastidioso dio una sonrisa de victoria. Él había ganado esta partida. Todos los demás en la sala se prepararon para reportar cada una de las palabras, mientras que las cámaras dispersas por todos lados enfocaban directamente a la chica ubicada en el centro de la mesa.

—El reporte es el siguiente. Parte de lo que hacía era juntar las teorías y experimentaciones hechos por mis compañeros sobre un tema en específico; la perla.

—¿No es el nombre, "la perla", una manera infantil de llamarla?



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En el texto hay: chica x chica, otro mundo magia romance, problemas personales

Editado: 15.05.2021

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