Aventura en Otro Mundo (web)

1.4 - ¿Segura de que eres inocente?

Anneth salió unos momentos más tarde, vistiendo el nuevo conjunto de ropa interior. Madison, que no había visto qué había agarrado, sin duda recibió un fuerte impacto. La piel de Anneth era ligeramente morena, y sus curvas estaban muy bien formadas, por lo que verla vestir algo que era poco más maduro de lo que solía causaría una gran conmoción.

—Oh, sin duda ese encaje te queda bien, pero podemos conseguir algo mejor.

En su mente, Madison imaginaba la figura de Anneth en diferentes estilos de lencería provocativa, acostada en su cama mientras estaba atada a la cabecera de esta, mientras le incitaba a acompañarla. No era lo más sano, pero así funcionaba su mente.

—Tal vez, algo más atrevido...

—¿Qué es lo que dices, Madison?

—¡Ah!

La voz de un hombre resonó a un costado de Madison, haciendo que esta se sobresaltara. Instintivamente cerró la imagen transmitida a su tableta y la guardó en su bolsillo lo más rápido que pudo. Sus reflejos fueron tan rápidos que avergonzarían a un piloto de combate experimentado.

Al girar su cabeza, Madison se encontró con tres chicos, los cuales lucían ropa semiformal, al tiempo que ella portaba un vestido azul de falda corta. El primero de ellos, el chico pelirrojo, se acercó a Madison mientras trataba de adivinar lo que escondía.

—Veamos, estás junto a la habitación de Anneth, y guardas tu tableta cuando me escuchas. No es muy difícil saber lo que escondes.

—Vamos, Lance, no sabrás lo que hago. No es tu campo, después de todo.

El chico pelirrojo, cuyo nombre era Lance, le da una sonrisa a Madison y llama a uno de sus dos acompañantes. Otro chico, de apariencia descuidada; cabello verde alborotado, ojos del mismo tono y algunas ojeras bajo sus párpados, se aproximó.

—Tal vez yo no, pero él sí. Pietro, ¿puedes hacer tu trabajo?

—No es lo mismo experimentar en alguien que se ofrece voluntariamente que en alguien que se opone a la idea de ser descubierta.

—Y ahí vas con tu moral —comenta Lance mientras se alejaba.

—Oye, Lance, eso es jugar sucio. No me traigas al nombrado "neurólogo genio" para adivinar lo que pienso.

Pietro suelta una pequeña risa mientras se contesta a Madison.

—Contrario a lo que piensas, la neurología no puede leer la mente, al menos no he descubierto la manera aún, pero estudié psicología, lo cual puede hacer una aproximación.

—¡Para mí es lo mismo! —Se defendió Madison.

—Es exactamente lo que una genetista diría —atacó Lance.

—Eso no está en discusión.

De pronto, la puerta de la habitación de Anneth se abre y sale ella, vestida con una sudadera larga y un pantalón de pijama. Sin duda, en el momento en que Madison la miró, soltó un grito.

—¿¡Qué estás vistiendo, Anny!? ¿Acaso no te enseñé a vestir apropiadamente?

—Gritas mucho, Maddy, ¿podrías callarte? Tampoco es como si fuéramos a salir a un restaurant de lujo a cenar. No tenemos suficiente dinero.

Madison hizo una mueca, ya que Anneth tenía razón. Lo que ellos ganaban con sus investigaciones era de ellos, pero Central les hacia un pequeño descuento, ya que, mientras experimentaban, podían hacer grandes destrozos a los laboratorios personales. Todo ese dinero era dedicado a la reparación de los accidentes de los cinco, o al menos, de cuatro de ellos, ya que Pietro era el único que no había tenido problemas.

—Pero, al menos podrías ponerte algo mejor.

—Madison, no la obligues. —Pietro salió a la defensa de Anneth.

—Maddy, recuerda que nos cambiaremos antes de salir —agregó Anneth.

Lance soltó una pequeña risa ante la escena, causando el descontento de Madison. Anneth simplemente pasó de largo y comenzó a caminar hacia el elevador. Lance la alcanzó rápidamente.

—Anneth, recuerda que no sirve. Se dañó todo el sistema eléctrico y no se moverá. Oh, cierto, lo olvidaba.

Lance trató de advertirle a Anneth sobre el malfuncionamiento, pero quedó en ridículo cuando recordó la especialidad de ella. Sería estúpido decir que no funcionaba frente a la denominada genio de la tecnología general.

—Lo sé, no es como si no lo supiera.

Madison, detrás de ella, seguía con intenciones de pelear, mientras que Pietro trataba de tranquilizarla. A su lado, el último chico caminaba. Su postura encorvada recordaba a la del protagonista de un cuento ambientado en una capilla de Francia.

Su cabello era de color negro y blanco, mientras que sus ojos eran verde y azul. Un par de colmillos salían de su boca. Era un completo fenómeno.

Su nombre, Raphael, y, debido a sus modificaciones, se sabía que su especialidad era la genética. Se dice que él alteró su propio ADN a los doce años de edad, y por ese motivo, fue catalogado como un genio.

Dejándolo un rato de lado, Anneth entró en el ascensor, el cual estaba, curiosamente, en el piso de los dormitorios. Tenían dos elevadores, uno estaba atorado en el último piso, donde había sido la reunión, mientras que el otro estaba justo frente a ellos.

—Veamos, tal vez funcionará con esto.

Anneth tomó la perla que colgaba de su cuello y la acercó a la caja de control del elevador, causando que la esfera comenzara a brillar. Unos pequeños rayos fueron emitidos por la perla, con dirección a todas las partes del elevador.

—Claro, se me olvidaba que tú la tenías esta semana.

Lance hizo un espléndido "Facepalm" mientras veía a Anneth trabajando en la reparación del elevador. Tan solo un minuto después, este comenzó a funcionar de manera adecuada. Aunque ella podría haberlo hecho de la manera tradicional, estaba muy cansada para traer sus herramientas y ponerse a investigar dónde estaba el problema. Además, quería ahorrarse algo de dinero, ya que, si Central lo reparaba, el monto que les llegaría al final del mes sería menor.

Con esto en mente, usó el poder de la perla para terminar rápidamente.



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En el texto hay: chica x chica, otro mundo magia romance, problemas personales

Editado: 15.05.2021

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