3.5 - Nueva Generación

Los días pasaron rápidamente y llegó el tiempo en que los nuevos chicos llegaran a la torre principal de Central, donde Allan los estaba esperando. La población no se había enterado de nada, por lo que cientos de personas se agruparon frente a Central al momento en que se percataron de lo que sucedía.

Allan estaba preparado para esto, por lo que había desplegado a su propia fuerza privada para proteger a los recién llegados de cualquier amenaza.

La multitud, contrario a los pensamientos de Allan y sus aliados, no hicieron nada al respecto, tan solo observar. Además, no tenían motivos para intervenir en los negocios de tal organización. Eran meros espectadores.

La llegada transcurrió sin problemas, y los recién llegados ingresaron rápidamente a la torre de Central, donde ya los esperaban para darles indicaciones y llevarlos a sus cuartos, los cuales se convertirían en su única residencia hasta que Allan decida lo contrario, o que su plan esté completo, lo que suceda primero.

Ellos sabían a lo que se estaban metiendo, así que no rechistaron y siguieron las ordenes al pie de la letra.

Ya que Central se especializaba en cuatro áreas; Biotecnología, Genética, Neuro tecnología y Tecnología en general, los jóvenes eran sobresalientes en una de ellas, con habilidades en el resto de las áreas. Esto era completamente diferente a los antiguos cinco, ya que ellos solamente dominaban su campo y tenían vagos conocimientos del trabajo de sus compañeros.

Con esto, Allan trataría de trabajar a un ritmo mucho mayor al que Central había estado funcionando anteriormente.

Una vez los jóvenes fueron ubicados en sus habitaciones —las cuales pertenecían anteriormente a los genios—, Allan los mandó a reunirse para explicarles el funcionamiento y resolver sus dudas. Ellos cumplieron al pie de la letra lo que se les pidió, y en cuestión de unos minutos, todos se encontraban en una sala de conferencias, la cual era abierta a los medios con regularidad para explicar los avances en las investigaciones.

Allan fue rápido y conciso con su discurso, dejando en claro que no toleraría retrasos y que, aunque podrían disfrutar de algunos beneficios, las cosas tenían que hacerse a su manera. Era un hombre de negocios, por lo que creía que podría hacer lo que quería en el momento que quisiera. Tal vez el tiempo le enseñe una lección.

——TecH——

En el momento en que recibí un mensaje extraño de parte de una empresa multinacional, invitándome a formar parte de un selecto grupo de investigadores jóvenes, mi madre se puso contenta que hizo una celebración, anunciándolo a todas las casas cercanas.

El hecho de que alguien de nuestro país reciba tal llamado es realmente extraordinario.

En un inicio, pensé que era una broma de parte de un amigo que sabe cómo falsificar empresas, y salir vivo de ello, por lo que traté de confirmar con él. La sorpresa fue que ese mismo amigo me comentó que él no había sido el responsable y que en realidad se trataba de una empresa real.

Fue ahí donde se desató la locura.

Desde hacía cientos, o creo que ya mil, años, nuestro continente ha sido apartado de las luces mundiales, como si no existiera en lo absoluto. Parece que todos están interesados con un solo continente en el mundo.

No sé qué es lo que sucedió en el pasado para que exista tal separación, pero es algo que me molesta.

Desde pequeño he sido bueno con un área en específico de la ciencia, la Biotecnología, por lo que mis padres me han ayudado a estudiar en la mejor escuela que el dinero nos permite.

Hace menos de un mes me había graduado, con honores, de tal institución, y había mandado una investigación que incluso llegó a sonar dentro de la organización más fuerte del área, Central. Mayor fue mi sorpresa cuando la misma líder del área de Biotecnología me contestó y probó mi investigación. Creo que la chica se llamaba Madison, y era nacida en una ciudad llamada Euthoria, donde, anteriormente, estuvo Londres. Se mucho sobre la geografía antigua.

Con esa aprobación en mi currículum, me llegaron decenas de trabajos en laboratorios locales muy reconocidos de nuestro lado, pero tuve que declinar a todos porque sentía que se aproximaba algo mucho más grande para mí. Y ese día en que la empresa Greon me envió tal solicitud, fue cuando me di cuenta que haber rechazado todo valió la pena.

Rápidamente dejé mi ciudad y me dirigí a la capital de mi país, la República de América, que anteriormente estaba conformada por los países de Canadá, Estados Unidos, México, Guatemala y Belice. Esta ciudad principal estaba ubicada a unos dos días de camino en el transporte más rápido que nos podíamos permitir, el tren eléctrico.

Recuerdo que mi despedida fue emotiva. Tengo una pareja, la cual dejaron que me acompañase, ya que tenía algunas aptitudes sobresalientes en varios campos científicos. Mis padres me iban a extrañar, por lo que traté de disfrutarlos hasta el último segundo.

El viaje fue largo, tal y como se esperaba, por lo que mi pareja y yo pudimos disfrutar un buen rato conociendo nuevos lugares mientras veíamos por la ventana.

Al llegar a la capital, ubicada cerca de la antigua frontera entre Canadá y Estados Unidos, nos esperaba un grupo de hombres vestidos de negro, los cuales nos acompañaron hasta el aeropuerto.