Camino por el bosque. No puedo ver mucho más allá de donde estoy gracias a la vegetación, por lo que me guío por medio de mi mapa. Aunque dije que trataría de usarlo lo menos posible, en situaciones como esta no tengo otra opción.
Suspiro mientras trato de apresurarme, ya que la carga se había más pesada con cada paso que daba. Parece que mi cuerpo, aunque no pueda morir, no significa que no me cansaré o sufriré daño si me sobre exijo. Tengo que usar la cabeza.
El peso de las presas, ubicado de manera dispareja sobre la rama, está comenzando a causar estragos. Mi hombro parece estar a punto de destruirse por la presión.
Maldición, a este paso, no llegaré temprano al pueblo. No quiero dormir de nuevo en el parque. No, de hecho, no puedo, ya que pensarán que es un fantasma de la chica o que esta revivió, así que, por el bien de no tener más problemas, buscaré la manera de pasar la noche en una habitación.
Rápidamente, comienzo a buscar opciones.
Lo primero sería tratar de vender lo que conseguí y luego ver cómo me las arreglo con ese dinero. Las otras ideas no son mucho de mi agrado.
Por mi mente pasa una idea realmente extraña, pero que puede funcionar. Puede que me arrepienta por eso, así que no la haré. No estoy tan desesperada como para llevar ese plan a cabo. Como sea, venderé esto y veré qué hago después.
Camino y camino hasta que, por fin, logré vislumbrar la parte trasera de uno de los edificios de madera del pueblo.
Bueno, al menos he llegado.
Siento que estoy olvidando algo muy importante. ¡Claro! No he ocultado mi identidad, así que, no puedo simplemente mostrar mi cara. ¿Y mis ropas? Vaya, tendré problemas pronto si no soluciono eso.
La chaqueta de cuero que usaba tenía un gran agujero manchado con sangre debido a la herida de espada que había sufrido de parte de ese chico lindo. No sé cuáles eran sus motivos para hacerlo, pero de nada me sirve el preguntármelo ahora. Siento que más adelante obtendré esa respuesta de la manera menos esperada.
Me detengo a unos cuantos metros y me oculto entre los árboles, los cuales eran tan frondosos que dejaban pasar un mínimo de luz. Era un buen escondite por el momento.
Pienso en cómo puedo ocultar mi identidad mientras descanso un poco del peso del ciervo. Ahora que lo pienso, ¿es normal que este sea su hábitat? Ya que desaparecieron hace mucho tiempo de la tierra, y los libros de botánica y esas cosas no están disponibles para mí, no tengo muchos datos al respecto. Tan solo lo que Lance solía contarme en su tiempo libre mientras “allanaba” su laboratorio.
Volteo hacia todos lados, en búsqueda de algo que me pueda servir como camuflaje.
Mientras estaba ocupada en ello, escucho voces y una puerta abriéndose. Me giro rápidamente en dirección al ruido y observo desde detrás de un árbol cercano.
Veo que salen dos hombres por una puerta trasera que da al bosque. A primera vista, podía ver que uno tenía una edad considerable —unos cincuenta años—, y el otro apenas se aproximaba a los treinta. Ambos venían discutiendo sobre algo.
—¡Ya te dije que no tenemos carne! ¡Esa niña vino y acabó con todas nuestras reservas!
—¡Que no te escuche! Pero si, tienes razón.
—¿Qué vamos a hacer? Hoy es la fiesta de la líder del gremio y no tenemos con qué preparar el platillo principal.
—Maldición. Y ahorita no hay tiempo para poner una misión en el gremio. Todos los aventureros se han ido gracias a esa chiquilla, así que no tenemos manera de conseguir recursos.
—La próxima caravana llega dentro de tres días, ¡pero será muy tarde cuando eso suceda!
—Tan solo tenemos que buscarla por nuestra cuenta. Dile a tu hijo que se prepare para cazar.
—¿Por qué tiene que ser el mío solamente?
—Porque yo no tengo hijos.
—Tiene sentido. Como sea, trataré de traerlo aquí y veremos qué cazamos.
—Sí, esperemos tener suerte.
Al terminar su plática, el menor de los dos entra de nuevo al edificio mientras que el otro se queda observando a la nada. Puedo sentir que está buscando algo, así que me escondo detrás del tronco de un árbol, tratando de hacer el menor ruido posible.
Después de unos momentos, él también se retira, por lo que ya puedo salir de mi escondite.
Veo que hay problemas, entonces, mis planes pueden cambiar. Si lo que necesitan es carne, puedo echarles una mano al darles lo que he cazado y ellos me pueden dar algo de dinero a cambio. No es un mal trato, solo que, el único problema que veo es que no sé cuál es el valor del mercado de estos productos.
—Fuaaa.
Más problemas.
Bueno, supongo que estaré bien con lo que sea que me den.
Ahora, vuelvo a mi problema principal, el hecho de pasar desapercibida. Mientras me escondía, creo haber encontrado algo que puede ayudarme a esconder mi identidad por un tiempo.
Alcanzo unas pequeñas frutas de color rojo cercanas. Con el simple hecho de tocarlas, estas desprenden un color rojo brillante. Si uso esto en el rostro, puede que no me reconozcan tan fácilmente. Además, mientras caminaba hasta este lugar, encontré un abrigo que cubría mi cuerpo de pies a cabeza, la cual había estado usando como almohadilla en mi hombro mientras cargaba la rama con la caza.
#13209 en Fantasía
#17797 en Otros
#2261 en Aventura
chica x chica, otro mundo magia romance, problemas personales
Editado: 15.05.2021