En una habitación donde el atardecer se comienza a colar, un joven hombre de cabellos azules, da miles de vueltas por todo el lugar, siendo un caminar recto, girando cuando topa con pared y volviendo sobre sus pasos.
Mirando hacia el suelo, moviendo sus brazos de manera brusca de repente, posándolas en su cabeza, cruzándolas sobre su pecho, elevando el rostro con una sonrisa, para después sonrojarse y no saber que hacer, murmurando palabras en el silencio de su cuarto.
-No puedo creerlo… No puedo creer lo que hice…- Los cabellos desordenados, las mejillas casi hirviendo, los ojos Viridian dilatándose y luego contrayéndose por la desesperación -¿De verdad… Hice eso?- Su tono de preocupación se nota, mordiéndose los labios, mientras junta sus manos y las comienza a apretar con angustia y asombro.
-Oh, sí que lo hiciste- De repente una voz algo burlona se hace presente, un rostro tan similar a quien está hundido en una enorme mortificación, que de repente le da una enorme alegría, y hace que su corazón lata desbocado.
Aquellas palabras llaman su atención, haciendo que se detenga en seco, apretando su mandíbula, poniéndose casi como un tomate, encogiéndose de hombros, sin darle la cara al recién llegado -¿Có… Cómo… Lo sabes?-
-Vamos, hermanote- Se adentra en aquella habitación que igualmente es suya, sin duda son amplios dormitorios –La universidad podrá ser sumamente enorme, con diferentes carreras y esas cosas, pero… Los chismes corren rápido- Posa una mano sobre ese hombro fuerte, para seguir su burla, aunque igual tiene algo que decir –¿Crees que la gente no me diría nada, de que mi hermano mayor invito a salir a uno de primero?- La risita se refleja en su rostro, para caminar sin mayores preocupaciones hasta su cama y tumbarse sobre ella.
-Mmmh…- Desvía su mirada, ahora mucho más avergonzado por lo ocurrido.
-Y no cualquiera de primero, sino… Al lindo gatito que conocemos de nuestra ciudad natal- Señala con el dedo índice, retrayendo los demás y levantando el pulgar también –Ja, ja, ja, ¿Cómo crees que reaccione Aioros al saberlo?-
Lanza un suspiro, mostrándose serio para mirar al menor solo unos minutos –Eso realmente no me preocupa-
-¿A no?- Confundido pregunta, incorporándose levemente de la cama, mirando atento al otro, casi alzando una ceja.
Niega solmene y firme, sin importarle nada mas –Aioros y yo somos amigos, eso nada lo cambiara. Sin embrago no me importa mucho si le molesta que este enamorado de Aioria, aquí lo principal es…- Sus mejilla se tiñen de nueva cuenta de carmín, pero eso no quita que esta ya decidido ante su postura –Que… Al fin tuve el valor de pedirle una cita, y que acepto-
La sorpresa en los ojos turquesas del menor, demostrando que en este momento su hermano mayor es como si fuera un héroe para él, decidido en hacer lo que quiere, a veces rompiendo las reglas, pero todo por un bien mayor.
Claramente, nunca le dirá que lo admira en secreto, y que en cierta forma le dio la inspiración para también él hacer un movimiento que deseaba… Desde hace tiempo.
Solo que… A diferencia del peli azul… Que tenía el campo libre desde el inicio, solo que le daba miedo que el castaño claro lo rechazará, el menor estaba en una situación en donde no podía hacer absolutamente nada.
-Entonces… ¿Para cuándo es tu cita con el lindo gatito?- Pregunta, también desviando ahora él la mirada, mostrando un sonrojo en sus mejillas.
Frunce el ceño, sintiéndose molesto por ese apodo que le dieron a su enamorado desde que eran uno niños y adolescentes –En primer lugar, no quiero que le vuelvas a decir así-
-Ja, ja, ja, ja, claro… Ahora solo tú le podrás decir así ¿No?- Alza una ceja, de nuevo con la burla en su rostro, y picardía en sus ojos.
Un estremecimiento muy fuerte lo invade de golpe, quedándose estático, apretando sus labios, para ignorar al menor -¿Y que si lo fuera?- Contesta rápido, para ir directamente hacia su escritorio, abrir su laptop y hacer algunos deberes –Mi cita con Aioria será este sábado, iremos al restaurante Oroscopo que está en el centro y después… Lo invitaré a caminar por el parque cercano al jardín de Atena y…- Sin darse cuenta estaba contando a su mejor confidente su plan con Aioria, y simplemente se queda callado, ya con vergüenza de lo que ha planea.
Claramente tiene que ser meticuloso, pues no se puede permitir que nada salga mal.
Sorprendido, aun recostado en la cama, ahora boca abajo, sus piernas elevadas contra la pared, y sus manos, una colgando y la otra apoyada en la orilla de su lecho, atento a las palabras de su hermano –Wow, ese restaurante es muy fino y caro… ¿Ganas tan bien como tutor de algunos alumnos, y en la cafetería?-
Lanza un suspiro, para tomar sus lentes, y colocárselos, mientras empieza a buscar algunos documentos en su computadora portátil –Se le llama ahorrar, no voy a dejar nada a la azar- Habla serio, imponente, tratando de concentrarse –Esta cita debe ser perfecta para Aioria, debe hacerlo muy feliz, y que entienda que de verdad me agrada, pero no para cosas simples, sino… Para algo más importante-
-O sea, que le pedirás que sea tu novio al lin…- Sabe que es mejor no tentar su suerte, mejor sonríe, bufando levemente de alegría, pero avergonzado a la vez –Bien, entonces los dos estaremos ocupados este sábado-
-¿Tienes alguna salida con tus amigos del bar?- Habla con desdén, sin duda no le gustan esas compañías para su gemelo menor, pero mientras no se meta en problemas debe dejarlo ser, un poco.
-No- Contesta rápido, sonrojado, para volverse a acostar boca arriba, mirando el techo –Invite a salir a Milo, iremos a donde veden pizza, y ahí juegos- Habla orgulloso, pero con un puchero en su hablar por la vergüenza.
-¡¡¡¿CÓMO QUE INVITASTE A MILO?!!!- Hasta se levanta de su asiento para mirar de frente al peli cobalto, tan impresionado ahora él por lo que su hermano hizo y dijo.
-¿Y? ¿Qué tiene?- Contesta molesto por los gritos del mayor hacia sus palabras.
#680 en Fanfic
#2983 en Otros
#859 en Relatos cortos
saint seiya yaoi, gemelos de saint seiya, aventura de gemelos
Editado: 01.07.2025