Prefacio

— No queremos la extinción... queremos paz. — decía una misteriosa voz —. Deseamos un lugar donde todos podamos vivir en tranquilidad.

Dos meteoritos caen en la superficie de la joven Tierra causando severas mutaciones en sus habitantes, dotándoles de grandes habilidades.

— La aniquilación se acerca — menciona una mujer encapuchada—. serás el único que podrá detenerlos, los secretos que necesitan están más allá de ese océano que los encierra. Buscadlos.

Un golpe de una regla impacta en la cabeza de quien estaba durmiendo, despertando con brusquedad y siendo sermoneado por su agresor.

— Señor Braun — dice la dama que acabó de golpearle en la cabeza al joven —. Quizá la clase de historia de hoy sea aburrida, pero le servirá a futuro, se lo aseguro.

— ¡Sunrac quedándose dormido en clases! — Decían los demás alumnos en conjunto y al unísono.

— L-lo lamento, profesora — responde Sunrac —. No volverá a suceder.

— En cualquier caso he de llamar a tu madre, pero será en otro momento, continuemos con la clase —. Hace trescientos años, luego de que impactasen las cometas gemelas en la superficie, su energía resultante dotó de grandes habilidades a los seres vivos que poblaban el continente. Un grupo de estos, formó el Imperio Rakiano y decidió expulsar a aquellos que consideraban inadecuados para pertenecer a su nación creciente.

— ¿Nosotros? — pregunta tímidamente un alumno al fondo.

— En efecto, nosotros somos descendientes de aquellos que fueron expulsados — responde la profesora —. Fuimos relegados a esta isla. Existen eruditos que señalan que fue lo mejor, ya que cien años después, misteriosamente, los rakianos quedaron erradicados, el continente quedó dividido, entonces, en varias razas: elfos, enanos, orcos, troles, orcos, elfos y los considerados herederos de los rakianos, los arkianos, dominan el continente. Mientras que nosotros, los humanos, seguimos encerrados en esta isla.

— ¿Fue un deja vu? — piensa Sunrac —. Juré haber escuchado eso antes.

Una sucesión de imágenes lo deja en una especie de trance, en el plano físico no existe cambio en su cuerpo pero en el plano mental, él no está, es como si estuviese otra persona... navegando... en los recuerdos del tiempo.