Ávida

Capítulo 3: Alessandra

Entonces estaba yo después de tres días observando los catálogos que mis diseñadores habían preparado para mí, todo es increíble unos bocetos muy bien realizados con unos colores impresionantes, como siempre deslumbrando en cada uno de ellos el poder de una mujer, esa prenda especial que empodera a una mujer. Me gusta, es difícil para mi escoger uno entre tanto talento, de lo que estoy muy segura es que ninguno se quedara solo en el papel, todas las colecciones serán confeccionadas y sacadas a la venta, absolutamente todas.

Hay dos chicas en especial de las cuales estoy peleando internamente en saber cuál es la colección que debo llevar a España, Sophy y Jules hicieron un gran trabajo, pero Jules tiene un vestido con tonos azules dentro de las tantas prendas que es demasiado impresionante, unos vuelos llamativos con tul y con un escote caído de los hombros, es impresionante, un diseño que no he visto en otras partes.

Supongo que estoy decidiéndome al fin, antes de que mi cabeza aclare aún más los pensamientos la puerta de mi oficina se abre con cautela, arrugo mi frente y veo como Laura asoma la cabeza.

— Creí que estabas tan ocupada — frunzo mi ceño haciéndole un ademan y enseñándole todos los bocetos.

— Creo que no es tan importante —digo con sarcasmo.

— Lo es, pero lo que traigo detrás de mi espalda te va a interesar muchísimo — elevo una ceja con incredulidad, no tengo ni idea que se trae entre manos, pero más le vale hablar rápido.

—suéltalo — musito recostándome en mi silla, ella deja al descubierto lo que al parecer es un periódico matutino, pero la fecha no coincide con la de hoy, sigo sin comprender a que viene tanto misterio, ella lo deja caer sobre mi escritorio cayendo justo en el titular que ella quiere que vea.

“Despidos masivos en un día, ¿será el final de MORTS en Milán? "

Perfecto, esto es muy interesante, tomo el periódico y empiezo a leer el cuerpo de la noticia.

"La empresa multimillonaria MORTS reconocida por ser una marca a nivel mundial podría perder su sede en Italia, los despidos masivo presenciados el día martes fueron una vista demasiado débil para la marca MORTS, el Magnante Oliver Maxwell no ha dado ninguna explicación respecto a su visita y cuál han sido las medidas para que no decaiga y desaparezca la sede de moda más importante en Milán”

Suelto un bufido, no solo esta es la empresa más importante en Milán, existen muchas otras lideradas por mujeres y por hombres, me parece una completa mierda que alaben a MORTS, aun sabiendo que hay mucho talento en otras marcas, es muy mezquino y demasiada preferencia para mí.

No me alegro en lo absoluto que una competencia pierda de esa manera, para mí esto es un juego, ganas o pierdes, pero no creo que ganar así sea correcto, que ellos quiebren en Milán, por supuesto es un punto a favor para todas las marcas reconocidas a nivel nacional, esa Marca opaca mucho trabajo en Milán, pero no me alegraría en lo absoluto si MORTS quiebra en Italia. Mis ojos recorren la fotografía que se encuentra después del cuerpo de la noticia y mi cuerpo se queda estático sin poder reaccionar en lo más mínimo, por un momento mi respiración desaparece en cuestión de segundos, trago saliva tratando reconfortarme.

— Es un Magnante — murmuro aún observado la fotografía, su rostro cabizbajo tratando de evitar a la prensa.

No puedo creerlo, folle con el dueño de MORTS, folle con Oliver Maxwell, Estoy muy enojada en este momento conmigo por no haberle preguntado su nombre y con él por no haberme dicho quién era, no tenía ninguna necesidad de preguntarle porque solo se trataba de una noche, pero con esta mierda me arrepiento completamente, de haber sabido que él era el dueño de MORTS nunca habría follado, él es parte de este mercado al que pertenece y no me siento nada bien el enterarme con quien folle esa noche.

— ¡Mierda! — dejo caer el periódico con fuerza contra mi escritorio. — ¡Es un maldito Magnante dueño de nada más ni menos que de MORTS! — exclamo con ira, estoy molesta aun no tengo clara la idea de con quien, pero la furia no me deja aclarar mis ideas.

— ¡¿De qué porquería estás hablando Alessandra?! — Pregunta exasperada mi amiga.

— El lunes fui a divertirme sola a il bagliore, un hombre se acercó a mí en la pista de baile y bailamos unos minutos, pero... — doy una pequeña pausa. — Después las cosas se calentaron un poco y.…, ¡folle con él en su auto! — digo exasperada, mi amiga me observa sorprendida sin poder creer lo que sale de mis labios.

— No puedo creerlo Alessandra —lleva una mano a su frente. — Cada que sales sola haces cualquier estupidez —estaba molesta puedo verlo en sus ojos cafés.

— ¡No me juzgues Laura, tú eres igual cuando vez a un hombre como el! — exclamo molesta. — ¡Míralo, creí que era un modelo con una buena paga cuando vi su Ferrari! — farfullo, trató de recuperar y controlar mi respiración, no entiendo como el destino puede dejar que me enfrente a estas cosas, estas y muchas cosas.

— ¿No pudiste si quiera preguntarle su nombre? —cuestiona con el ceño fruncido, es allí donde tengo que contarle mi verdadera estupidez por querer ser más interesante y atractiva.

— Le dije que es mejor no saber nuestros nombres... —musito, "No puede ser" escucho murmurar a Laura. — ¡Pero él pudo decírmelo sin necesidad de retenerlo! — digo llevando amabas manos hacia mi cintura, dirijo mi vista hacia ella.



#12294 en Novela romántica

En el texto hay: chicklit, romance, amor

Editado: 12.12.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.