Ávida

Capítulo 6: Oliver

Llegar de madrugada a un país se ha convertido en mi horario favorito, porque a ese horario no hay ningún periodista metiche haciendo preguntas, había llegado a España hace como 1 hora y estoy en mi habitación de uno de los hoteles más importantes de Madrid, Lily está en su habitación la cual se encuentra al lado de la mía, recibí muchas maldiciones de su parte por el horario en el que habíamos llegado, ella tiene que estar a las seis de la mañana en el lugar donde se llevara a cabo toda la pasarela. Esta molesta conmigo ni siquiera me dirigió una palabra, solo se metió a su habitación.

No estoy para rogarle que me perdone, ella es así, en cuanto se le pase su enojo me vuelve a hablar. ¿Tenía planes para mañana?, no precisamente, Lily no estaría disponible y Jake no quiso venir por el cierre contable mensual, esa área se vuelve un completo desastre y es mejor no dirigirles la palabra mientras se encuentran en ese estrés.

Enciendo la televisión para ver con qué me puedo distraer mientras concilio el sueño pero mis ojos se chocan con una imagen que me hace regresar de inmediato. Una entrevista se está pasando pero no cualquier entrevista, se trata sobre una mujer que estará en el desfile, es una marca nueva, nunca había escuchado ese nombre. La mujer es francesa una mujer promedio de 36 años con una vestimenta muy colorida, me percato que esa entrevista se hizo al parecer en la mañana de este día.

No tengo ni la más mínima intención de cambiar, acomodo mi cuerpo sobre la cama, listo para quedarme dormido en cualquier momento.

«Están informándonos que acaba de arribar otra persona que dará su paso por la pasarela de España»

Mi ojos solo observan con pesadez la televisión y soy inconsciente poco a poco de las palabras del reportero, mis ojos se cierran por unos segundos o bueno eso creí, abro mis ojos al momento que escucho mi nombre, sin saber de dónde proviene, busco torpemente dentro de la habitación, restriego mis ojo contra mi mano ayudándome a aclarar la imagen de la televisión.

«No sabía que el señor Oliver Maxwell estaría aquí y no estoy nerviosa, ¿por qué debería estarlo?»

Mis ojos se enfocan en la televisión, como si un balde de agua fría me acabaran de echar encima, el sueño desapareció de inmediato.

La italiana, Alessandra D’angelo está en España.

«Por el alto desempeño que tiene en el mundo de la moda y por la oportunidad que tiene de enseñarle a él su colección»

No entiendo de qué hablan o porque mi nombre se hizo presente en esa pequeña entrevista pero, al parecer todo están muy interesados en mi presencia en ese desfile y mi opinión al parecer es la más esperada.

«Déjame decirte algo. La única oportunidad que tengo es el haber venido aquí, gracias a una invitación y el poder demostrar en este bello país la ropa que diseñamos. Todo lo demás me parece irrelevante»

Sus palabras resuenan por mi habitación, y esa sonrisa teñida de rojo aparece con suficiencia, un hombre al parecer conocido se acerca a su oído diciéndole algo y ella se despide de los periodistas dejando más preguntas sin resolver.

«Sin duda una de las personas más aclamadas en Italia en el mundo de la moda, Estamos ansiosos de conocer la colección de D’angels para este desfile»

Apago la televisión quedando en completa oscuridad, únicamente la luz tenue de los faroles de la calle atravesando por las cortinas. Al final de cuentas la señorita D’angelo y yo tendremos la oportunidad de conocernos, mentiría si dijera que no estoy emocionado por volver a cruzar mis ojos con esa imponente mujer, me parece excitante el solo hecho de pensar que estaré enfrente a ella después de varios días.

Despierto a eso de las 10 de la mañana, estaba muy cansado, eso de salir de noche y llegar de madrugada a otro país es agotador, decidí en ir a hacer ejercicio a pesar del cansancio, una excusa que ponga dejaré el ritmo en el ejercicio, al salir de mi habitación mi mente viaja al rostro de Lily, seguramente ella ya estaba en el dichoso lugar, hablaría con ella después o bueno sé que ella me hablará después, llego al gimnasio del hotel poniendo manos a la obra con mi rutina diaria de ejercicios. Pasó aproximadamente media hora cuando acabe por fin, estaba muerto, el sudor caía de mi cabello pero con ayuda de mi toalla limpio mi cara y mi cabello, quitando todo el sudor tratando quede lo más seco posible, tomo mis cosas y salgo camino a mi habitación para tomar una ducha, en el trayecto empiezo a revisar mi celular por si tenía alguna llamada perdida o algún mensaje sobre el trabajo.

Únicamente una llamada perdida de mi abogado, aun tenia presente sobre la demanda que pedí que hicieran en contra de Tribianni por el robo y probablemente sea esa la información, decido en devolver la llamada, en cuanto el ascensor se abre y enseguida una voz grave se escucha en la otra línea.

— Señor Maxwell un gusto saludarlo

— ¿cómo esta señor Brown, hay alguna novedad? — cuestiono insertando la llave a la cerradura de la puerta.

— así es, la demanda esta puesta señor Maxwell, probablemente se lleve a cabo un juicio, con los documentos que me entrego donde incriminan a Tribianni le dará si mucho un 1 año más una multa de 7 miles de euros.

— Perfecto, necesito que me tengas al tanto por cualquier situación.

— La cuestión del juicio señor Maxwell es que tiene que estar presente junto con el Señor Remintong ya que fue el junto con los trabajadores que encontraron las anomalías. — suelto un suspiro. Suficiente tenía con los medios especulando sobre el cierre y los despidos masivos de esa sede y ahora en vuelto en un maldito juicio.



#12328 en Novela romántica

En el texto hay: chicklit, romance, amor

Editado: 12.12.2023

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