La salud de mi madre a mejorado con forme los días, aun le duele un poco su pecho y las rojeces son muy notorias, no como al inicio, pero aún se puede ver la magnitud del accidente, me he encargado de ella en estos días junto con la enfermera que contrate. En estos días he salido del trabajo más temprano de lo normal sin desatender mis obligaciones laborales, lo he hecho con otras cosas sin importancia como salir por las noches.
Por primera vez en la vida desde que conozco a Laura, ella me invitó a salir, pero no sola, al parecer conoció a un chico británico de ojos azules esta mañana, me sorprendí muchísimo porque ella no suele hacer ese tipo de cosas, salir con un hombre que conoció hoy, debe ser demasiado guapo como para que aceptara esa cita, tuve que dimitir a su invitación, me habló de que su cita tenía un amigo que supuestamente también estaba atractivo pero, como ella se ha dado cuenta, mi madre necesita cuidados y no pienso desatenderla. La pasarela es pasado mañana y eso me ha producido salir un poco tarde del trabajo, pero estoy con mi madre ahora luego de un largo día.
— Mira, no suelo cocinar, pero esta vez quise hacerlo. — me acerco a ella con una pequeña mesa encima un plato de comida y un vaso de jugo de manzana.
— Es un milagro. — bromea. — ¿algún motivo especial Alessandra? — cuestiona mientras le acomodo la mesita sobre sus piernas y me siento a un lado de ella.
— Bueno pues te estoy cuidando Mamma, además eso ha ayudado, has mejorado, el doctor se dio cuenta de eso.
— Gracias a ti piccola mia — sonríe con ternura. — Se que el desfile es en dos días..., y me gustaría ir Alessandra, no me pienso perder un desfile por...
— Mamma tú estás en recuperación y no puedes llegar allí, eso podría causarte una infección en tus heridas.
— Alessandra ya tengo cerradas las heridas. Yo puedo ir a acompañarte.
— No lo sé...
— Que me acompañe Fiorella ¿qué te parece?
— invitar a la enfermera de mi madre no es algo común..., pero está bien. Yo también quiero que estés allí. — mi madre me sonríe y le da un bocado haciendo una mueca de que está delicioso, no es un don, pero me gusta cocinar, el problema es que no me da tiempo.
— Que raro que Laura no haya venido hoy. — le da un sorbo a su jugo.
— Tiene una cita. — desde que mi madre tuvo ese accidente Laura siempre ha venido a verla y ese es un gesto muy lindo de su parte, no se queda mucho tiempo, pero viene a visitarla.
— ¿hablas enserio? — asiento con mi cabeza, yo tampoco me lo podía creer y puedo imaginar la sorpresa de mi madre. — Pero... ¿está lista? — encojo mis hombros sin tener una respuesta, mi madre sabe su historia y ambas se entiende mejor, pero no tengo una respuesta para esa pregunta. ¿Estará lista Laura para dejar atrás el pasado?, no lo sé, probablemente solo sea algo de una noche, y si fuera así, no la juzgo en nada.
— No lo sé, tal vez sea algo de una noche...
— No digas esas cosas Amelia. Eso no es algo decente.
— Mamá eso no tiene nada de malo, nosotras tenemos derecho de divertirnos. — vuelvo a encoger mis hombros sin importancia. Yo defiendo mi opinión y no hay nada de malo con eso.
— No voy a preguntar si tú también lo haces — me observa achicando sus ojos, suelto una pequeña carcajada. — Alessandra D’angelo — niega con su cabeza mientras una sonrisa empieza a asomarse en sus labios.
— Tenemos derecho Mamma, no tengo ningún compromiso.
— Dudo que no tengas uno que otro pretendiente. — me ve con una mirada llena de complicidad.
— Buona notte bella mamma — digo poniéndome de pie dispuesta a salir de aquí.
— Amelia — advierte mi madre, rio un poco y vuelvo a sentarme.
— solo bromeó. — sonrío de oreja a oreja. — no tengo ningún pretendiente.
— ¿qué hay de Oliver Maxwell?
— Solo somos colegas.
— mjmm. — vuelvo a reír, observo que mi madre a terminado y recojo la pequeña mesa.
— Descansa, mañana estaré viendo cómo va la decoración del lugar para el desfile — me acerco a ella y deposito un beso en su coronilla.
— ¿Estas emocionada cierto? — asiento con mi cabeza con una sonrisa.
— Me emociona mucho el Show Room, ya sabes, crecimiento y muchas personas viendo nuestras colecciones.
— Descansa cariño, Ti amo.
— Ti amo.
Salgo de la habitación de mi madre con dirección a la cocina para dejar esto, de regreso voy a mi habitación a descansar, tengo que levantarme temprano para ir a ver el lugar y cómo va la decoración, los invitados son varios, gente importante, el señor Aramburu no estará y me pone algo triste porque ha sido un gran admirador de nuestro show rooms, pero, nuestros clientes estrella estarán allí y algunos gerentes de las tiendas que surtimos.
Ya en mi cama tratando de acomodarme, mi celular suena, un mensaje ha llegado, este se encuentra en mi pequeña mesa de noche y al observar la pantalla observo el nombre de mi amiga.