—¿Cómo logramos esa conexión instantánea el día en que nos conocimos?
—Cuando danza la inseguridad con los prejuicios, ahí estuve yo. Sin saber cómo hablar o dirigirme hacia ti. La autoestima no me acompañaba, pero el anhelo de mi alma era conocerte. Y, como señal WiFi, mi corazón conectó con el tuyo. Al poder entrar en confianza, me atreví a dirigirte la palabra. Entonces entendí que mi destino era conocerte.
Editado: 30.06.2025