Awakening.

CAPÍTULO I

  • ¿Ves al chico de halla? – dos jóvenes caminaban en una pista de carreras, ambos con la mira en un solo lugar – es el mejor corredor y también el más joven.

Uno de ellos, que era nuevo en el lugar, se quedó observando al chico pelinegro que tenía el celular en la mano y una sonrisa diminuta en el rostro – ¿y tiene amigos? Quizá yo hablé con alguno de ellos y…

  • No te hagas ilusiones. Él se lleva bien con todos, pero su único amigo es su hermano – le dio unos golpecitos en el hombro – si le hablas él te contesta, es amable.

Ambos lo observaron por última vez y se alejaron del lugar dejándolo solo.

El pelinegro del que hablaban tenía 25 años, corredor de carreras y atractivo total. No faltaba la gente a su alrededor, pero solo llegaban a cruzar unas cuantas palabras y él se alejaba, nunca se pegaba a nadie. Por eso pensaban que no tenía ningún amigo, pero estaban equivocados – ¿que se supone que significa la última foto que colgaste? – hablo ni bien descolgó el otro lado.

Se escuchó una risita traviesa – significa que estoy de vacaciones – le dijo una voz clara y entonada desde el otro lado.

  • ¿Hasta ahora me pregunto, de quien son las fotos? Porque no recuerdo haberte visto así – el pelinegro entra a las duchas del lugar y empieza a quitarse la ropa.
  • Callate rebelde, son mías. Las personas crecen.
  • Tú eres una gran prueba de eso – le corto su respuesta y se rió al imaginar el puchero que estaba haciendo, mientras el conectaba sus audífonos por bluetooth para seguir hablando mientras se duchaba.
  • Te voy a demostrar que soy yo la de las fotos, porque te recuerdo que no nos vemos desde hace 8 años y es un tiempo considerable para haber crecido. Además, yo puedo decir lo mismo de tus fotos, solo que están por medio Internet y es muy difícil que me mientas – el se echó a reír y se encendío la ducha para lavarse con cuidado.
  • ¿Y cómo se supone que vas a demostrar que eres tú?

Se escuchó un ruido suave por un tiempo, como si estuvieran ondeando telas, mientras tanto el terminaba y salía para poder secarse – ¿recuerdas que siempre te digo que iré a verte??

  • Claro – contestó un pelinegro recién bañado y con el pelo húmedo – pero nunca cumples, son sólo tus vagas palabras.

La castaña hizo un ruido de indignación y soltó un resoplido – pues ahora no es sólo una palabra, tienes recogerme y cuidarme por una semana mientras sea libre.

  • ¿Hablas enserio? – se observó en el espejo – ok, espero que no estés jugando – ambos se rieron un poco más y terminaron la llamada.

El pelinegro dejo su celular a un lado y empezó a alistarse para poder irse hasta que volvió a sonar su celular – dime – contestó.

  • Amor que frío eres – le respondió una voz suave del otro lado la cual pertenecía a su novia.
  • Lo siento, recién estoy por salir Firo.

Firo asintió y empezó a guardar sus cosas – yo igual Braith, nos vemos en el lugar de siempre.

  • Claro – solo dijo eso y corto. No dio una despedida más cálida o unas palabras dulces, solo corto y ya.

Firo observó su celular en la mano y suspiro – yo también te amo – le susurró antes de guardarlo.

  • ¿Ya te vas? – le pregunto Jun, uno de sus compañeros de trabajo que estaba en la oficina de al lado.
  • Si, mi novio me dijo para salir y no quiero hacerlo esperar.

Jun asintió con una sonrisa – claro, suerte – le dijo, viendo como ella se iba. El escucho su llamada y sabía como era ese “novio”. Además de que vivían en el mismo edificio departamental.

***

“¿Dónde ya estás?”; Braith le envió un mensaje a Emma, la amiga que no vio hace mucho y llegaba hoy.

“a media hora. Cómprame algo para comer porque no desayune :D”

Braith le sonrió a la pantalla, como siempre lo hacia cuando hablaba con ella, y lo dejo a un lado para poder terminar de alistarse y salir.

*

Observo a todos los pasajeros pasar por su lado y no logro ver a nadie que se parezca a la persona en las fotos de su celular, menos a la que tenía en su memoria – joven, usted vio a alguien que tenga cara de hielo y expresión de nada – una joven delgada y con lentes de sol en el rostro se acercó por detrás de él y le dio un toque en el brazo – Es que me está buscando y al parecer yo lo encontré primero – le dio una sonrisa, una muy conocida sonrisa, una que ni el tiempo podría borrar.

El se quedo congelado por la sorpresa de verla… cambiada; antes de volver a conectar su cerebro – al parecer no, solo vi a un tipo guapo que esperaba a esta persona – le mostro en su celular una foto – pero al parecer me mintió y esta foto es falsa, porque no logro encontrarla.

Emma le dio un golpe en el brazo y se quitó los lentes – claro no soy igual, soy mejor en persona – soltó una risita y volvió a sujetar su brazo – vamos a comer, mi estomago es como un agujero ahora – guardo sus lentes y empezó a jalarlo para que caminen.

Braith se dejo llevar y sonrío con travesura al haber logrado fastidiarla – claro agujero negro, vamos a que absorbas más estrellas.

*

Después de haber tenido una buena comida de bienvenida, Emma estaba observando el departamento de Braith – que bien vives – le dio un golpecito en el pecho con sus lentes y siguió observando.

  • Por aquí esta tu cuarto – la llevo hasta una de las habitaciones y abrió la puerta – tienes los muebles que necesitas y el baño es la puerta de halla – señalo mostrándole todo – si necesitas algo puedes decirme.

Emma asintió – ok.

Braith la observo, pues ella dejo sus cosas y se sentó en la cama como si esperara algo, así que pensó que el era el que debía hablar - ¿Qué quieres hacer? Me dijiste que estas libre por una semana, supongo que por vacaciones.

  • Pues, si… también – dijo, jugando con su pelo – cuando dije que seria libre una semana más… era literal.



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En el texto hay: romantica, romantica y humor, amigos y amor

Editado: 25.02.2022

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