Su esposo la volteo a ver y se encogió de hombros – supongo que… calmado. Se despertó temprano y preparo el desayuno, lavo su auto y arreglo su traje para hoy.
Su esposo la abrazo con cariño y le dio un beso en la frente – es la decisión de cada uno, tu trataste de ayudar a Emma y yo a Braith. Ya depende de ambos lo que decidieron.
Ambos se abrazaron y se quedaron largo rato así, susurrándose al oído y riendo.
Emma los observo desde su ventana y se quedó hay… observando – estas hermosa – la maquillista la observo por última vez y luego volteo a ver que había afuera – ellos son muy lindos juntos, me recuerda a cuando estábamos en el colegio y Braith… - se quedó callada sin estar segura de continuar.
La maquillista asintió con la cabeza y salió de su habitación mientras Emma volteaba a ver las cosas en su habitación, luego salió hacia el estudio y busco las fotos que tenía guardadas en un portafolio. Hay estaban las fotos de cuando era niña junto a sus padres, cuando salió por primera vez de viaje y fueron a la playa. Era un lugar tan amplio y tranquilo cuando no había mucha gente alrededor. En la otra foto estaba la primera conchita que se encontró y más adelante estaba la cabaña en la que se quedaron ese fin de semana.
Ese lugar fue mágico porque también conoció a su primer amigo, en medio del viento y el agua. Después se volvieron inseparables y empezaron a juntar más fotos para recordar cada momento.
Emma hojeo las fotos y llego a una donde estaban solo sus padres y ella cuando se graduó de la universidad. Y por último estaba una foto de ese mismo día, pero de ella sosteniendo su celular junto a su rostro. En la pantalla estaba Braith con una sonrisa y mostrando un libro en su mano. Ese era su regalo, el libro que más quería, pero no logro encontrarlo. Al parecer, solo Braith podía conseguir lo imposible.
Dejo eso aun lado y se acercó a la colección de cerámicos que tenía en el estante, acariciando cada uno de ellos mientras recordaba a su papá. Él esperaba a que llegue de trabajar para poder abrirlos y juntos hacer observaciones. Después ella hacia uno igual que luego le mostrarían a Braith como su regalo.
Emma observo todo desde la puerta por última vez y la volvió a cerrar. Su madre estaba frente a ella con una sonrisa melancólica y le tendió la mano – es hora de que salgas – le dijo.
Ambas bajaron las escaleras y la ayudaron a subir a la limosina que la llevaría hasta la iglesia – vamos, tenemos que llegar junto con ella – Sofia ayudo a la mamá de Emma a subir al auto y partieron a su detrás.
*
Ana saludo a todos los que llegaron con una sonrisa y luego volteo a ver a su hermano – llegamos antes que la novia – le dijo.
Braith y sus padres llegaron justo en ese momento y muchos se acercaron a ellos para saludarlo – tu entregaras a la novia, ¿verdad? – le preguntaron a Braith.
Braith solo sonrió y se fue junto a sus padres para saludar a los demás hasta llegar junto a Leo, el cual lo observo por largo rato sin responder a su saludo.
Braith agarro el papel con confusión y lo leyó. Eran los gastos de la hospitalización del papá de Emma – esto es…
Los padres de Braith le quitaron la hoja y se quedaron con la boca abierta – esto… que se supone… no nos dijo nada.
Sofia se acercó a ellos y frunció el ceño – Emma está esperando, corre – le dijo a Braith.
Leo llego hasta la puerta de la limosina y abrió antes de tender su mano para ayudarla a salir - ¿Qué haces aquí? – Emma se quedó quieta y lo observo con sorpresa.