Axiuru-Tomo 1

01-Una Diosa caida del Cielo

No mucho antes de la época de la catastrófica conquista española al Nuevo Mundo, América era hogar de grandes y poderosos imperios indígenas…pero esta historia no trata de ellos, ni de sus territorios, trata de un pequeño país a mitad del continente que llegaría a ser llamado Costa Rica y de asentamiento cerca de la costa del Caribe, no eran más de cincuenta personas y no tenían más de cuatro años desde que tomaron sus cosas, recorrieron medio territorio y se ubicaron allí para comenzar una nueva tribu.

 

El jefe se llamaba Tolen, había encabezado y dirigido la peregrinación, ya no era un hombre joven pero se mantenía firme y sabia establecer la autoridad, tenía ideas novedosas que seguramente se les habían ocurrido a otros pero él fue el primero en decirlas, estaba cansado de las guerras de tribus, de los dioses exigiendo sangre y de los hombres que creían no lo serian hasta matar a un semejante, el mismo era guerrero pero cuando perdió a toda su familia salvo su nieta recién nacida en una trifulca se harto.

Empezó por convencer a una viuda también con hijos que le acompañara junto a lo que quedaba de su familia en busca de un lugar donde no temieran por sus vidas, necesitaba a alguien que le diera leche a su nieta, la mujer acepto y se lo dijo a sus hijos, el mayor se lo dijo a sus amigos de cacería, sus amigos a sus familias y antes de que Tolen se diera el cuenta el día fijado a la partida habían como treinta personas pidiendo que le llevasen a la tierra prometida.

 

-Nadie está prometiendo nada-aclaro el indio -los que quieran seguirme están en su derecho, pero nada de alborotadores o se las verán conmigo-bebe en brazos y todo lucia amenazador asique nadie le puso objeciones.

 

Tampoco se retiro nadie, más bien el resto de la tribu original que les miraban ceñudos como si no creyeran lo que hacían empezaron a dudar, se fueron treinta y otros diez le dieron alcance al día siguiente, así comenzó todo, atravesaron valles y parajes con firme determinación hasta que meses después se toparon con el mar, Tolen subió a una colina, al frente las aguas se extendían poderosas, atrás había una llanura plana y bonita, muchos árboles, la selva exuberante, le gusto, era el sitio perfecto y clavando su bastón en la colina indico a su grupo que habían llegado a su nuevo hogar.

 

 

De eso hacía cuatro años, el pueblo había crecido y el llano estaba salpicado de casitas de madera y follaje, cultivaban, pescaban y recolectaban, vivían en paz pero por si las moscas mantenían afiladas las armas, Tolen era un jefe capaz y benevolente al que se le consultaba para todo, desde donde poner las trampas para los tapires hasta la apropiada crianza de los niños, su nieta, Cholena, era la luz de sus ojos, verla crecer día a día reafirmaba su convicción de haber hecho lo correcto por ella.

 

Sin embargo, y con suele suceder, no todo era perfecto, los comentarios sobre que ya se estaba haciendo viejo eran menores, lo que de verdad irritaba a las masas era la idea de que vivían a la buena de nadie porque no tenían una figura o deidad a quien dar sus plegarias o echarle la culpa de los desastres, Tolen, con su inusitado sentido práctico, entendía la necesidad de tener algo que impidiera a las personas dejarse llevar por su ego pero le fastidiaba que no pudieran lidiar con sus vidas sin depender de algo que en realidad ni se podía tocar con las manos, ¿a que iban a rezarle?, la naturaleza era lo bastante sagrada ya, no hacía falta recordárselo a nadie.

 

-¿Y si hacemos una estatua?-sugirió su nieta.

-¿Qué?

-Una estatua, de madera, bien grandota y que se vea de largo.

-De lejos, Cholena, no de largo.

-Eso, si… ¡Y que sea un delfín :D!

 

Tolen soltó una sonora carcajada, Cholena era la única persona con quien compartía sus inquietudes y aunque fuera una niña su vivo ingenio e imaginación a veces eran todo lo que necesitaba, por las noches iban a la colina a charlar y mirar el cielo estrellado.

 

-¿Esperas que alabemos a un delfín?

-Son bonitos.

-Sí, lo son y muy listos…lo voy a considerar, no es una mala idea-aunque quizás los guerreros prefirieran algo más masculino, pensó.

-¡Abuelo, mira!

 

Tolen levanto la mirada, una estrella azul estaba como cayendo en picada, ya había visto ese fenómeno antes pero era el primero para su nieta y le alegro estar allí para compartirlo, ¿Por qué seria que las estrellas se caían?, parecían estar bien sujetas a la tela negra de la noche pero a veces se soltaba una, era la más brillante que había visto y tardo un poco en darse cuenta de que se estaba acercando demasiado, el sonido le alerto, una vibración como de terremoto en el aire, se tiro al piso protegiendo a su nieta con su cuerpo, cerró los ojos y percibió tras los parpados un resplandor como si fuera de día, luego escucho una poderosa explosión y la tierra tembló de verdad.




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