Ayer te amé

El plan de la amada

Después de mucha investigación y descubrimientos, Sophia decidió que era hora de tendere una trampa para hacer que el enemigo confiese sus pecados. Ella sabía que era arriesgado, pero también sabía que era la única manera de poner fin a esta lucha por la verdad.

Ella y Jack planearon cuidadosamente cada detalle de la trampa. Querían asegurarse de que todo fuera perfecto y que el enemigo no pudiera escapar. Sophia se encargó de hacer las llamadas y enviar los mensajes necesarios para atraer al enemigo a la trampa.

El día de la trampa, Sophia y Jack se reunieron en un lugar secreto para esperar al enemigo. Se sentaron en silencio, con la tensión en el aire mientras esperaban. Finalmente, escucharon pasos acercarse y vieron al enemigo aparecer en la puerta.

"Bienvenido", dijo Sophia con frialdad. "Está aquí para confesar sus pecados y pagar por sus crímenes".

"No sé de qué estás hablando", respondió el enemigo con arrogancia. Definitivamente, era Alexander quien lo había inculpado. "No tengo nada que confesar".

"No intente engañarnos", dijo Jack con ira. "Sabemos todo sobre su corrupción y sus acciones malvadas".

Alexander comenzó a reírse. "No pueden probar nada", dijo con desprecio. "No tienen pruebas suficientes para condenarme".

Sophia sonrió con astucia. "Eso es donde se equivoca", dijo. "Tenemos una grabación de su confesión. Es su voz, su reconocimiento de sus acciones malvadas. Será suficiente para condenarlo".

Alexander se quedó boquiabierto mientras escuchaba esto. Miró a Sophia y a Jack con incertidumbre antes de decir: "Bien, parece que estoy atrapado. Pero, ¿qué importa? No pueden detenerme. Siempre hay una manera de escapar".

"No esta vez", dijo Sophia con determinación. "Este es el final. La verdad saldrá a la luz y pagará por sus crímenes".

El hombre se enojó y comenzó a gritar y amenazarlos. Pero Sophia y Jack se mantuvieron firmes y no se dejaron intimidar. Finalmente, el enemigo cedió y confesó sus pecados, aceptando su castigo. No tenía escapatoria.

La confrontación final había llegado a su fin. Sophia y Jack habían logrado demostrar la inocencia de Jack y exponer al enemigo como el verdadero responsable de todos los crímenes. La verdad había salido a la luz y la justicia había sido servida.

"Gracias por su ayuda, Sophia", dijo Jack con gratitud. "No lo hubiera logrado sin ti".

"De nada", dijo Sophia con una sonrisa. "Esto fue todo por la verdad y la justicia".

Sophia y Jack se abrazaron, aliviados de haber puesto fin a esta larga y difícil lucha por la verdad. La trampa de Sophia había sido un éxito.




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