Prologo

Observo al doctor caminar hacia mi, en su rostro no me mostraba la típica señal de que todo estaba bien, no parecía feliz con el resultado de la cesárea.

Instantáneamente mi corazón comenzó a latir frenéticamente contra mi caja torácica, el miedo haciendo parte de la sangre que estaba corriendo por mis venas en estos momentos.

— Señor Kouzouni, no se cómo darle la siguiente noticia pero lamentablemente su esposa ha fallecido. Sabemos que tenía problemas del corazón, usted era conciente de los riesgos y se cumplió el temor que teníamos. Su hija nació sana y salva, puede conocerla una vez se encuentre en la habitación de los recién nacidos.

No soy conciente de ningún sonido de la sala de espera salvo el de mi corazón, siento una mano posarse en mi hombro pero me alejo de ella y salgo de aquel lugar en busca de aire fresco.

Los ojos me escocen cuando llegó a un parque cerca del lugar, hay niños riendo felices y sus padres tienen una sonrisa en su rostro mientras los observan.

La envidia que siento es algo que nunca antes había sentido, sin poder creer el hecho de que ella me hizo una promesa antes de entrar a la sala.

— No te preocupes que todo saldrá bien y saldré de la cesárea con nuestra hija, volveremos a casa como la familia feliz que somos. - su mano acariciando mi rostro mientras intentaba consolarme.

Golpeo lo primero que tengo cerca, omitiendo el dolor que me genera ello y cierro fuertemente los ojos ante los recuerdos, sus palabras y sus putas promesas.

Todos menos ella, maldita sea, ¿Cómo haré sin mi mujer? Sin ella que es mi pilar en este mundo de mierda.

Mientras me encuentro frustrado conmigo mismo y con todo lo que está pasando conmigo mismo siento nuevamente una mano en el hombro, al voltearme Marco me envuelve en un abrazo.

La vida no puede ser tan injusta con las personas nobles y buenas, el mayor miedo de las personas es perder a lo más importante en su vida y la mía acaba de partir.

— Señor ¿por qué no mejor va a conocer a su hija? Estoy seguro que quedará encantado con ella.

Asiento con el pensamiento de que quizá ella opaque la tristeza que funde mi corazón en estos momentos, el miedo de afrontar esta situación me está asfixiando tanto que desabrocho el primer botón de mi camisa.

Al regresar al hospital mi suegra se abalanza sobre mi, envolviendo mi cuerpo en un abrazo cálido, se lo devuelvo y ella solloza sobre mi hombro, desolada al igual que yo.

—  Andrew lo siento tanto.

Algunas lágrimas caen por mis mejillas aunque trato de que no salgan de mis ojos, el dolor es tanto que se me hace imposible no hacerlo.

— Quiero conocerla. - me separó de ella y me sonríe tristemente antes de guiarme hacia la sección donde mi hija se encuentra.

Mi suegra me señala una incubadora y me acerco a ella lentamente, escuchando su voz detrás.

— ¿Cómo se llama la bebé? - una enfermera se acerca a mi con una lapicera.

Le doy el nombre y ella rápidamente lo coloca en su incubadora.

"Alice Kouzouni"

Mi princesa y, sin duda alguna, mi mayor miedo, estoy solo con ella.

Me acerco a la pequeña incubadora y sus ojos se abren al instante, el brillo en ellos me distraen de mi anterior agonía y sonrío al verla así, tan pequeña y tan débil que un poco de fuerza mayor podría romperla.

Hace muecas que no entiendo pero sonrío aún más, ella es la razón por la que no me derrumbe, mi mundo ahora solo lo sostiene ella.

Mi pequeña princesa Alice.

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Primer libro de la trilogía millonaria.

Esta en edición y por esa razón voy a cambiar y agregar algunas cosas. 🤍