Chloe Andersson
Sonrisa falsa por aquí.
Asentimiento por allí.
Palabras vacias a mi alrededor.
Hombres con muchisimo dinero rodeandome.
Todos hablando de un tema que, aunque haya trabajado en una empresa, desconozco completamente.
Negocios.
Me siento como si todos hablaran un mismo idioma menos yo.
Pues claro tonta.
Estas en Italia no en Estados Unidos.
A verdad.
Bueno, solo al principio, cuando Andrew y ese Thomas, que, por cierto es bastante guapo, hablaron ingles, luego llegaron los demás y ya no entendi un comino lo que decían.
Me quede ida en mi mundo refugiandome en la mirada dulce e inocente de Alice para no levantarme de aquella mesa de madera y gritarles a todos estirados e irme como una diva.
Pero no lo hice.
Y por eso aún conservo mi empleo y mi vida.
Dejo a una dormida Alice en medio de la cama de su padre y salgo de la habitación dirigiendome a la sala dónde encuentro a mi jefe, quien ya se ha quitado la corbata y el saco del traje y ahora se encuentra con los primeros dos botones de la camisa desabrochados, bebiendo whisky.
- Me iré a dormir.
- ¡No! Espera Chloe, quería preguntarte algo ¿esta noche te sentiste incomoda? Si es así lo siento muchisímo, te note tensa.
Si, estaba tensa porque me estaba bajando la sangre de la maldita menstruación mientras estaba en una puta cena de negocios.
Pero no, tranquilo, gracias por preocuparte.
Me fascinaria decirle aquello.
- Si, me puse algo incomoda ya que hablaban un idioma que yo no manejo, solo por eso.
De repente me agarra una sed enorme y camino en dirección a la pequeña cocina que hay en el lugar y saco de la heladera una botella de agua.
- Lo siento por decirte que vallas, hubiese sido mejor que te quedases aquí con Alice así te ahorrarías la incomodidad.
Aunque suene extraño.
Me resulta bastante tierna su disculpa.
Se nota muchísimo que es un hombre que sabe lo que quiere y hacía donde va pero cuando se trata de su hija y de lo que conlleva con ella es un hombre sensible, carismatico, que sonríe aunque este agotado, es un padre.
- Gracias por preocuparte Andrew, enserio pero me encuentro bien, solo que algo cansada, iré a dormir si no te molesta.
Él solo asiente y me sonríe levemente, de un momento a otro me dejo llevar y beso su mejilla sonoramente.
》Descanse jefe.
- Descansa Chloe. - me sonríe y noto un leve rubor en su rostro.
Me voy de allí con una sonrisa en mi rostro y una botella de agua en mi mano.
(...)
Alice esta sentada sobre mis piernas mientras esperamos impacientemente a que Andrew se digne a salir del baño.
No se que es lo que estará haciendo allí dentro pero se tarda años cuando al fin nos muestra su rostro.
- ¿Vamos?
Asiento y me levanto acomodando a la pequeña en mis brazos, comenzamos a caminar en dirección a la puerta y luego de salir de la habitación salimos del hotel.
- ¿Y bien? - le pregunto mientras observo por la ventana como las casas pasan velozmente a nuestro al rededor.
- Solo calmate, ya llegaremos.
Me mantengo callada y me encantaría poder, nuevamente, refugiarme en la dulce mirada de la pequeña Kouzouni pero ella ya se encuentra dormida.
Cuando al fin llegamos a nuestro destino una gran sonrisa adorna mi rostro.
Por si no lo sabían estamos en Roma, Italia y nos dirigimos a el coliseo para pasar con tranquilidad un hermoso día.
Sonrío cuando observo a Andrew señalarle a Alice una preciosa vista.
Si bien Roma es hermosa siempre quisé conocer Venecia, un día lo haré, sé que así será.
- ¡Mira esto Chloe!
Me acerco a él y observo lo mismo que sus ojos ven, Roma nos otorga una hermosa vista con el sol poniendose detrás.
Siento que tendré un orgasmo de la satisfacción que me genera esta hermosa vista.
- Gracias por esto Andrew.
- Gracias a ti por todo lo que haces por nosotros. - baja la mirada hacía la pequeña Alice, quien duerme en sus brazos.
Esa bebé duerme veinte horas al día y cuatro esta despierta.
Una idea cruza mi cabeza.
- ¿Puedo tomarles una foto? Saldría hermosa con el atardecer de fondo.
Asiente con un leve sonrojo en su rostro, saco mi móvil y pongo la cámara.
Él sonríe.
Y aunque yo no me este sacando la foto también lo hago.
Pero sonrío de felicidad, hace muchísimo no me sentía tan plena.
Le muestro la imagen.
》Saliste guapo.
Y ahí, en el momento en el que veo su sonrisa tímida y no podría sentirme más satisfecha.
De regreso al hotel todo es más tranquilo, Alice se ha despertado y esta viendo caricaturas italianas.
Editado: 08.10.2021