Ayuda Millonaria

35 | Mierda

Chloe Andersson


Despierto desorientada hasta que recuerdo dónde estoy.

En Grecia.

En la casa de mis suegros.

En la habitación de mi novio.

Es nuevo y extraño llamarlos de esa manera.

Me siento en la cama al recordar los últimos sucesos y el como me dormí en los brazos de Amelie, oh dios, que pena.

La puerta del baño se abre y yo giro mi mirada para observar a Andrew salir de el, el vapor sale de la puerta y se dispersa en el aire de la habitación, pero eso no es lo que capta mi atención, el abdomen bien marcado y definido de mi novio lo hace.

Gira su mirada hacia mi y me sonríe arrogante.

- ¿Te gusta lo que vez?

- Si, pero sin duda prefieron aún más lo que hay debajo de esa toalla. - le guiño un ojo y bajo mi mirada hacia su, ahora, creciente erección.

- No juegues con fuego preciosa.

- Me gusta quemarme.

Andrew se acerca a la cama subiéndose ensima de mi, comienza a repartir besos por mi mandibula y luego baja a mi cuello.

Sin poder evitarlo suelto un leve gemido.

El cuello es mi punto débil.

- ¿Que quieres? - besa castamente mis labios y una de sus manos viaja hacia el interior de mi pijama, que ahora se transformo en una camisa de él, para acariciar uno de mis pechos.

- A ti. - él sigue con su tortura en mi cuello, mordiendo y succionando levemente, saca la mano de mis pechos y la baja para meterla dentro de mi ropa interior, roza levemente con mi zona intima y gime en mi cuello.

- Mierda que estas mojada preciosa. - saca la mano y sus dedos brillantes por mis jugos se muestran ante mis ojos, él lleva esos dedos a su boca y saborea. - delicioso.

Sin ningún tipo de compación arranca la camisa, si, la arranca, los botones salen exparcidos por toda la habitación.

- ¡Oye! - él no me mira a los ojos, su mirada esta fija en mi cuerpo.

- Tengo más.

Pongo mis manos en su nuca y luego voy bajandolas hasta que llego al inicio de la toalla, la saco tirandola al suelo y le aprieto el culo, lo que provoca una sonrisa de su parte.

- Muy bien nena, estoy que no aguanto y Alice no tardará en venir, así que esto será rápido. - Se separa un poco de mi. - ponte en cuatro.

Obedientemente lo hago y él no tarda en apretar una de mis nalgas. - a mi también me gusta apretarte el culo. - besa el lugar en el que anteriormente apreto, provocando un gemido de mi parte. - o besarlo.

- Oh por favor. - ruego y tiro el trasero hacia atrás, esperando que se apiade de mi y me penetre.

- ¿Por favor qué preciosa?

- Por favor penetrame Andrew. - no se dónde quedo mi lado timido, me encanta ser atrevida cuando se trata de él.

Al instante en el que esas palabras salen de mi boca siento el miembro de Andrew adentrandose en mi de una sola embestida, él ni siquiera espera a que me adapte a su tamaño ya que comienza a moverse a un ritmo que me encanta, provocando que no sean gemidos los que salgan de mis labios, sino gritos.

- ¿Así te gusta mi amor? - me toma de las caderas y me lleva a su encuentro en cada embestida que hace que mi cuerpo tiemble de placer.

- ¡Más rápido!

- A tus ordenes.

Me toma del cabello para acercarme un poco más a él, sus embestidas se vuelven aún más veloces y agresivas, casi siento que me estoy a punto de romper.

Lo siento aún más duro dentro de mi y el movimiento de sus caderas se han vuelto torpes mientras sigue moviendose rápidamente, sus gruñidos solo hacen que me moje aún más, ambos estamos a punto de corrernos.

- ¡Mierda! - gruñe Andrew en mi oído.

Yo ya no aguanto y estallo en un fuerte gemido pronunciando su nombre, unos segundos después lo siento venirse en mi interior, pronunciando mi nombre entre gruñidos.

- Buen día. - le sonrío agotada, él besa mi mejilla.

- Buen día mi amor. - sale de mi y se acuesta a mi lado, me subo ensima de él sonriendole abiertamente.

Sus manos van a mis pechos. - No usaste condón. - aseguro.

- Lo sé, pero recuerda que compre una tableta de las pastillas del día después, de igual manera deberías de ir búscando algún metodo anticonceptivo, si continuamos de esta manera quedaras embarazada.

- Lo sé. - bajo mis labios a los suyos y mientras nos besamos siento sus manos bajar por todo mi cuerpo acariciandolo suavemente.

- ¡Andrew, Chloe!

- ¿Si? - habla Andrew pero no deja de besarme.

- ¿Pueden bajar por favor? Es de suma importancia.

Nos miramos  los ojos y fruncimos el ceño.

- Ya vamos.

Me bajo de ensima de Andrew y me dirijo al baño, él me sigue, lo observo.

- ¿Que?

- Tú ya te duchaste.

- Si, pero no contigo, a parte, estoy sucio devuelta. - pone cara triste y acercandose a mi, me empuja dentro de la ducha, juntando lo más que puede nuestros cuerpos.

Ya bañados y cambiados salimos de la habitación para luego bajar al primer piso dónde toda la familia Kouzouni nos espera.

Estan serios, absolutamente todos, Adrien tiene un moreton en el ojo y el labio roto, rápidamente me alarmo.

- ¿Y Alice?

Siento algo en mi pecho que se oprime y siento miedo de la respuesta que me puedan llegar a dar, levanto la mirada hacia Andrew y el se encuentra palido, al igual que yo tiene miedo, lo sé.



#850 en Novela romántica
#296 en Otros
#119 en Humor

En el texto hay: besos, amor, odio

Editado: 08.10.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.