Estoy aquí de pie gritando tu nombre
Por favor, ven ayudarme, por favor, no tardes
¿No puedes escucharme? ¿Por qué no vienes a buscarme?
¿Acaso no le importo a nadie?
¿Puedes escucharme? Por favor, no tardes…
¿Dónde estoy? ¿Qué me paso? Me siento mareada, cansada y algo perdida. Me siento en la vereda de mi casa y veo que aún tengo puesto el vestido rojo que me puse para ir a la fiesta. Estoy segura que hice una estupidez pero no puedo recordar que hice, trato de recordar pero no puedo, no puedo. Mi último recuerdo es muy extraño, solo recuerdo que le pedía perdón a mi mamá ¿Por qué le pedía perdón?
Lo siento, lo siento mucho, perdón mamá. Te amo, perdón mamá, perdón.-Es todo lo que puedo recordar de esa noche.
-¿Qué hora es?-me pregunto.
Me pongo de pie y toco la puerta. Pienso en una excusa que decirle a mi mamá, seguro está muy molesta conmigo. Ya puedo imaginarme lo que me va a decir, su tono de voz y la manera que va a mover la mano. Toco la puerta pero nadie sale, es extraño mi mamá siempre está en casa. Quizás fue a dejar a mi hermana al colegio porque le mandaron algún citatorio, a mi hermana siempre le están mandando a llamar a su representante. Camino hasta la puerta trasera, esa puerta siempre está abierta. Sonrió cuando veo la puerta abierta, siempre me molesta que mi mamá sea tan confiada y deje esa puerta abierta, no debería ser así, pero ahora me alegro mucho. Me siento cansada, como si llevara días sin dormir, me siento extraña. Entro en la casa y esta en completo silencio, sonrió, así me da más tiempo de pensar en una excusa que decirle a mi mamá. Quizás le diga que me quede con Andrea, mi amiga, porque ella estaba muy borracha y no podía dejarla así. Sí, eso le voy a decir. Subo a mi habitación y veo la puerta abierta, eso no es bueno, mi mamá tiene que estar muy molesta para entrar a mi habitación, ella mejor que nadie sabe que no me gusta que entren a mi habitación sin mi permiso. Entro a mi habitación, cierro la puerta y pongo seguro. Me quito el vestido rojo y lo dejo en la sesta de ropa sucia, el vestido apesta y yo también. Tengo el cabello algo húmedo, no quiero ni pensar que hice en esa fiesta. Entro en mi baño y abro la llave, me quedo quieta bajo el chorro de agua caliente. Me gusta mucho bañarme con agua caliente, me hace sentir segura por alguna razón. No sé cuánto tiempo me quedo ahí de pie en la ducha, pero cuando salgo me siento mejor, como si me hubiera quitado un peso de encima. Me pongo mi albornoz y me recuesto en mi cama, me siento relajada, ese extraño hueco que siento en mi pecho no está. Tampoco está la ansiedad, no está ese dolor desgarrador, es extraño, muy extraño. Trato de no pensar mucho en eso. Me quito el albornoz y me pongo un sencillo vestido blanco. Enciendo mis pequeños parlantes y pongo Home again de Alexx Calise, no sé porque, pero me gustan mucho las músicas que hablan sobre el hogar, sobre regresar a casa. Quizás porque yo anhelo volver a mi casa ¿Cuál hogar? Quizás a esa pequeña y vieja casa de madera que vivíamos antes, junto a mi abuela. Todo era más fácil en esa época, todo parecía estar bien. Pero entonces mi abuela murió y mi papá compro esta casa para mi mamá y para mí, después a los pocos meses nació mi hermana. Extraño mucho esa casa, era muy bonita, tenía un hermoso jardín porque a mi abuela le gustaban mucho las flores. Extraño a mi abuela.
Escucho la voz de mi mamá. Me siento en la cama y me repito mentalmente la mentira que voy a decir, soy buena mintiendo. Me voy a parar abrir la puerta, pero mí me doy cuenta que está abierta, yo recuerdo que la cerré, incluso recuerdo ponerle el seguro. Nunca dejo la puerta abierta, es muy extraño. Mi mamá entra despacio.
-Lo siento-empiezo a decir-mamá sé que debes estar enojada.
Pero ella no me presta atención, camina hasta mi mesita de noche y toma mi portarretrato.
-¿Qué haces?-le pregunto.
Ella no me responde. Abre mi portarretrato y revisa las fotos que tengo ahí.
-No, deja ahí-le pido.
Trato de sujetar el portarretrato pero no puedo.
-Mamá, ¿Me escuchas?-muevo mi mano frente a ella, pero no parece verla.
Miro mis manos ¿Qué está pasando? Toco mi cara y mis brazos, camino hasta mi espejo y me observo, estoy bien, me veo igual.
-Mamá-la vuelvo a llamar, pero ella sigue sin contestarme.
Me empiezo a desesperar, no entiendo que está pasando, quizás es un sueño, un muy mal sueño. Piñizco mi brazo y no duele tanto, pero duele. Es un extraño dolor que se desvanece. Grito fuerte y espero a ver si mi mamá me escucha, pero nada. Ella se sienta en mi cama y empieza a ver las fotos y leer la inscripción, pero no parece sorprendida, como si ya las hubiera leído antes. Camino hasta ella y toco su mejilla.
-Mamá ¿Que está pasando?
Mi mamá empieza a llorar. Trato de limpiar sus lágrimas pero no puedo.