¡ayuda! Por favor, encuéntreme

Capítulo 17 Ven cuéntame una historia que no tenga un final triste

Y ella se marchó en un velero con destino desconocido

Se marchó sola, y todo lo que se llevó fueron buenos recuerdos

Dejo atrás los malos momentos, los malos sentimientos

No le dijo a nadie cuál era su destino

Se fue, ya está lejos pero juró que la volverían a ver

No dijo cuándo, ni como, pero prometió volver

En la actualidad

Entonces un día te despiertas y tomas una decisión que sabes que cambiara completamente tu vida, un día simplemente te levantas y decides navegar lejos de casa, encontrar un lugar al que llamar hogar. Decides buscar el lugar al que perteneces. Eso me pasó a mí, lo sé, ahora lo recuerdo. Un día antes de mi desaparición me desperté a las seis de la mañana para alistarme y fingir que voy a la universidad. Como todos los días me pare frente al espejo y cepille mi cabello diecisiete veces, luego entre y tome una larga ducha para relajarme. Elegí un bonito vestido blanco, mientras me arreglaba pensé que sería un día normal, un día más de la semana, un día menos de vida, pero ni fue así. Ese día paso algo que me hizo poner en retrospectiva mi vida, ese día pensé en lo que estaba haciendo, en quien era y en quien quería ser. Ese día lo cambio todo. Recuerdo que cuando termine de arreglarme baje las escaleras y desayune con mi mamá, como todos los días y como todos los días ella estaba bebiendo café cuando escuchamos un fuerte grito, mi mamá se puso de pie aún con la taza de café en las manos y salió a ver qué pasaba, yo salí tras ella y vimos al señor Gutiérrez llorando desconsoladamente en mitad de la calle. Varios vecinos empezaron a ir ayudarlo y mi mamá fue uno de esos vecinos, yo no me acerque, me quede en la puerta mirando que pasaba. Cuando el señor Gutiérrez le dijo a mi mamá lo que sucedió, mi mamá soltó la taza de café y esta se quebró en varios pedazos que quedaron esparcidos en la calle. Nadie se movió a recoger los pedazos de la taza, estaban todos muy sorprendidos y consternados por lo que el señor Gutiérrez les había dicho. Vi como el café en la calle rodaba hasta la alcantarilla, vi como ayudaban a parar al señor Gutiérrez y vi como entraban todos en la casa. Algunas personas salieron enseguida de la casa con cara de espanto y asombro, uno de nuestros vecinos llamo a la ambulancia. La curiosidad me pudo más y camine despacio hasta la casa del señor Gutiérrez, había algunas personas amontonadas en la puerta y busque con la mirada a mi mamá cuando la vi, colgada de las hermosas lámparas de cristal que un día mire con asombro, ahí estaba la señora Gutiérrez, tenía los ojos cerrados y la cara morada. Se había suicidado. Tenía puesto un bonito vestido negro de coctel, muy elegante y un collar de diamantes. En sus dedos tenia anillos de oro y en su muñeca una hermosa pulsera de piedras negras.

-¿Por qué lo hizo?-se preguntaban todos.

-Porque no era feliz-murmuré.

Nadie escucho lo que dije, fue mejor así, nadie hubiera entendido. Si alguien se quita la vida es porque no quiere vivir, es así de simple y la mayoría de las veces eso pasa porque esa persona no es feliz. La señora Gutiérrez no era feliz, eso se podía ver en su rostro, pero nadie decía nada, al menos no en la cara de la señora Gutiérrez pero siempre lo estaban murmurando en reuniones o fiestas de vecinos. Debieron decirle a la señora Gutierrez y la señora Gutiérrez debió decirle a alguien, si eso hubiera pasado quizás las cosas ahora serian diferentes. Pero de nada vale pensar en lo que hubiera pasado si, porque nada hará que la señora Gutiérrez vuelva a la vida, nada quitara esa soga de su cuello y la hará respirar de nuevo. Y ese día después de ver a la señora Gutiérrez así no pude quitar esa imagen de mi cabeza. Recuerdo que la mire por varios minutos y por un momento me vi a mí ahí colgada de esa hermosa lámpara. Por un momento vi mi final, lo vi con claridad, siempre estuvo ahí frente a mí y me rehusaba a verlo, me rehusaba aceptarlo. En ese momento todo, absolutamente todo tuvo sentido y no me gusto. No me gusto mi final, no me gusto ni un poco, pero me di cuenta que ya es demasiado tarde para poder cambiarlo. También me di cuenta que los hubiera estaban de más, si hubiera hecho eso, si hubiera dicho aquello, nada de eso importa ahora porque no paso y ya no pasara. No puedo vivir pensando en que hubiera pasado si… no puedo vivir así y en ese momento me di cuenta de eso. Y odie darme cuenta de eso, me odie y odie todo.

-Vamos a casa-me dijo mi mamá.

Y nos alejamos de ahí, fuimos a casa y desde la ventana miramos todo. Como llego la ambulancia y como sacaron el cuerpo en una camilla cubierto con algo negro. Vimos como el señor Gutiérrez lloraba mientras se subía en la ambulancia.

-¿Es culpa del señor Gutiérrez?-le pregunte a mi mamá y ella me miro sin entender mi pregunta-el que ella se haya suicidado, después de todo él se casó con ella sabiendo que ella no lo amaba.




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